Mendoza espacial: una antena de la agencia europea en Malargüe comunica a la sonda Rosetta

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La estación fue clave en la misión de Rosetta, la sonda que aterrizó en un cometa Con su antena de 35 metros de diámetro, posibilita la comunicación entre la Tierra y el dispositivo, en el espacio profundo.net.ar

Ubicada frente al volcán Malacara, a la vera de la ruta 186, a unos 40 kilómetros de Malargüe, se encuentra la estación DSA3 de la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés). Casi perdida en el desierto, esta estación fue y es un engranaje esencial en la misión de Rosetta, la sonda europea que el miércoles llegó al cometa 67/P Churyumov-Gerasimenko tras diez años de viaje.

“No encuentro un adjetivo para calificar lo que pasó. Parece casi un disparate. Que una sonda haya aterrizado en un cometa a millones de kilómetros de la Tierra, que haya viajado 10 años, que haya sobrevivido a las inclemencias del espacio y que esté bien y transmitiendo es casi de ciencia ficción”, le dijo a radio Nihuil Diego Pazos, ingeniero en Electrónica y gerente de Operaciones y Mantenimiento de la estación.

Pazos, nacido en Buenos Aires pero mendocino por adopción, vive en Malargüe con su familia. Esa localidad también acoge al resto del equipo de Telespazio Argentina SA –son seis en total– que opera la Deep Space Antenna 3 (DSA3), la estación que completó el trío de antenas para la exploración del espacio profundo.

Con ellas, la ESA alcanza una cobertura en circunferencia de 360 grados, es decir que puede monitorear todas sus sondas y satélites a pesar de la rotación de la Tierra (ver aparte). Según relató Pazos, la DSA3 fue la encargada de permitir la comunicación entre la sonda Rosetta y nuestro planeta.

La experiencia

Si bien la estación es operada de manera remota desde Alemania, Pazos y su equipo (otros dos ingenieros y tres técnicos) son los responsables de mantenerla.

“Vivimos en Malargüe y viajamos todos los días. Llegamos a las 7 de la mañana y volvemos como a las 5 o 6 de la tarde. Es toda una experiencia, porque hay que estar ahí, con vientos de hasta 110 kilómetros por hora o temperaturas de 25 grados bajo cero en invierno”, revela.

El ingeniero también contó que pese a estas cuestiones que pueden parecer a primera vista adversas, Malargüe fue el lugar elegido por la ESA para la instalación de la tercera estación por la pureza del espectro radioeléctrico.

“Nosotros hacemos comunicación, no observación. Buscamos un lugar protegido de la contaminación radioeléctrica, cerca de una ciudad pequeña, con aeropuerto y hospital. Pero también que tuviera voluntad política para llevar este proyecto adelante. Eso fue lo que encontramos en Malargüe”, cerró.

►Made in Mendoza: los profesionales. De los seis operarios que mantienen la estación DSA3, cinco son argentinos. El otro es italiano, pero vive en Mendoza desde los 9 años. Todos se formaron en universidades argentinas como la UTN y la UNCuyo y en escuelas técnicas de Mendoza.

Cooperación internacional

En 2007, cuando la ESA decidió instalar su tercera estación en el continente americano, se estudiaron numerosos lugares, tanto en Chile como en Argentina. En 2009, se decidió que fuera en Malargüe. El convenio entre la ESA y nuestro país, representado por la Comisión Nacional del Espacio (CONAE), establece que esta última institución coordinará para la comunidad científica de nuestro país el uso del 10% del tiempo de antena disponible, con el fin de promover el acceso de los investigadores de nuestro país al uso de esta importante red internacional, para sus propios estudios.

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Fuente: Uno, Mendoza