Los neuquinos caen en las reparaciones por la crisis: ¿Cuánto cuesta arreglar un electrodoméstico?

Rigoberto Soto cuenta cómo evolucionó el rubro durante 40 años. Los lavarropas y heladeras nuevos cuestan fortunas y la gente apuesta sólo a los arreglos.

Rigoberto Soto cuenta cómo evolucionó el rubro durante 40 años. Los lavarropas y heladeras nuevos cuestan fortunas y la gente apuesta sólo a los arreglos.

Hay ciertos oficios que han tenido oxígeno en esta crisis que vive la Argentina, con electrodomésticos cada vez más caros. Cambiar una heladera o un lavarropa puede llegar a costar más de un millón de pesos y las reparaciones, están al orden del día en Neuquén.

En este Día del Trabajador que se conmemora este 1° de Mayo, hay varios oficios que con las crisis comenzaron a fortalecerse. Nunca desaparecieron pero hoy están más activos que nunca.

Uno de ellos es el de reparador de electrodomésticos, en un mundo donde los artefactos nuevos ya no duran como en los viejos tiempos.

Rigoberto Soto sabe de lo que se habla. Es uno de los íconos en Neuquén de este tipo de reparaciones. Tiene 65 años, es cipoleño y hace más de 40 años que está en el rubro. Sólo en la ciudad, está hace 26 años, con su taller Serviquén en la calle Carlos H Rodríguez 952.

“Me jubilé, pero sigo viniendo al taller todos los días desde Cipolletti a las siete de la mañana. Todavía quedan cosas por hacer”, dice Rigoberto, en diálogo con LMNeuquén.

El hombre, que tiene un empleado en el taller, sostuvo que “ahora la gente repara más que antes» aunque hizo la salvedad. La actividad, en su caso, se ha sostenido con el tiempo con una demanda constante por la clientela.

Rigoberto reconoció que Neuquén ya no es un pueblo chico, y cada vez hay más reparadores de electrodomésticos que se lanzan al mercado laboral. Algunos, incluso, con poca experiencia.

Del lavarropa a la heladera: los costos
«Para cambiar un artefacto cualquier cosa sale quizás ahora alrededor de tres o cuatro veces más de lo que valía antes. Hay más reparaciones que compras de electrodomésticos. El trabajo se mantiene. Se mantuvo más o menos siempre. No hay mayor cantidad porque en este rubro hay mucha gente. El cliente busca precios, también.

Últimamente hay mucha gente que está haciendo cosas que no tienen una carrera sobre este tema de las reparaciones. Aparecen muchos para reparar. Mucha gente que no tiene el conocimiento necesario y entonces ahí es donde andan haciendo cosas que no corresponden», sostuvo.

Rigoberto pasó por varias etapas de reparaciones, desde los viejos lavarropas a paleta, hasta los actuales donde uno de los mayores problemas (aunque no el único) son los sistema de plaquetas electrónicas que se rompen.

«Acá en Neuquén eran pocos los talleres autorizados, nosotros somos representantes de Whirlpool en la zona entonces estamos autorizados a hacer cosas. Hemos ido a hacer cursos a Buenos Aires. Estamos en conocimiento de lo que es un aparato ya sea heladera, lavarropas o lavavajillas, que es lo que reparamos», dijo.

El cliente busca precios, también. Últimamente hay mucha gente que está haciendo cosas que no tienen una carrera sobre este tema de las reparaciones. Aparecen muchos para reparar. Mucha gente que no tiene el conocimiento necesario y entonces ahí es donde andan haciendo cosas que no corresponden – Rigoberto Soto

Las reparaciones no son baratas, tampoco. Un lavarropas nuevo, por ejemplo, cuesta 900 mil pesos para arriba. Una heladera es lo mismo que cualquier artefacto nuevo hoy de baja calidad hasta en los 800 o 900 mil pesos.

«Una reparación con repuesto y todo está gastando 200 mil, como mucho a veces», explicó.

Rigoberto sostiene que en estos años, los arreglos no cambiaron pese a los avances de la tecnología, aunque reconoció que los artefactos, antes duraban muchos más por el sistema mecánico y la calidad de los componentes.

El cambio de tecnología
«Hay muchos problemas con el tema de la corriente en las placas electrónicas. Todo artefacto viene en forma electrónica, con placas. Lo que más sale para reparar es el lavarropas, se usa mucho. Hoy y si no tenés un lavarropas en marcha están mal porque no hay no es lo mismo», explicó.

Rigoberto reconoció que Neuquén ya no es un pueblo chico, y cada vez hay más reparadores de electrodomésticos que se lanzan al mercado laboral. Algunos, incluso, con poca experiencia.

Rigoberto dijo que ya está jubilado y que le gusta lo que hace: arreglar electrodomésticos y cada día aprender mucho más sobre el funcionamiento de nuevos modelos. Y en este sentido, dijo que desde la pandemia se vio a más personas arreglar cosas por sí mismas pero que muchas veces cometen errores.

«Por suerte hago lo que me gusta. Hay personas que no están en el rubro y se meten igual a hacer cosas porque bueno, no tendrán trabajo”, indicó.

Y acotó: «Muchos hacen eso, con tutoriales de YouTube. Entran en el rubro pero no es tan fácil. Tienen que tener un par de años de experiencia y el mismo trabajo va enseñando también».

El hombre se refirió también al momento especial que vive el país, respecto a los faltantes de algunos repuestos, por la situación económica del país, la suba del dólar en su momento y la restricción de algunas importaciones.

El dólar y los repuestos
“Hay cosas que ya no se consiguen, pero las reparaciones se siguen haciendo igual, a lo sumo se tarda un poco más en los pedidos. Tenemos buenos contactos para resolver las situaciones, desde hace años”, indicó el hombre, quien sostuvo que sigue haciendo algunas cosas en el taller, pese a que está jubilado desde hace un tiempo.

Desde hace varios meses y con la disparada del dólar el año pasado el precio de los electrodomésticos no tuvo techo. Y con el contexto de la crisis, muchas personas ya no pudieron cambiar los artefactos. Y así como otros oficios como el de las costureras, remendadores y zapateros, en estos días cobra fuerza reparar las heladeras, lavarropas y lavavajillas, porque comprarlos nuevos, duele al bolsillo.

Fuente: La Mañana Neuquén