La letra chica del “pacto de Avellaneda”, que fija las reglas para evitar una interna peronista

Los partidarios de usar las encuestas para dirimir las candidaturas lograron poner a Kicillof entre los posibles elegidos. El acuerdo, en general, encierra un compromiso para que los intendentes no queden afuera.

Los partidarios de usar las encuestas para dirimir las candidaturas lograron poner a Kicillof entre los posibles elegidos. El acuerdo, en general, encierra un compromiso para que los intendentes no queden afuera.

El acto que el peronismo bonaerense llevó a cabo el último sábado, en Avellaneda, fue celebrado, especialmente, por el grupo de intendentes que pugnaba por ofrecer “la mejor oferta electoral”, más allá de que el candidato fuese o no un jefe comunal. Uno de los abanderados de ese grupo es, justamente, Jorge Ferraresi, quien puso la casa y ofició de armador del encuentro.

La pregunta es qué festejaron. Y la respuesta es haber “subido” a la grilla de largada, finalmente, al ex ministro de Economía y actual diputado nacional Axel Kicillof, un dirigente con trayectoria en Capital Federal que es mirado de reojo por los bonaerenses de paladar negro.

Como había adelantado INFOCIELO, dentro del PJ y de Unidad Ciudadana, había matices sobre los criterios de selección para el candidato a Gobernador. Obviamente, las opciones tenían nombre y apellido.

Por un lado, aparecían Martín Insaurralde y Verónica Magario, jefes comunales de Lomas de Zamora y de La Matanza respectivamente. Por el otro, el “porteño”: Axel Kicillof, que inquietó a más de uno con sus recorridas intensas y de perfil bajo por el interior de la Provincia.

Pero Ferraresi no estaba solo. Otros alcaldes también querían usar “métodos científicos” –léase encuestas- para la decisión final. Ariel Sujarchuk (Escobar), Gustavo Menéndez (Merlo), Gustavo Barrera (Villa Gesell) y Julio Zamora (Tigre) era otros que impulsaban esta chance.

Tampoco puede decirse haya habido perdedores. El otro sector logró el compromiso que, pase lo que pase, los intendentes van a tener participación de una eventual futura gestión. “La idea es que no venga un paracaidista, nada más”, resumió uno de los integrantes de esta vertiente.

Además siempre está abierta la hipótesis de los “vices” cruzados. “El que gana gobierna y el que pierde, acompaña… desde la presidencia del Senado”, es la síntesis que se negoció junto a la pileta olímpica.

Por ahora, la idea de una PASO no es tenida en cuenta: los recursos materiales y humanos de un peronismo lejos del poder son escasos como para una compulsa interna. La opinión mayoritaria es que la unidad y una interna son caminos separados.

Otra de las cuestiones que estarían definidas es que las listas se van a oficializar a último momento. Aducen que el escenario está muy cambiante y “muy picante” y que “cada hora cuenta”.

“Es como en la facultad, si tenés tiempo de entregar un trabajo final hasta una fecha, para qué lo vas entregar antes si siempre se puede mejorar”, explicó a este medio el asesor de uno de los asistentes a la mesa chica.

Lejos de las candidaturas, dos nombres inscribieron su nombre en el equipo de imprescindibles del PJ Bonaerense: Ferraresi se destapó como “el cinco del equipo”, según le decían algunos de sus colegas. Su presencia en el lanzamiento presidencial de Daniel Scioli y en el homenaje a Alberto Balestrini dio cuenta de su vocación para tender puentes, un atributo valorado en estos tiempos.

El otro es Fernando Gray, presidente del Partido Justicialista de la Provincia de Buenos Aires, que tuvo día soñado con un acto a imagen y semejanza, con un manejo pulcro de los protagonismos y una horizontalidad inusitada.

Fuente: InfoCielo