Los hogares inquilinos en Rosario, una realidad creciente

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Detrás de la Capital Federal, Rosario es la segunda ciudad de la Argentina con cantidad de hogares inquilinos. Un tercio de los rosarinos no puede acceder siquiera al departamento más barato.

En la ciudad del boom inmobiliario, una quinta parte de las familias vive bajo un techo alquilado. Esa realidad posiciona a Rosario como la segunda ciudad del país, después de Buenos Aires, con mayor porcentaje de hogares inquilinos; superando también la media nacional del 16 por ciento. Y, si bien la mayoría está integrado por personas empleadas y con secundario completo, afrontar los gastos del alquiler no resulta sencillo: según datos de la encuesta permanente de hogares, el 30 por ciento de las familias rosarinas no posee ingresos suficientes para poder pagar la renta del departamento más barato sin comprometer profundamente su situación económica. Es decir: que el alquiler no supere un tercio de sus salarios.

Los números surgen de un informe de la comisión de acceso al suelo, vivienda y desarrollo urbano del Centro de Estudios Igualdad Argentina. El trabajo se presentará el miércoles próximo, durante la audiencia convocada en el Concejo Municipal para analizar la problemática que envuelve a los alquileres de viviendas y comercios. La reunión fue convocada por una iniciativa del presidente del cuerpo, Miguel Zamarini, y sentará a la mesa a representantes de las cámaras inmobiliarias, legisladores y organismos que defienden a consumidores.

En alza. «En los últimos diez años creció la cantidad de familias que alquilan y también se han incrementado los problemas relacionados con los alquileres. Y, si bien se registró una mejora en las condiciones sociales de la clase media, los costos de los alquileres comprometen cada vez más sus ingresos. Es un dato que hay que atender, ya que si bien las familias tienen ingresos importantes los alquileres pueden llegar a representar más del 30 por ciento de sus gastos», advirtió Patricia Lagarrigue, del centro de estudios presidido por el senador nacional Rubén Giustiniani.

El informe lleva como título «El fenómeno de la inquilinización en la ciudad de Rosario» y cruza datos de los dos últimos censos nacionales, los precios de alquileres publicados por la Cámara de Empresas Inmobiliarias de Rosario (Cadeiros) y de la Corporación de Empresas Inmobiliarias de Rosario (Ceir) y la encuesta permanente de hogares del Instituto Provincial de Estadística y Censos (Ipec).

Así se advierte que, en la ciudad, los hogares inquilinos pasaron del 13 por ciento en 2001 al 19 por ciento en 2011, lo que demuestra que en los últimos diez años Rosario tuvo 24.000 hogares nuevos alquilando. En promedio, por año se incorporaron 2.671 familias al mercado de alquiler, lo que expresa una cifra muy importante.

Para hacer sólo algunas comparaciones, en la ciudad de Buenos Aires el 30 por ciento de las familias alquila y en los 24 municipios del Gran Buenos Aires el índice baja al 13 por ciento. La media del país es de 16 por ciento.

Lo curioso, advierte el informe, es que el crecimiento de los inquilinos en Rosario se produjo en un «marco macroeconómico donde la economía creció, mejorándose las condiciones sociales y con un impresionante boom inmobiliario».

«Año a año se incorporaron nuevas viviendas a un ritmo importante, pero las mismas no se destinaron en su mayoría a la concreción del sueño de una casa propia sino que acompañaron (y potenciaron) el fenómeno de la inquilinización porque los precios de los inmuebles subieron tanto que se transformaron en una barrera insalvable aún para sectores de ingresos medios y medio-altos», agrega.

En cuanto a los precios de las locaciones de departamentos o casas, el trabajo indagó en cuántos hogares (más allá de que sean propietarios o no) poseen ingresos suficientes para alquilar sin comprometer su situación económica, es decir, sin que implique más de un 30 por ciento del ingreso total.

Así, de acuerdo a datos del último trimestre de 2013, para acceder a una vivienda de un dormitorio se necesitaba en promedio 2.125 pesos, un requisito imposible de cumplir por el 30 por ciento de las familias rosarinas sin comprometer profundamente su situación. Para una viviendas de dos dormitorios, el precio promedio fue de 2.845 pesos, únicamente accesible para el 40 por ciento de las familias.

«La gran mayoría de la población en la ciudad no puede acceder al mercado de alquileres formales sin comprometer su situación económica o sin resignar ubicación, calidad o metros cuadrados», advierte el informe.

Y señala que el mercado de alquileres «podría permitir dar una solución habitacional parcial, sobre todo a los hogares jóvenes, y promover la utilización de viviendas vacantes, las que además se encuentran bien ubicadas, con infraestructuras y servicios».

Sin embargo, «en la actualidad el mercado de alquileres constituye para los inquilinos, más que una solución, un problema en sí mismo» que delata la necesidad de ser tomado en cuenta por las políticas públicas y las políticas de vivienda

Fuente: Sin Mordaza