Las personas que duermen en la calle, un problema que impacta en Neuquén

La mayoría son hombres aunque hay también mujeres y niños. Muchos llegaron a Neuquén en busca de trabajo y no lo encontraron. Las respuestas que brinda el Estado.

La mayoría son hombres aunque hay también mujeres y niños. Muchos llegaron a Neuquén en busca de trabajo y no lo encontraron. Las respuestas que brinda el Estado.

Cuando el frío se cuela hasta los huesos en Neuquén, la imagen de las personas que duermen en la calle renueva su impacto.

En su mayoría son hombres; sin embargo, mujeres y niños en situación de calle también son ubicados en estos días en lugares de contención.

No hay cifras ni en la provincia ni en la ciudad de cuánta gente vive sin un techo propio o prestado.

Tampoco hay una estadística para conocer la evolución: si son más o menos que en inviernos anteriores.

El centro de la ciudad ya tiene postales que antes no lucía: algunas noches de frío helado se ve gente de la calle durmiendo en los cajeros automáticos.

“Identificamos mas o menos a las personas que están en la calle; sabemos los lugares donde suelen estar. Atendemos muchas situaciones y tratamos de resolver durante el día para que la intervención sea integral: están en los hospitales, en la terminal de ómnibus y ciertos lugares donde los encontramos”, dijo Santiago Galíndez, uno de los “operadores de calle” de la subsecretaría de Desarrollo Social.

Explicó que muchas veces encuentran en la calle a personas que llegaron a Neuquén en busca de un trabajo que no encontraron. “A veces pasa por resolverles con un pasaje y abrigo para que se puedan volver”, sostuvo Galíndez.

Según explicó la subsecretaria de Familia, Emilse Troncoso, “trabajamos mucho con las familias y los chicos. Derivamos al refugio del Cura Brochero, que por estos días está lleno o tenemos otra admisión para la situación de calle, en especial con la derivación de mujeres y niños que al estar en la calle están en total vulnerabilidad”, dijo.

En las inmediaciones de Racedo y Chajarí, la iglesia Medea recibe durante la noche a personas que golpean las puertas del salón comunitario porque no tienen dónde ir, y hace frío.

“Tenemos un salón donde asistimos a la gente que viene por la noche. En la institución hacemos actividades deportivas y todo tipo de contención; incluido un comedor y el ropero comunitario. Pero en el invierno a partir de las 22 o 22,30 comienza a llegar gente al salón que necesita un colchón, una frazada y lugar dónde pasar la noche”, dijo Marcelo Vallejos, de la fundación evangélica. En estas noches albergan a unas 10 ó 15 personas jóvenes, en su mayoría hombres. También han tenido casos de familias que buscan refugio.

“Llegan por la noche y se van a la mañana después de tomar algo caliente. Algunos vuelven hasta que encuentran un trabajo”, relató.

La falta de trabajo impacta en la posibilidad de conseguir un lugar donde vivir. (Foto: Mauro Pérez)

La demanda creciente en los merenderos este invierno

La subsecretaria de Familia de la provincia, Emilse Troncoso, aseguró que este invierno creció más de un 30 % la demanda de raciones y de espacios en los merenderos.

Explicó que en la capital se cuenta con 98 centros de merienda y 5.500 beneficiarios.

“Se incrementó todo, merenderos y comedores; hoy se entregan 40.000 raciones de alimentos, un 30 por ciento más de lo que estábamos en diciembre”, sostuvo.

Hay 9 comedores propios de Desarrollo Social y 27 que dependen de organizaciones no gubernamentales, dijo.

“Desde Familia se interviene en situaciones de calle cuando hay niñas, niños o adolescentes para que tengan un lugar dónde vivir. Estos días de lluvia se ve incrementado;se interviene a través de los operadores de calle, a veces se asiste con abrigo y un colchón a una persona que se fue de su casa y está en otro lugar donde necesita colaboración con un colchón o una frazada”, explicó.

Agregó que se trabaja para derivar personas al refugio del cura Brochero -en el caso de los hombres- o se articula con otros espacios donde llevar en forma provisoria a mujeres y niños en situación de vulnerabilidad.

“En casos específicos, se trabaja en conjunto con la defensoría” de menores, agregó.

El refugio “Cura Brochero” no da abasto

“Trabajamos con las familias y los niños.Sabemos que el refugio Cura Brochero está completo, vemos cómo poder solucionar la situación de desamparo en la calle, ojalá para resolverla durante el día”, dijo Santiago Galíndez, uno de los operadores de calle de la subsecretaría de Desarrollo.

Explicó que “antes venía el padre solo en busca de trabajo para luego traer a la familia;ahora en muchos casos se complica porque viene la familia entera y entonces la intervención es más compleja”, sostuvo. Agregó que muchos de los jóvenes que viven en la calle “tienen el problema que reinciden; desisten de todo contacto familiar y el intento de vinculación es casi nulo:por eso se busca de ubicarlos en el refugio, o un lugar donde se pueda higienizar y le damos ropa de abrigo”, explicó.

Tanto las personas que pasan una semana o varios días en la iglesia Medea, como las que se encuentran en la calle, “andan en busca de un futuro. Nos dicen que vinieron en busca de un trabajo y no encuentran nada; y permanecen algunas noches hasta que encuentran uno y se van a alquilar, o logran una piecita que les prestan mientras hacen un trabajo”, dijo el encargado de la iglesia Marcelo Vallejos.

Emilse Troncoso, de Desarrollo Social, recordó que toda situación se deriva al equipo de intervención del ministerio “que articula para resolver:hay llamados que tienen que ver con adultos mayores, o de niñez y adolescencia. También está en funcionamiento el 148 que es para las víctimas de violencia de género porque siempre la situación de calle es una condición de vulnerabilidad que hay que observar”, dijo.

El refugio está completo en estos días. Funciona en la parroquia Inmaculada Concepción y asiste a hombres en condición de calle. Depende de donaciones y cuenta con asistencia oficial en ropa de cama y colchones ante la demanda creciente. Muchos perdieron el trabajo, otros quedaron varados cuando llegaron con la esperanza de conseguir el sustento que en su lugar de origen no lograron.

“Las decisiones se toman día a día; hay gente que viene a buscar trabajo y pasan semanas sin nada. Les ayudamos a regresar”. Grupo de operadores de la calle de Desarrollo Social de la provincia.

Fuente: Río Negro