Mar del Plata se ve afectada por el síndrome de la “persiana baja”
Ventas en descenso y a costos en ascenso están generando una ecuación que a los comerciantes no les cierra. Se multiplican los locales cerrados, abarcando a todos los rubros y zonas geográficas.
19/09/2016 ECONOMÍAVentas en descenso y a costos en ascenso están generando una ecuación que a los comerciantes no les cierra. Se multiplican los locales cerrados, abarcando a todos los rubros y zonas geográficas. Si bien no hay despidos de personal, tampoco se generan nuevos puestos de trabajo. Para la sindicato, la situación es «delicada».
La escena se repite en cualquier zona de la ciudad: las persianas bajas de locales comerciales de todos los rubros. La postal se multiplica en diversos barrios marplatenses y en los centros comerciales a cielo abierto, especialmente en aquellos que no tienen un trazado lineal. Durante el pasado agosto, el promedio de las ventas “bajó un 23 por ciento”, a comparación con el mismo mes del año pasado. También los empresarios manifestaron “preocupación” por los precios de los alquileres y la instalación de manteros (ver página 4).
La situación “se agravó en los últimos meses”, consideró el secretario de la Unión del Comercio, la Industria y la Producción (UCIP), Blas Taladrid, amparándose en las estadísticas que maneja: “En agosto pasado bajaron las ventas 23 por ciento interanual”, aseguró.
El cóctel puede ser explosivo para un sector en el que “cayeron las ventas y aumentaron los sueldos y las cargas sociales. Así se hace difícil mantener un comercio”, analizó el dirigente empresarial y describió que “muchos comerciantes están haciendo un esfuerzo de mantener abierto esperando que la situación mejore y manteniendo las fuentes de trabajo”.
“En muchos casos -añadió- se perdió rentabilidad, en otros se sostienen con ahorros previos y también hay casos en los que se liquida mercadería disminuyendo el capital”.
Panorama en la ciudad
Las persianas bajas de los locales, que en muchos casos ostentan carteles de venta o alquiler, se multiplican en distintos barrios marplatenses, como en el corazón comercial del Puerto, la calle 12 de Octubre.
En Talcahuano, casi llegando a la avenida Juan B. Justo, locales de grandes y medianas dimensiones ostentan carteles de alquiler mientras que en la continuación de la calle que cambia su nombre a Córdoba -en las inmediaciones del Hospital Privado de Comunidad- una construcción que tuvo la intención de convertirse en galería comercial muestra evidentes signos de abandono.
El panorama se repite en el micro y el macrocentro, en la avenida Juan B. Justo o en las inmediaciones del centro comercial de Güemes y Alem, entre otros.
Sin reposición
Desde el ámbito empresarial relacionado con el comercio resaltaron que “se mantienen las fuentes de trabajo” aunque reconocieron que no se generan más puestos laborales ya que “si alguien se jubila o renuncia no se cubre ese puesto. Pero no hay despidos. Estamos esperando la reactivación y después cuesta mucho formar a las personas”, reiteró Taladrid.
Si bien la problemática abarca a todos los rubros comerciales, las zonas más afectadas son “las de Playa Grande, con epicentro en la Alem y sus aledañas, y la avenida Tejedor”, enumeró.
“Los centros comerciales no lineales, es decir que tienen calles aledañas -explicó Taladrid- como Alem y Güemes, son los que tienen más locales cerrados porque empiezan a bajar las persianas en las transversales, primero, y después se afecta la arteria principal”.
Así, en Alem y la avenida Tejedor el relevamiento de la UCIP indicó que hay “un 15 por ciento de locales cerrados, seguido por San Juan, 12 de Octubre y Juan B. Justo con un 10 por ciento de las locaciones cerradas”, describió.
Las persianas, verdes y bajas, indican que el local ubicado al 3800 de Bernardo de Irigoyen está cerrado desde hace tiempo, como los dos comercios ubicados a su lado que supieron albergar a bares muy concurridos.
Pero la época de jolgorio terminó en la zona de Alem, hace un tiempo atrás, cuando se decretó -a través de sendas ordenanzas- que en las inmediaciones de la “Recoleta marplatense” se podrían construir edificios de hasta 4 pisos de altura. El cambio de rubro no prosperó y hoy esos locales continúan cerrados y con signos de abandono.
Alquileres
El micro y el macrocentro no quedan exentos de la situación, al igual que muchas galerías con sus locales interiores.
En la peatonal San Martín hay tres locales de grandes dimensiones que se encuentran cerrados, en una de las principales arterias comerciales de la ciudad. “Es un dato demostrativo de la caída del consumo interno que se espera para lo que resta del semestre”, opinó el secretario de la UCIP y denunció, además, la instalación ilegal de manteros (ver recuadro).
Otro componente de la ecuación que da balances negativos es el alto costo de los alquileres. En algunos casos, la preocupación pasa por que los propietarios pretenden actualizarlos en forma escalonada para acompañar la inflación, mientras que en otros se cuestiona la renovación.
Una vez transcurridos los 3 años, el plazo mínimo que puede pactarse, más allá de que debido a los ajustes el precio ya fue actualizado, los locadores intentan conseguir un precio más alto en el nuevo contrato, teniendo en cuenta que en muchos casos los comerciantes hicieron una inversión que saben que deberán repetir en caso de cambiar de inmueble.
“Situación delicada”
Desde la seccional local del Sindicato de Empleados de Comercio (SEC) describieron como “delicada” a la situación y analizaron que “el drama de muchos comercios chicos que están cerrando es que no pueden pagar el alquiler”.
Sin embargo, “no hemos tenido una merma de los trabajadores, porque los que cerraron estaban en negro”, explicó el secretario general del SEC local, Pedro Mezzapelle.
Asimismo, el dirigente gremial consideró que la situación “es delicada” porque “no hay fuentes de trabajo, no hay salidas laborales” y no es demasiado optimista de cara a los próximos meses.
“Esto es delicado porque no hay trabajo -reiteró-, por ende no hay ventas y la inflación baja porque la gente no compra. Esto hay que decirlo”.
En ese sentido, reiteró el pedido de convocatoria a todos los sectores productivos de la ciudad con vistas a la próxima temporada veraniega. “No nos llamaron ni de la CGT ni del gobierno -aseguró- pero esperamos que nos convoquen. Que fijen aumentos del 20 por ciento para los alquileres de temporada parece a propósito, no le hace bien a nadie, perjudica para que nos elijan para pasar sus vacaciones los turistas”.