Más de 60 mil jóvenes en la fiesta de disfraces más grande del país en Paraná

Video-fiesta-de-disfraces-2013-Parana
La 16° Fiesta de Disfraces se vivió en el predio de Circunvalación y Don Bosco con shows de música. Miles de personas de diferentes puntos de Argentina y otros países se acercaron a disfrutar bajo las más disímiles apariencias.

Pasada la medianoche ya se contabilizaban más de 50.000 personas en el predio, marcando un récord de concurrencia, pero el ingreso continuaba de manera incesante.

“Hace varios años que vengo, la verdad que es la primera vez que nos toca una noche tan linda como esta”, dijo un vampiro llamado Maxi mientras ingresaba al predio. Poco minutos después de las 20 se abrieron las seis puertas del predio ubicado en Don Bosco y Circunvalación, lugar de festejo para todos aquellos que estuvieron llegando a Paraná en los últimos días, y paseando por calles y parques, algunos ya disfrazados desde el comienzo del fin de semana.

Los primeros en entrar tardaron un rato más, viviendo el colorido clima en las inmediaciones. En la Puerta D, dos monjas y un cardenal inauguraron el ingreso. Esteban, vestido de hombre lobo, pasa solito bien temprano por la Puerta E, apenas quedó habilitada. En la Puerta F, en cambio, fue el “Capitán Argentina” (Capitán América había muchos) el primero en traspasar el control de cacheos. “Ese ya se gana un punto por originalidad”, dice uno de los policías.

Los que entraron desde temprano tuvieron su tiempo y espacio para recorrer las seis carpas distribuidas en las ocho hectáreas: Roundbox, Beambos, Speed Club, La Carpa de la Alegría, Coolbox y Classics (para mayores de 35, cada vez más numerosa, con su ingreso preferencial por Acceso Norte y López Jordán, y estacionamiento propio).

Cada carpa presentaba barra, sonido, video, iluminación y DJ propio. También estaban los tres sectores gastronómicos, el espacio para las fotografías oficiales (que luego compiten por los premios), y el sector con juegos, publica El Diario.

Como en las últimas ediciones, mucha gente se reunió en las cercanías del ingreso para ver llegar, evaluar y deleitarse con el desfile de disfrazados participantes. Se juntaron personas mayores, adultos con niños y vecinos que se acercaron a sacar fotos, como en cualquier espectáculo popular. “Salimos con los chicos, nos comemos algo por acá, y disfruta toda la familia”, comentó Esteban, que desde temprano se instaló con una conservadora en la esquina más concurrida. Este año no hubo gradas dispuestas como un corsódromo, pero los curiosos se acercaron igual a observar la entrada. Muchos de los pequeños iban disfrazados de zorro, hombre araña, mago o dama antigua, y solicitaban sus fotos con Mickey, Minie y Papa Pitufo.

Fuente: El Once