Otra de Bolsonaro

El pasado lunes, cuando faltaban dos días para cerrar su sexto mes de absurdos en la presidencia brasileña, Jair Bolsonaro canceló la reunión que tendría con Jean-Ives Le Drian, ministro francés de Relaciones Exteriores.

El pasado lunes, cuando faltaban dos días para cerrar su sexto mes de absurdos en la presidencia brasileña, Jair Bolsonaro canceló la reunión que tendría con Jean-Ives Le Drian, ministro francés de Relaciones Exteriores. Alegó «cambios en la agenda».

A la hora en que debería estar reunido con Le Drian – que, dicho sea de paso, es uno de los superministros del gobierno de Macron – Bolsonaro apareció en las redes sociales con un peluquero cortando las puntas de sus madejas. A lo largo de unos quince minutos se exhibió al respetable público diciendo nuevas aberraciones inconexas, esta vez agravadas por dos temas: mintió con crueldad e irresponsabilidad sobre la desaparición y muerte de un militante de izquierda durante la dictadura (1964-1985) que tanto venera, y ofendió de manera severa al enviado especial del presidente francés.

En un primer momento, el ministerio brasileño de Relaciones Exteriores explicó que Le Drian había se reunido con su par local, el vejamen ambulante que atiende por el nombre de Ernesto Aráujo. Y que efectivamente hubo cambios en la agenda presidencial.

El cambio fue recibir a un peluquero anónimo en lugar del visitante oficial. Nada más típico del absurdo que mi país vive.

Ayer, sin embargo, el mismo Bolsonaro, en otra de las suyas, explicó la verdadera razón por haber cancelado la reunión con Le Drian: «Él acordó una reunión conmigo. Y entonces supe que también se había se reunido con Mourão, se había reunido con ONG. ¿Quién más daña a Brasil? ONG».

Es conocido el alejamiento presidencial con su vice, Humberto Mourão, y es muy conocida su ojeriza a las Organizaciones No-Gubernamentales. ‘¿Qué vino a tratar aquí con una ONG? Cuando se habla con una ONG se dispara una alarma en la cabeza de cualquiera que piense’, completó.

Una aclaración: Le Drian no tuvo ningún encuentro con Mourão. Cuando no chorrea disparates, Bolsonaro miente.

Un periodista reiteró su pregunta: ¿El presidente se habría molestado por la agenda del ministro francés? La respuesta bolsonariana: «Yo tenía otro compromiso, hablar contigo a lo mejor. Darte una entrevista es, con todo respeto, mucho más importante que hablar con él.»

La actitud de Bolsonaro provocó duras reacciones en Francia. Para el diario Le Monde, ha sido ‘una humillación’ llevada a cabo por un mandatario que en el área diplomática ‘prefiere la provocación’. Para el Libération, al negarse a recibir el enviado oficial del presidente francés Bolsonaro podrá dificultar la ratificación del acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur. El gobierno optó por no manifestarse oficialmente, pero de manera informal dejó bastante clara a diplomáticos brasileños su irritación.

Bolsonaro está absolutamente seguro de que las presiones internas y externas contra el avance feroz de la destrucción de florestas desde que asumió la presidencia brasileña tienen como objetivo perjudicar el país.

Francia es un socio importante para Brasil, no solo por el comercio bilateral pero también – y eso es de inmenso interés de las fuerzas armadas – por la alianza estratégica entre los dos países en el campo de la defensa.

Cualquier estudiante de primer año de relaciones internacionales sabe que suspender a última hora una reunión entre un presidente y un alto enviado de otro gobierno significa falta de educación. Y que en las relaciones diplomáticas actos como ese provocan profundo descontento, como mínimo.

Pero Bolsonaro, cada día sabemos más, desconoce las reglas más elementales de lo que sea presidir un país. Y de educación, mejor ni hablar.

Ahora hay que ver qué consecuencias surgirán en el horizonte a partir ese gesto insano. La cuestión ambiental, que para él interesa solamente a los veganos ‘que comen verde’, está sobre la mesa de discusiones. Y Bolsonaro insiste en volcarla.

Pero el gobierno de Macron ya avisó oficialmente que será un punto esencial a la hora de ratificar el acuerdo entre europeos y el Mercosur. Con eso, dejó claro que si Bolsonaro insiste en patear la mesa con el tema podrá volcar también el acuerdo.

Fuente: Página 12