Los estudiantes chilenos vuelven a la calle contra la reforma educativa

Los más enardecidos fueron los estudiantes secundarios, tradicionalmente combativos en Chile. “Estamos lejos de nuestros sueños”, se quejaron.

Los más enardecidos fueron los estudiantes secundarios, tradicionalmente combativos en Chile. “Estamos lejos de nuestros sueños”, se quejaron.

Consideran insuficiente la propuesta de la presidenta Bachelet de darles educación gratuita al 60% -unos 260.000- de los universitarios.

Miles de estudiantes chilenos volvieron a salir ayer a las calles, descontentos por una anhelada reforma educativa que consideran “insuficiente” y en rechazo a lo que califican de fuerte represión policial.

A primera hora, levantaron barricadas incendiarias en el centro de Santiago y horas después se enfrentaron con la policía frente al Ministerio de Educación, a un costado de La Moneda, el palacio de gobierno.

Un grupo de universitarios ocupó por algunas horas el frente de la estatal Televisión Nacional de Chile y anoche también marcharon por el centro de Santiago.

Como en 2011, cuando emergió el poderoso movimiento estudiantil chileno para exigir el fin del sistema educativo legado por la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), los estudiantes chilenos han vuelto a tomar las calles del país.

Ahora, sin embargo, el escenario es distinto. La presidenta Michelle Bachelet puso en marcha una ambiciosa reforma educativa que a partir del próximo año significará la gratuidad para unos 260.000 estudiantes de educación universitaria.

Pero para los estudiantes la promesa de reformar por completo al que es considerado uno de los sistemas más segregados e inequitativos del planeta todavía está lejos de cumplirse.

“Estamos aún muy lejos de cumplir nuestros sueños. La reforma es muy insuficiente”, dijo Claudia Arévalo, vocera de los estudiantes secundarios.
Bachelet, que ganó la reelección precisamente con la promesa de implementar la reforma educativa, logró ya la aprobación de una ley que elimina la selección de estudiantes y prohíbe la obtención de ganancias en las escuelas que reciben dineros del Estado.

Recientemente envió al Congreso una ley que aumenta en un 28 por ciento el salario de los profesores que se acojan a un nuevo régimen docente, y hace una semana, anunció que a partir del próximo año el 60 por ciento de los estudiantes más pobres de la educación superior obtendría la gratuidad total.

Pero aún no ha dado indicios de cómo responderá a la promesa de mejorar la calidad en las escuelas públicas y establecer, a partir de 2018, la gratuidad universal en la educación superior.

“Todavía falta conocer muchos detalles de la reforma, y lo que ya se ha anunciado es menos de lo que ha demandado el movimiento estudiantil”, explicó Manuel Sepúlveda, director de política educativa de la fundación Educación 2020.

En un país donde no es posible estudiar gratis a nivel universitario y en el que hoy sólo el 40 por ciento de la matrícula escolar es pública, los reclamos de los estudiantes siguen teniendo una gran convocatoria.

En lo que va del año, los estudiantes han organizado dos marchas que convocaron en el centro de Santiago a unas 100.000 personas cada vez.
“Los problemas son de fondo. ¿Cuánto más tenemos que esperar?», agregó Arévalo.

Violenta represión

Los estudiantes también denuncian una fuerte represión policial durante sus manifestaciones. Un estudiante de arte de la Universidad Católica lucha desde hace una semana por su vida tras caer al suelo luego de recibir un chorro de agua por parte de las fuerzas especiales en una manifestación en el vecino puerto de Valparaíso.

En las protestas de ayer, la Policía volvió a usar chorros de agua y gas lacrimógeno para disolver manifestaciones de estudiantes no autorizadas por el centro de Santiago, en las que encapuchados agredieron con piedras y palos a los agentes policiales y destruyeron mobiliario público, en una dinámica que se repite en la mayoría de las manifestaciones.

“No solamente entendemos, sino que respetamos el derecho de los ciudadanos a expresarse, pero al mismo tiempo creemos que los chilenos no quieren que las manifestaciones se conviertan en destrozo”, dijo el portavoz oficial, Marcelo Díaz.

Fuente: Los Andes