Obama, menos austero, beneficia a la clase media
03/02/2015 EL MUNDOPropuso para 2016 un presupuesto con mayor inversión pública y fuerte presión fiscal sobre la clase alta y las grandes corporaciones. Se prevé dura resistencia de la oposición.
Washington. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, presentó un presupuesto para 2016 de casi cuatro billones de dólares, menos austero que los anteriores, particularmente en defensa, y con aumentos fiscales para los más ricos y las corporaciones, rechazados de antemano por los republicanos.
“Quiero trabajar con el Congreso para reemplazar la austeridad sin sentido con inversiones inteligentes que fortalezcan a Estados Unidos. Y podemos hacerlo de una forma fiscalmente responsable”, afirmó Obama en un breve discurso desde la sede del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), en Washington.
Resistencia opositora
El Congreso se ha resistido casi por norma a aprobar los presupuestos presentados por Obama y todo apunta a que este no será la excepción. En Washington se escenifica la misma comedia presupuestaria desde que el mandatario demócrata llegó a la Casa Blanca.
En los dos últimos años de su mandato, Obama se ha marcado prioridades y nada tienen que ver con la austeridad ni con equilibrar el déficit. El presidente, como ya anticipó en su discurso sobre el estado de la Unión de finales del mes pasado, pretende atajar lo que de lo contrario puede definir una era: la cada vez mayor brecha entre los ricos y el resto de los ciudadanos.
“Tenemos que ser inteligentes sobre cómo paguemos nuestras prioridades”, declaró Obama y añadió que eso era lo que hacía su presupuesto, revitalizar las caducas infraestructuras de la nación, apostar por la educación de los jóvenes, invertir en sanidad y fortalecer una clase media que en opinión del mandatario ha esperado ya mucho tiempo.
Atrás quedan los años de recortar el gasto público y no cargar impositivamente a los más ricos ni los beneficios que logran las empresas en el extranjero. Adiós a la austeridad que no deja respirar a la clase media, al igual que ha ahogado a la sociedad europea, en concreto a la griega, como expresó el presidente en una entrevista con CNN el pasado fin de semana en un guiño de simpatía hacia el nuevo Gobierno antiausteridad de Alexis Tsipras, que sin duda ha dado a éste alas ante Berlín y Bruselas.
Obama cree que ha llegado el momento de pasar página y poner fin a la austeridad, ya que es difícil reestructurar la economía y lograr ser competitivos “si los estándares de vida de los ciudadanos caen un 25%”.
“Sencillamente, la sociedad no puede soportarlo”, expresó. “No se puede seguir estrujando a países que están en medio de una depresión. Hay un punto en el que tiene que haber una estrategia de crecimiento para que puedan pagar sus deudas y eliminar así parte de sus déficits”, dijo en CNN, analizando la crisis europea.
El presupuesto de Obama para 2016 pretende dos grandes asaltos, ambos con muy pocas posibilidades de llegar intactos al final de la pelea, que se espera encarnizada.
Uno: Los republicanos del Congreso no aprobarán el impuesto obligatorio del 14% sobre los beneficios que las compañías estadounidenses obtienen en el extranjero ni permitirán la subida de impuestos a los más ricos. Y dos: no darán vía libre a la ley que regulariza a millones de indocumentados y aportaría millones a la economía estadounidense.
El justo medio para la Casa Blanca y el Capitolio se encontrará en Defensa, ya que se asume que los republicanos no van a poner “en riesgo”, como dijo Obama, la seguridad nacional.