Obama y el Papa coincidieron sobre cambio climático y la inmigración

217233_img_2
“Como hijo de una familia de inmigrantes, me alegra estar en este país, que ha sido construido en gran parte por tales familias”, dijo el Papa argentino.

El presidente Barack Obama y el Papa Francisco exhibieron ayer sus coincidencias ante desafíos mundiales como la migración o el cambio climático, durante el comienzo de la visita a Estados Unidos del popular Pontífice, aclamado en las calles de Washington.

El jesuita argentino de 78 años, que por primera vez pisa territorio estadounidense, abrió su visita bajo el signo de la defensa de los excluidos y de quienes son forzados a emigrar, pero también insistió en seguir el combate a la pederastia.

«Como hijo de una familia de inmigrantes, me alegra estar en este país, que ha sido construido en gran parte por tales familias», dijo Francisco en un inglés fluido pero con acento, aludiendo a la polémica política hacia la migración latina en Estados Unidos.

Bajo un cielo azul y despejado en la fresca mañana de la capital estadounidense, y ante más de 10.000 personas en los jardines de la Casa Blanca, Obama elogió el «mensaje de amor y esperanza» del Pontífice, fuente de inspiración para «muchas personas» en el mundo.

El presidente también alabó la «humildad» y «simpleza» del jesuita, así como la «gentileza de sus palabras». A menos de 500 días para el fin del segundo mandato de Obama, el mandatario cuenta con el respaldo del Papa en dos temas prioritarios: Cuba y el cambio climático.

El presidente agradeció a Francisco su «apoyo invalorable» en el histórico acercamiento iniciado en 2014 entre La Habana y Washington, subrayando que era portador de «una mejor vida para los cubanos».

Sobre la lucha contra el cambio climático, prioridad del gobierno de Obama, el Pontífice insistió en un combate «que no se puede dejar a la próxima generación». Y celebró el plan de la Casa Blanca para reducir la contaminación ambiental.

“Papa futurístico”

«¡Viva el Papa!», le gritaba un enorme contingente de latinos congregados en la Casa Blanca. Francisco se dio un baño de multitudes en las cercanías de la residencia presidencial tras reunirse en privado con Obama en el Salón Oval.

A bordo del Papamóvil -un Jeep Wrangler blanco de techo transparente y aberturas laterales- Francisco saludó sonriente a miles de personas detrás de las barreras.

Pero Sofía Cruz, una pequeña de 5 años de origen latino, saltó la verja y corrió directo hacia el papamóvil. Los guardias la detuvieron a medio camino pero el pontífice hizo señas para que se la trajeran.
Por su atrevimiento, Sofía ganó una caricia, luego un abrazo y un beso del propio Francisco, que provocó lágrimas en el padre de la niña y la algarabía del gentío.

«Fue fantástico. Creo que es muy diferente, como un Papa futurístico. Con los pies en la tierra, tan humilde, tan amoroso, y simplemente liderando con el ejemplo», dijo a la AFP Cristina Temboury.

«Es un líder fantástico, alguien que necesitamos», añadió esta funcionaria de 46 años, riéndose porque sin quererlo se tenía 15 fotos de sí misma mientras pasaba el Papa.

El ambiente era festivo, padres con sus hijos sobre los hombros, muchos de ellos presentes desde la madrugada a la espera de un vistazo del Pontífice, que arribó el martes proveniente de Cuba.

Washington, usualmente indiferente a las caravanas de ilustres jerarcas que se desplazan por sus calles, experimentó en una «papamanía» por Francisco, aprovechada por vendedores ambulantes de todo tipo de souvenirs papales. Asimismo y en un hecho inusual, Obama, de fe protestante, recibió personalmente el martes en una base militar al jesuita argentino.

Condena a la pederastia

En una sesión de oración con los obispos estadounidenses en la catedral de St. Matthews, Francisco envió directrices a la Iglesia estadounidense, desde los casos de pederastia de sacerdotes a la acogida de inmigrantes». Sé cuánto les ha hecho sufrir la herida de los últimos años, y he seguido de cerca su generoso esfuerzo por curar a las víctimas, (…) y por seguir trabajando para que esos crímenes no se repitan nunca más», dijo el Pontífice en un corto pasaje de un largo discurso.

Canonización polémica

Francisco canonizó ayer en Washington al fray español Junípero Serra, responsable en el siglo XVIII de la introducción de la fe católica en el territorio estadounidense y cuyo legado es objeto de críticas por parte de poblaciones originarias.

«Declaramos y definimos Santo a Junípero Serra, y lo inscribimos en el Catálogo de los Santos, y establecemos que en toda la Iglesia sea devotamente honrado entre los Santos», expresó el Pontífice, siguiendo la tradicional fórmula en latín.

Serra nacido en Mallorca en 1713, en la segunda mitad de ese siglo fundó misiones religiosas en la región costera de la actual California, donde falleció en 1784.

Toypurina Carac, portavoz del grupo Kizh Gabrieleño, dijo a AFP que se «opone radicalmente a que nombre santo al responsable por la muerte de nuestra gente y de nuestra cultura».

Fuente: La Mañana de Córdoba