Los intendentes neuquinos «tarjetean» la obra pública a Rolando Figueroa

El corte de fondos de Javier Milei los llevó a reinventarse. Se acaban las lunas de miel y la gente pide cosas concretas. ¿Es una moneda de cambio electoral?

El corte de fondos de Javier Milei los llevó a reinventarse. Se acaban las lunas de miel y la gente pide cosas concretas. ¿Es una moneda de cambio electoral?

En época de vacas flacas nadie quiere quedarse de brazos cruzados. Y en Neuquén los intendentes empiezan a moverse para hacer obra pública, esta vez con otro esquema. Se endeudan en cuotas con el gobierno provincial, ante el recorte de transferencias del gobierno de Javier Mieli.

Esto está sucediendo y es un cambio de paradigma en estos más de cinco meses de gobierno. La Provincia pidió una autorización para endeudamiento de 500 millones de dólares (de los cuales 350 son para obra pública) y los intendentes no se quedaron atrás.

Se acabaron los tiempos de las trasferencias, de las gestiones por obra pública, los desembolsos donde las empresas incluso hasta paraban obras por deudas. Se acabó todo y ahora serán los intendentes los que sacarán la tarjeta de crédito para pagar estos proyectos.

¿Cómo devolverán el dinero? A través de descuentos mensuales de coparticipación, algo que se viene haciendo hace años.

Intendentes: obras no palabras
Un ejemplo de este nuevo esquema es la Municipalidad de Centenario, que necesita de manera urgente activar obras de redes de gas natural antes del invierno, y se endeudará por 800 millones de pesos, con el gobierno de Figueroa.

Se trata de unas 856 conexiones domiciliarias, con otras 236 que se comenzarán a ejecutar en breve. Toda esta mecánica financiera es para hacer obras en la segunda meseta, específicamente en el barrio Bella Vista Oeste II, una zona de alta densidad poblacional.

Para los contribuyentes también es una suerte de crédito. Van a pagar las obras una vez que las finalicen y en cuotas, con el viejo régimen de contribución de mejoras, donde abonan el 70% del monto total de los trabajos.

Los básico: comer, calentarse y trabajo
La obra pública y la necesidad de algo tangible están poniendo en jaque a la política y se están terminando todas las lunas de miel con los políticos. Atrás quedan en este espacio las denuncias de ñoquis, y de corrupción. Se viene el invierno y la gente necesita un paquete de temas sin resolver: comer, calentarse del frío y trabajo. La ideología, las selfies y los discursos de funcionarios sonrientes ya están generando más bronca que adhesión.

Se viene un invierno y se espera que sea duro, pese a la caída al 8,8% de la inflación de abril. Los precios siguen viajando por el ascensor y los sueldos por la escalera. El escenario se corrige, sólo para unos pocos.

Los intendentes saben que son los receptores de la crisis, incluso con temas que ni le corresponden como la seguridad y la salud. Todo va a parar a los municipios.

Cada municipio tiene su propia realidad financiera y sólo pocos tienen cierto margen de libertad. Neuquén es uno de ellos donde la recaudación se sostiene, a través de los débitos automáticos y los aportes de contribuyentes, donde hay muchas empresas.

Pero en las ciudades más chicas o parajes, todo está atado a la voluntad del gobierno provincial. Se cierra y se abre el grifo con mucho diálogo y política en el medio.

Los «ahorcados» y la política
A propósito de eso, el gobernador ha dicho que en 2025 se presentará en las elecciones legislativas. Tiene que tener algún respaldo en la Cámara de Diputados y de Senadores, ya que hoy no tiene legisladores propios. Sólo un diálogo e intercambios políticos.

¿Qué rol cumplirán los intendentes ahorcados en este esquema electoral futuro? Hay una frase que le gustaba decir a un político neuquino, ya desdibujado de la escena. “La necesidad tiene cara de hereje”. Y la necesidad está en todas partes.

Fuente: La Mañana Neuquén