Los edificios patrimoniales de Bahía Blanca, en zona de riesgo

Raúl Germain trazó un crítico panorama luego del incendio en el Banco Nación. Planteó que otros inmuebles históricos sufren problemas similares.

Raúl Germain trazó un crítico panorama luego del incendio en el Banco Nación. Planteó que otros inmuebles históricos sufren problemas similares.

«El incendio que afectó a la sucursal del banco de la Nación Argentina se podría haber evitado. O, en el peor de los casos, confinado y controlado».

Contundente y claro. Así es el análisis que realizó Raúl Germain ante La Nueva., como responsable de una de las empresas locales con mayor trayectoria en materia de instalaciones contra incendios.

Germain es parte del grupo de especialistas que, de manera metódica, analiza las normas IRAM que rigen todo lo relacionado con la seguridad contra siniestros en el país, en todos y cada uno de sus componentes, desde las instalaciones hasta las maneras de asegurar que la seguridad escogida funcione de manera adecuada y esté en condiciones al momento de ser operada.

En el caso del Banco Nación, Germain acaba de enviar una nota al presidente de la entidad, Javier González Fraga, donde expone las severas deficiencias que tienen «todas las sucursales de la entidad –no se limita a la sede local–«.

«Voy a ser claro: lo único que tenía el banco local era una manguera en un armario. Había matafuegos, pero claramente insuficientes para atender una contingencia propia de un edificio de estas características», detalló.

Zona de riesgo

Germain explicó que, como conducta general, muchas entidades de este tipo se ocupan de cumplir con la ley en cuanto a los requerimientos mínimos exigidos en materia de seguridad contra incendios.

Pero no todos los bancos son iguales.

«No se puede diseñar una instalación de ese tipo sin considerar con qué materiales está construido el edificio, el destino de cada espacio, la cantidad de gente que concurre al lugar. Todo incide en el riesgo y, a partir de eso, las normas establecen una instalación», señaló.

Otra pregunta es si el Banco Nación contaba con la habilitación municipal y la de Bomberos.

La respuesta es alarmante: no.

«En realidad ningún organismo nacional o provincial –léase ARBA, AFIP, Aduana, Tribunales, Correo, universidades– tiene esa habilitación porque ni el municipio ni bomberos tienen jurisdicción sobre ellos. No hay control externo sobre esas condiciones», detalló Germain.

Para esos sitios, agregó, «queda a criterio del propietario sobre qué instalaciones disponer y si respetan o no las normas IRAM».

El inicio

Entre los muchos factores que hacen de un banco un lugar de riesgo, se incluye los materiales de construcción utilizados y la cantidad de gente que concurre.

Germain indicó, por ejemplo, que el lugar donde se inició el siniestro del sábado 28 de julio demandaba, por sí solo, máxima atención.

«Una cúpula metálica, revestida de chapa exterior, con madera de pinotea interior, con membrana, encima de una caldera», manifestó.

–¿Qué instalación hubiese sido suficiente para atender el inicio del fuego?

–Muy poca: un detector de humo, una alarma contra incendios, una instalación de agua. Nada caro.

«Por eso en la nota que envié a González Fraga le planteo que lo ocurrido en Bahía Blanca debe servir para modificar la mentalidad; que sea un antes y un después», apuntó.

El especialista explicó que existe una diferencia entre la ley que rige las instalaciones y las normas IRAM que elaboran especialistas, las cuales se actualizan a partir de experiencias y avances tecnológicos.

«La ley no asegura una protección adecuada. Eso se cumple a partir de las normas, que exigen mucho más. Eso no significa que no pueda generarse un incendio, pero se tiene la capacidad de respuesta adecuada», agregó.

La zona

El Banco Nación ocupa una particular área de la ciudad.  Además de ser parte de la manzana fundacional –donde se ubicó el fuerte establecido en 1828–, es un sector propiedad del Estado Nacional, la conocida manzana fiscal.

Por eso en ella se ubican el Correo, el ex Banco Hipotecario, la Aduana y la Dirección Nacional de Arquitectura.

Un terreno fue transferido a la Provincia, donde se ubica el Palacio de Tribunales, y otro a la Asociación Bernardino Rivadavia. Salvo la biblioteca, que puede tener control del municipio, el resto de los edificios no dispone de habilitación de Bomberos ni cuenta con instalaciones adecuadas para enfrentar un siniestro.

Germain recalcó que muy pocos edificios de la ciudad cumplen con las normas IRAM. Entre los que sí, figuran las empresas del Polo Petroquímico, que tienen una política en materia de seguridad apoyada en estándares internacionales.

«El mismo edificio donde funciona la oficina de Habilitaciones del municipio –cuya función es exigir instalaciones contra incendios– carece de la seguridad adecuada», graficó.

El día tampoco fue casualidad

En 1982 el escritor Gabriel García Márquez publicó, en el diario “El País”, una nota titulada «Las esposas felices se suicidan a las seis», en referencia a aquellas mujeres que, habiendo sido amas de casa toda su vida, terminaban sin sus hijos y con el marido cosechando frutos de su trabajo sin reconocer su esfuerzo.

Los especialistas en incendios tienen una consigna emparentada con esa aseveración: «Los edificios desocupados se incendian los sábados».

¿Por qué? Por el simple hecho que es el día en que no se cuenta con el detector de incendios más adecuado que existe: el ser humano con sus sentidos.

«Cuando no hay nadie en el lugar es el momento más propicio para que un incendio se inicie, no se controle a tiempo y se propague», mencionó Germain.

Para compensar esa ausencia, la respuesta está en la electrónica, en los detectores y las alarmas, hoy con una capacidad de percepción y respuesta magnífica.

Un foco mínimo de fuego es captado de inmediato y acciona los elementos para combatirlo. En el caso de los tableros eléctricos es imperdonable que sean el origen del incendio: hay controles que hacen imposible que eso ocurra. Un sensor de aspiración tiene una precisión 700 veces mayor que los sensores tradicionales», explicó.

En frases

–«Un incidente en el Polo se reporta de manera directa a la presidencia de la empresa. Un incidente en un banco se informa al área de seguridad bancaria, más ocupada en que no roben la entidad que en un incendio».

–«Los bomberos no verifican el funcionamiento de una instalación. Controlan que estén los elementos que indica un plano firmado por un profesional. Esa disponibilidad no siempre es suficiente para asegurar el lugar».

–«Es importante además hacer prueba y mantenimiento de las instalaciones. No se puede esperar un incendio para verificar si está en condiciones».

-«Hoy en materia de seguridad todo apunta a proteger la vida humana. Eso es prioritario. Luego viene el objetivo de asegurar la continuidad operativa del edificio y, por último, preservar los bienes. Ese es el orden que marcan las normas. La habilitación de Bomberos no es suficiente para asegurar ese orden».

–«Con la tragedia del boliche Crogmanon (incendio en 2004; 194 muertos) metimos preso a Omar Chabán. Pero no se exigió el cumplimiento de las normas en la materia. Recién ahora en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, únicamente, se están modificando las exigencias en cuestiones de seguridad».

Fuente: La Nueva