Mendoza: El ganador impensado de las elecciones y el éxito de los proyectos personales

El Frente Elegí fue el más votado en los seis departamentos que gobierna, pero primaron los proyectos individuales. Cambia Mendoza sufrió la derrota esperada, pero con buen desempeño en dos comunas.

El Frente Elegí fue el más votado en los seis departamentos que gobierna, pero primaron los proyectos individuales. Cambia Mendoza sufrió la derrota esperada, pero con buen desempeño en dos comunas. Igual, el ganador impensado fue otro y hay incertidumbre hacia el futuro.

Fue un 7 a 0 previsible contra Cambia Mendoza, que tuvo un desempeño digno; el PJ mantuvo sus comunas, pero con una impronta individualista y nadie que agrupe. San Carlos tendrá un final de novela y quedó claro que hay espacio para que tres fuerzas políticas se disputen el poder de la provincia; la boleta única es sencilla, ágil y excluyente para personas con dificultades visuales, entre otros. Un brevísimo y antojadizo resumen de las elecciones primarias de ayer. Pero hay otros datos que indican que en esos siete departamentos y probablemente en toda la provincia aún hay un margen de incertidumbre enorme, de imprevisibilidad y dudas. Está en el «ganador impensado» de las elecciones de ayer.

Umberto Eco y el jesuita Carlo María Martini se cruzaron misivas luego publicadas en el texto «¿En qué creen los que no creen?», donde un laico y  un cardenal debaten profundamente sobre la vida, el pasado, el futuro y la «esperanza» ese concepto que remite  a cosas similares entre creyentes e incrédulos. Pues a riesgo de profanar profundamente las ideas de esos intelectuales, la pregunta que surge en Mendoza es «a quién votan lo que no votan», justamente en quién creen los que ayer no creyeron y no tienen representación tangible; su manifestación política es parte de especulaciones, más que de datos tangibles.

Aunque eran comicios sencillos, con poco volumen de electores y sin mayores conflictos, la participación tuvo un récord negativo. Apenas llegó al 62% de los empadronados. Hay allí cerca de un 15% de ausentismo si se tiene en cuenta la participación histórica, que en Mendoza es alta. En Maipú, por ejemplo, el voto negativo es la «tercera fuerza». Hubo 3,31% de voto en blanco, es decir, personas que no tildaron a ningún candidato. Y un 9% de votos anulados, que representan el punto más inquietante del análisis. Ese volumen enorme puede ser por voto bronca, es decir, el equivalente al voto clemente del 2001, o por errores groseros en la implementación de la boleta única. O un poco de cada cosa. Ambas ideas son preocupantes. En definitiva más del 12% de las personas fueron a votar, pero su decisión no fue a parar a ningún candidato.

Entre el voto «negativo» y el ausentismo hay un 27% de electores que en septiembre podrían votar e influir de manera relevante. Probablemente no haya que recurrir a la aritmética para el análisis, pero sí habrá un grado de incertidumbre que se volcará de manera distinta.

En San Rafael, el otro departamento relevante en cuanto a volumen de electores, el comportamiento fue similar: más del 12% de votos negativos y aún menor participación: 59%. Una cantidad enorme de personas sobre las que no se sabe en qué creen. En esa comuna sí hubo un «captador» del voto bronca, pues los libertarios tuvieron 9% de los votos.

En las elecciones de junio puede haber un comportamiento similar por la sensación de zozobra. De hecho en 2021 ocurrió. Esta vez el oficialismo provincial sí estará interesado en promover la participación porque tendrá en juego mucho más que ayer. Pero difícilmente tenga las herramientas para volcar el mal humor reinante.

Proyectos individuales
Cambia Mendoza tuvo un 7 a 0 en contra, mantuvo su  tara con Maipú y San Rafael, pero por ahora es el único frente que logra construir un proyecto de poder colectivo. Hubo un dato sobresaliente que también es la primera prueba de supervivencia pos Cornejo y Suarez. El triunfo de Mauridio Pinti Clop a Néstor Majul va en ese sentido, pues el «viceministro» de Seguridad competía con la estructura del poder oficial, pero sin los votos. Una mínima muestra de rebeldía que resultó exitosa y no se va a reproducir en otros departamentos, pero sí tiene puntos en común con precandidatos que surgen a la sombras de los «viejos líderes» creados por Cornejo. Además, se sienten «competitivos» en San Carlos, donde la apuesta es más a que el candidato de Difonso pierda a tener la conducción.

El Frente Elegí ganó pero no festejó. Extraño fenómeno de la política local, donde reina en la oposición la búsqueda individual prima sobre lo colectivo. Eso es lo que ocurrió con el peronismo: cada intendente buscó su propia supervivencia, sin un proyecto colectivo que los nuclee.

Matías Stevanato fue el que resultado más holgado tuvo, con una proyección propia a futuro y tomando distancia del sector que hoy lo contiene; incluso con mensajes ya explícitos hacia Omar De Marchi, a quien apoyará en las elecciones nacionales. La dinastía Félix en San Rafael sigue, pero quedó una zanahoria tendida para que Cambia Mendoza no tire la toalla. Igual, en ambos departamentos el enorme volumen de ausentismo puede generar aberraciones en la interpretación, pues, nuevamente, no se sabe a quién votarían los que no votaron.

Una muestra de la falta de proyectos colectivos lo representa el Partido Verde; que tuvo una elección calamitosa en lo grupal, pero exitosa en lo individual en San Carlos. Ese partido, desprendido de lo que fue Protectora, fue la tercera fuerza más votada hace dos años. Ayer tuvo un desempeño desastroso como fuerza política, luego de haber quedado afuera de casi todas las comunas. En San Carlos solo el empuje individual de Marcelo Romano logró un éxito. El caso de Lavalle es muy particular. Roberto Righi sufrió un cachetazo porque su candidato perdió las PASO, aún cuando el PJ tuvo una elección holgadísima en ese departamento. Se cae nuevamente el mito de los caciques. En Mendoza ningún intendente del peronismo bautizado de esa manera tuvo proyección más allá de sus narices. Le pasó a la troupe de Maipú, también a la dinastía Félix y ahora el intendente récord de Mendoza, que está en el poder desde 2001, tuvo astucia para construir una sucesión más allá de su yo.

La boleta única tuvo una implementación exitosa para quienes pudieron votar. Y dejó a los partidos políticos sin varias de sus tradicionales picardías; un paso adelante. Sí hay dificultades de accesibilidad, por ejemplo. Allí puede estar parte del volumen del voto negativo y de la incertidumbre que hay hacia el futuro inmediato; para saber en qué creen los que hoy, no creen en nadie que camine sobre las calles.

Fuente: MDZ