Orán: Desesperante estado de escuelas y centros de salud en todo el departamento

Pobladores de parajes y localidades se sienten abandonados por el Estado, pero insisten en sus reclamos y exigen atención de las autoridades de Salud y Educación.

Pobladores de parajes y localidades se sienten abandonados por el Estado, pero insisten en sus reclamos y exigen atención de las autoridades de Salud y Educación.

Un preocupante cuadro sobre aspectos de la salud y la educación en Orán fue expuesto por vecinos de varias localidades de ese departamento, mediante fotografías que el diputado Sebastián Domínguez compartió con El Tribuno.

En ellas se observa un evidente abandono en establecimientos educativos y también en centros de asistencia sanitaria que fueron «inaugurados» pero nunca habilitados.

En algunos parajes, por ejemplo, deben juntar agua de las canaletas para los alumnos, como el caso de una escuelita cerca de Aguas Blancas.

En otras no hay mantenimiento desde hace décadas y los ambientes deplorables se convirtieron en un verdadero peligro para los chicos.

En otros lugares más poblados, como el caso de Yrigoyen, faltan espacios y se están cerrando profesorados.

El diputado oranense Sebastián Dominguez se refirió a este punto y señaló que un terciario en esa localidad tiene el Profesorado de Nivel Inicial y que este año no llamó a inscripción para primer año porque ya se anticipaba su cierre.

«¿Qué pasará con los alumnos a punto de recibirse? Es una incógnita. Iba a salir una camada de profesores del Nivel Inicial que ahora deberán hacer la última parte de la carrera en Aguaray y ven en riesgo o directamente frustrada la ilusión de tener una profesión como salida laboral», expresó.

En Pichanal, el instituto 6038 abrió el profesorado de Geografía. Se presentaron 210 chicos y aprobaron todos para ingresar. «Más de 100 lo hicieron por arriba del promedio. Solo hay capacidad para 20 alumnos y el rector tuvo que ampliar una comisión para 50 chicos, que toman clases desde las ventanas o en los pasillos» reveló.

Pero eso no es nada comparado con el relato y las imágenes de la escuelita del paraje El Retiro, cerca de Pichanal. «La escuela fue creada en 1978 y hasta la fecha no hubo ni una mejora; nada de nada. Las paredes, un desastre y sin agua potable», aseguró.

Cerca de ese lugar el año pasado inauguraron un centro de salud, que hasta el momento permanece cerrado y sin ningún tipo de atención.

Los vecinos de ese paraje tuvieron que viajar para reunirse con el secretario de Salud y pedir por favor que hagan algo al respecto. «Están muy decepcionados y se sienten abandonados y sin ayuda».

En otro sector del departamento, en finca Baule, cerca de Aguas Blancas, la imagen es angustiante. Una chapa de cinc sostenida con alambres hace las veces de canaleta y lleva el agua de lluvia a un tanque que los alumnos utilizan, ya que no hay de dónde aprovisionarse.

«Todos estos reclamos están contenidos por la gente, que trata de llevar adelante su comunidad. Confían en que con el diálogo se puede mejorar, pero no encuentran soluciones. Se necesita salud; se trata de la vida de vecinos, un derechos fundamental, y por otro lado la educación, que es la contención a los jóvenes que se ven obligados a acercarse a las drogas ante la falta de trabajo, vivienda y educación», aseguró Domínguez.

El legislador admite que la situación es complicada en la provincia, pero advierte que cuesta mucho más en el norte y que las políticas aplicadas nunca se preocuparon por sacar adelante a la región. «Enviamos notas al Ministerio de Educación por las escuelas y los terciarios; igual que al Ministerio de Salud, en enero, pero no hay respuesta hasta el día de hoy. Es como que nadie habita estos lugares y por eso no prestan atención a los reclamos. La provincia es una joda; no tiene pie ni cabeza. La salud mal, la educación mal y por supuesto que así el narcotráfico va a ganar a nuestros jóvenes», advirtió Domínguez.

Fuente: El tribuno