Michelle Bachelet está ahora en la mira por el financiamiento electoral

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Uno de los principales recaudadores de la campaña electoral de la presidenta de Chile declaró ayer ante la Justicia, abriendo un nuevo flanco de críticas hacia la mandataria.

Uno de los principales recaudadores de la campaña electoral de la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, declaró ayer ante la Justicia, abriendo un nuevo flanco de críticas hacia la mandataria por eventuales ilícitos en recaudación de fondos electorales. El geógrafo Giorgio Martelli concurrió a declarar como imputado en el marco de la investigación por financiamiento político ilícito por parte de la minera Soquimich (SQM), controlada hasta hace poco por el ex yerno del dictador Augusto Pinochet (1973-1990). Martelli es investigado por eventuales delitos tributarios asociados a su empresa Asesorías y Negocios (AyN), que la Justicia cree fue usada como pantalla para la recolección y distribución de fondos a una veintena de asesores cercanos a Bachelet, entre ellos su ex ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo.

Los pagos, de unos 220 millones de pesos (360.000 dólares), se habrían realizado antes de que Bachelet oficializara su intención de competir de nuevo por la presidencia de Chile, en marzo de 2013. Las fechas son relevantes porque la legislación chilena permite el aporte de empresas a las campañas políticas solo 90 días antes de las elecciones. En este caso, a partir de agosto de 2013.

Cuestionamientos. Aunque los eventuales ilícitos no alcanzarían directamente a Bachelet, el caso ahonda la crisis de desconfianza que azota a Bachelet, cuya popularidad se ubica en un mínimo histórico del 29 por ciento, tras el escándalo que involucra a su hijo mayor, investigado por la Justicia luego de concretar junto a su esposa un millonario negocio de especulación inmoliaria. El hecho, además, de que gran parte del dinero provenga de una filial de SQM controlada hasta ese entonces por un ex yerno del dictador Augusto Pinochet, a quien la actual coalición oficialista combatió, le agrega un cuestionamiento ético. «Pareciera confirmarse que la política y el poder no tienen moral», dijo el politólogo Guillermo Holzmann. «El escenario es complejo para ella, porque el cuestionamiento está en el plano ético», agregó el analista.

Fuente: La Capital, Rosario