Colombia: La neta victoria de Duque pone en duda el acuerdo de paz con las FARC

El fuerte respaldo que logró el dirigente conservador es un mandato para revisar el documento firmado con la cúpula guerrillera.

El fuerte respaldo que logró el dirigente conservador es un mandato para revisar el documento firmado con la cúpula guerrillera.

Con su sólido triunfo del domingo, por 54 por ciento a 42 por ciento sobre su adversario de izquierda, el presidente electo Iván Duque podrá gobernar a sus anchas con un Congreso en el que en las parlamentarias de marzo su partido Centro Democrático también ganó con holgura. Los desafíos no faltan: Colombia vive amenazada por el narcotráfico, en tensión con la vecina Venezuela chavista, hundida en una crisis sin precedentes y sobre todo, fracturada acerca del acuerdo de paz con las FARC firmado en 2016 y que Duque quiere revisar. Las FARC, o el partido político que con esa misma sigla nació de la desmovilización de la guerrilla, advirtió ayer que la violencia puede retornar si Duque sepulta el tratado que firmó el actual presidente Juan Manuel Santos. Duque sucederá a Santos el próximo 7 de agosto.

Más de diez millones de electores apoyaron el regreso al poder del partido Centro Democrático, cuyo líder indiscutido es el ex presidente Alvaro Uribe (2002-10). Durante esos ochos años, Uribe demolió el poder militar y territorial de las FARC y dejó el camino allanado a las negociaciones de paz que emprendió su sucesor y ex ministro de Defensa, Juan Manuel Santos. Pero Uribe rechazó desde el inicio las condiciones que ofrecía Santos a las FARC, demasiado generosas también para una mayoría de los colombianos, como se verificó en el plebiscito de octubre de 2016 que rechazó el acuerdo y obligó a reformularlo de apuro y con menos concesiones a los extremistas. Ese acuerdo, que todos los gobiernos extranjeros ensalzan, ha hecho mella en Santos, que se retira siendo un impopular presidente, aunque laureado con el Nobel de la Paz, precisamente gracias a impulsar ese documento.

A partir del 7 de agosto, Duque y su bancada mayoritaria se enfrentarán a varios desafíos tras ocho años de férrea oposición a Santos, pero sin dudas será el acuerdo con las FARC el más decisivo para los colombianos. Luego de vencer en el ballottage al ex guerrillero Gustavo Petro con el 54 por ciento de los votos contra 42 por ciento, Duque reiteró el domingo a la noche que planea corregir, pero sin hacer «trizas», el acuerdo de paz. Firmado en 2016, el pacto permitió el desarme de unos 7.000 extremistas y según cálculos estimativos ha evitado 3.000 muertes al año, a cambio de que los rebeldes puedan ingresar en política, pero también lograr grandes beneficios, que muchos ven como una amnistía a sus graves crímenes. Por lo demás, las FARC como partido han resultado un fracaso, al punto que en las parlamentarias de marzo no llegaron al 1 por ciento de votos, pese a lo cual gracias al acuerdo tendrán una importante bancada tanto en Senado como en Representantes. Otro punto irritativo para los votantes que eligieron a Duque. El acuerdo de paz en su formulación original ya fue rechazado por la mayoría de la población en un plebiscito en octubre de 2016. Esto obligó a Santos y a las FARC a reformular apresuradamente el documento, recortando algunos beneficios a los guerrilleros. Este segundo documento no fue plebiscitado y solo pasó por el Congreso.

Por todo esto, y la misma noche de la victoria, Duque prometió que le hará «correcciones» al acuerdo, sin dar más pistas, aunque en campaña aseguró que buscaría que los jefes rebeldes acusados de delitos de lesa humanidad paguen un mínimo de cárcel y queden inhabilitados para ejercer como congresistas.

Advertencia o amenaza

La Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), el partido político surgido tras las desmovilización de la guerrilla, ofreció reunirse con Duque pero advirtió que si el sucesor de Santos no implementa los acuerdos de paz, el país sufrirá «un nuevo ciclo de múltiples violencias». La advertencia sonó amenaza, si se tiene en cuenta el emisor del mensaje.

«La FARC expresa su disposición a reunirse con el presidente electo para exponer sus puntos de vista sobre la implementación del acuerdo de paz», anunció el líder del partido, Rodrigo Londoño, en rueda de prensa en Bogotá.

Londoño, conocido como Timochenko en su época de combatiente, alertó que si el nuevo presidente no instrumenta los acuerdos «lo único que logrará será llevar al país a un nuevo ciclo de múltiples violencias».

La FARC celebró que las elecciones se desarrollaran en «ausencia de hechos violentos, lo que constituye un hecho sin precedentes en la historia del país». También destacó un «incremento significativo de votantes», ya que la participación rompió la barrera del abstencionismo con un 53 por ciento. Para Timochenko, esa «nueva realidad» tiene «su origen, entre otros factores, en el acuerdo de paz». El ex guerrillero saludó los buenos resultados de Petro como una «alternativa política distinta a las que tradicionalmente han gobernado el país». La FARC no presentó candidato presidencial luego de su pésimo resultado en las parlamentarias de marzo.

Fuente: La Capital