Lo perdieron todo y duermen en las calles de Neuquén

Voluntarios recorren las calles con sopa caliente y un plan para ayudarlos.

Voluntarios recorren las calles con sopa caliente y un plan para ayudarlos.

En la ciudad hay familias completas que duermen en la calle. Hay parejas que se quedaron sin trabajo y andan con sus chiquitos desnutridos a cuestas, abuelos sin pensión ni parientes que los cuiden y adultos con problemas de adicciones que no tienen adónde ir. Voluntarios de la Fundación Sí recorren la zona céntrica de noche, dos veces por semana, para llevarles sopa caliente y una frazada seca.

Los voluntarios salen los lunes y miércoles, a las 22, de la esquina de Avenida Argentina e Independencia. Tienen identificadas a unas 20 personas sin techo, aunque estiman que hay al menos otra veintena a la que no llegan a ayudar. Afirman que la cifra aumentó respecto del invierno pasado.

“Sabemos que hay gente que se mete a dormir al hospital o la terminal después de la 1, porque antes los corren”, explicó Cecilia Machado, responsable de la sede neuquina de la Fundación Sí.

También hay personas “que deambulan despiertas toda la noche y esperan a las 7 a que abra la Catedral, porque ahí se turnan para dormir un rato calentitos, salen unos y entran otros”.

Las últimas semanas encontraron caras nuevas, lo que les da la pauta de que la cifra va en aumento. Solo en el ingreso del Castro Rendón conocieron a siete personas que quedaron sin techo este año, varias perdieron el trabajo.

A nivel nacional, este tipo de ayuda se realiza desde hace una década. En Neuquén, el grupo arrancó en julio de 2018. El año pasado, por dos meses, probaron salir cerca de las 7 de la mañana y así descubrieron que hay mucha gente sin techo difícil de detectar, cada una con su propia estrategia para sobrevivir al frío y al hambre. Cecilia remarcó que el que duerme en la calle no quiere que lo vean y no confía en nadie, de modo que la carencia se extiende también a la capacidad de relacionarse con otras personas.

Indicó que la comida que reparten “sirve como excusa para acercarnos y entablar una conversación, porque recién cuando hay un vínculo de confianza te cuentan su historia y ahí podemos ver la manera de ayudarlos con temas judiciales, psicológicos, de documentación o lo que haga falta, para que cobren una pensión que no podían cobrar o consigan un ingreso como para alquilar al menos una habitación.

Los voluntarios se encontraron con casos impactantes. Uno de los más difíciles es el de una pareja que duerme en el Castro Rendón y, hasta hace poco, estaba en la calle con su hijito de un año y medio, sin poder comprarle ni un pañal. El mes pasado, una abuela consiguió la custodia del bebé y ahora ellos lo visitan durante el día, con el dolor de no poder criarlo por no tener ni para comer.

También hay una familia con cuatro chicos, que suele deambular por la Avenida Argentina durante el día. “Dos de los hijos y la mamá están con desnutrición severa. Cuando vimos eso, salimos corriendo a ver qué podíamos llevarles, pero hay que tener cuidado, porque una persona en ese estado no puede tomar una leche chocolatada, por ejemplo, porque tiene el estómago destruido”, contó Cecilia, conmovida. “En la calle hay gente que está muy sola, que pasa meses sin recibir un abrazo, lo más importante es hablarles de igual a igual”, puntualizó.

El valor de las frazadas en las calles

En abril, la Fundación Sí hizo una colecta de frazadas para las personas que están en la calle. Juntaron decenas de mantas gracias a la solidaridad de los vecinos. Esos elementos serán distribuidos en las próximas recorridas de los voluntarios por las calles de la ciudad.

Cecilia Machado, referente de la organización, explicó a LM Neuquén que siempre faltan frazadas para la gente que vive en la calle. Contó que las frazadas están entre los elementos básicos para las personas en situación de calle, además de ser de los más críticos para la conservación. “Se les mojan cuando llueve o los pierden a manos de ladrones que les roban las pocas cosas que tienen”, dijo. Indicó que la única calefacción en la calle es una frazada seca o una mascota. “En Neuquén, vemos que los perros están sanos y ellos mismos los llevan a Zoonosis, pero en otros lugares tienen sarna y hay que curar primero al animal para mejorar la salud de la persona”, relató la referente.

Para colaborar hay que ir los lunes y miércoles a las 22 a independencia y la avenida, con tiempo para ir por las calles en busca de los que no tienen nada.

Entre los neuquinos sin ingresos ni hogar, hay familias que llegaron a la ciudad con la promesa de Vaca Muerta y solo los esperaba la calle. Le ocurrió hace poco a un matrimonio de Mendoza, que tuvo que mendigar en la escalinata de la Catedral para sobrevivir.

Cecilia Machado, de la Fundación Sí, contó que los encontraron hace unos meses: “Era una pareja con tres nenes chiquitos, que vinieron por Vaca Muerta y estaban parando en un ranchito abandonado en las parcelas de Centenario”. Agregó que, para tener algo que comer, los cinco hacían dedo temprano a la mañana “y se iban a la escalinata a pedir, hasta que un día una persona les donó repasadores para vender”.

“Es gente que viene esperanzada con algo y después ven que la situación acá está igual que en otros lados”, observó. Una vez en la calle, añadió, “para el resto de nosotros no existen, los vemos sentados en el piso durante el día, pero pasamos metidos en nuestros problemas y no tenemos ni la empatía de saludarlos”.

Fuente: La Mañana Neuquén