La imperiosa necesidad de cuidar los humedales gana compromiso ciudadano

Especialistas latinoamericanos, ambientalistas y vecinos del litoral se congregaron, de forma virtual, para debatir sobre la problemática de las quemas de pastizales. El marco normativo, las actividades productivas y la protección del ecosistema, formaron parte de la agenda de la primera edición de Ecópolis.

«Le proponemos a la ciudadanía interactuar junto a una red de líderes ambientales para conectar ideas, preocupaciones y causas comunes sobre el cuidado del medio ambiente», destacó la diputada Mónica Peralta, organizadora de Ecópolis.

Las ciudades litoraleñas, entre ellas Santa Fe, crecieron y se edificaron con pobladores que se asentaron a orillas del río u otra fuente de agua cercana. Es decir que la convivencia con los ecosistemas acuáticos viene de cientos de años. Es por eso que movilizarse por proteger el ambiente y la inmensidad de los recursos que ofrecen los humedales, no debe sorprender a nadie, es más, enhorabuena que la ciudadanía interpele a los tomadores de decisión (políticos de turno) para que actúen en consecuencia.

En este contexto de crisis socio-ambiental y en el marco de la Semana Global por la Acción Climática, referentes de más de diez países se dieron cita en un encuentro virtual que puso a Santa Fe como capital del activismo medioambiental. El encuentro, denominado «Ecópolis», tuvo su primera edición y fue organizado por la diputada provincial Mónica Peralta, quien integra la Comisión de Medioambiente y Recursos Naturales de la legislatura de Santa Fe. «Este es un evento donde le proponemos a la ciudadanía interactuar junto a una red de líderes ambientales para conectar ideas, preocupaciones y causas comunes sobre el cuidado del medio ambiente», destacó Peralta y valoró que se necesitan crear «redes humanas que fortalezcan las relaciones de una sociedad hoy fragmentada por muchos intereses».

Problemática visible de este 2020

El Litoral fue parte de este congreso internacional y participó en el taller «Humedales, quemas y emergencia climática», del que también fueron parte disertantes nacionales y latinoamericanos especialistas en la temática ambiental.

«Estamos viviendo en Sudamérica incendios en distintos ecosistemas. Argentina es el que más focos de incendios tiene, un 170 % más que el año anterior y en cantidad de superficie quemada vamos segundos, detrás de Brasil», lamentó el Rubén Quintana, director del Instituto de Investigación e Ingeniería Ambiental (CONICET-UNSAM).

«Los humedales son ecosistemas muy frágiles. Uno asocia a los humedales con ecosistemas que son tierras de descarte, entonces se piensa que hay que reemplazarlos por otra cosa», indicó Quintana.

Para resaltar el valor de los humedales para la población, el investigador mencionó que «históricamente han sido importantes para la civilización, desde los egipcios hasta la Mesopotamia asiática», y agregó que «son ecosistemas de agua dulce, por ende son fuentes de agua, y hoy en día ese recurso es cada vez es más limitado y va a ser un problemático en un futuro».

En referencia a los incendios y a la intencionalidad que hay detrás, Quintana analizó que «los incendios se han dado por una suma de factores, pero los cambios de uso del suelo han sido fundamentales y hacen sinergia con los cambios climáticos. La bajante extraordinaria del Paraná claramente contribuyó en los incendios del Delta y debemos pensar este resultado de incendios como un conjunto de factores que se han dado simultáneamente».

Como reflexión, el director del Instituto de Investigación e Ingeniería Ambiental resaltó que es «urgente establecer políticas de conservación de humedales y tratar de poner normas de cómo se deben hacer las actividades productivas en los humedales. Nadie habla de prohibirlas, pero sí hay que cambiar las formas de producir en estos sistemas tan frágiles. Tengamos en cuenta que a nivel mundial, los humedales son el ecosistema que más servicios ofrecen a la sociedad, se estima que el 40 % de todos los servicios ecosistémicos provienen de los humedales y que son esenciales, como la purificación de agua, la amortiguación de excedentes hídricos, la acumulación de carbono, que con estos incendios se emite gran cantidad de carbono a la atmósfera».

Una ley practicable

«Un cuarto de nuestro país es de humedales. La discusión que tenemos hoy es qué tipo de ley queremos para proteger los humedales. Tenemos una larga historia de leyes ambientales en nuestro país, pero cuando nombramos algunas vemos que teóricamente son impecables, pero a la hora de ser practicadas hay una diferencia abismal», observó Juan Cruz Ruax, comunicador socio-ambiental en medios públicos y privados, e integrante de Sustentabilidad Sin Fronteras.

En este línea, la Cámara de Diputados comenzó en agosto a debatir en la comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano un proyecto de Ley de Humedales, aún no hay resolución al respecto.

«Desde muchos espacios reclamamos por leyes, pero luego hay que pedir que se cumplan. Por ejemplo con el presupuesto de la Ley de Bosques, donde el año pasado llegó solo un 3 % del presupuesto. Es por eso que hay que tomar estos ejemplos para una ley de protección a los humedales que sea practicable», señaló Ruax.

«Sabemos que reglamentar una ley y ponerla en práctica lleva mucho tiempo, y es por eso que tenemos que construir el mejor proyecto de ley posible. Otro ejemplo que se puede plantear es lo que pasa con la ley del sistema federal de manejo de fuego (nº 27.353), una ley que dice que no podrán realizarse modificaciones en el uso y destino de las superficies y que la categoría de conservación no puede ser cambiada», ejemplificó el activista.

Desde su visión, Ruax comentó lo que sucede en Santa Fe y la necesidad de actuación inmediata por parte de las autoridades gubernamentales. «Santa Fe es una provincia a la que hay que escuchar y sólo queda que los tomadores de decisiones actúen y si no entienden el problema, insisto, deberán correrse», resaltó.

Más puntos de vista y talleres

Desde Colombia y Honduras, dos especialistas participaron de Ecópolis y destacaron: «Hay que construir una nueva cultura distinta a la hegemónica, una cultura regenerativa, resiliente y adaptable en relación a la vida», dijo Juan Crespo, Dr. en Estudios sobre Desarrollo. A su vez, Álvaro Cálix, doctorado en Ciencias Sociales, expresó la necesidad de una economía plural, de cercanía que afronte los intereses dominantes y que dichos intereses no nos aplaquen en nuestro activismo.

Los participantes de este encuentro ambiental se repartieron en distintos talleres. Por un lado, referente a la economía circular, debatieron sobre la preocupación de tanto descartables, entendiendo que lo ideal sería que no sean elementos descartables y si que sean retornables, incluso, se propuso generar una prohibición de los descartables a las grandes empresas y compensar las buenas acciones, como camino a seguir.

En el taller de Ciudades Resilientes, se llegó a la conclusión de poder crear en los barrios espacios de participación ciudadana en el que cada vecino pueda optimizar y fomentar espacios verdes, huertas comunitarias y el cuidado de los árboles.

Desde el taller de Derechos Humanos y Soberanía alimentaria debatieron sobre promover legislación que garantice por un tiempo adecuado la utilización de tierras públicas para agroecología sin depender de la coyuntura electoral e impulsar la ampliación de los cinturones frutihortícolas.

Fuente: El Litoral