Otra vez, Hong Kong salió en masa a reclamar por más libertades a Pekín

Convocados por una asociación de Derechos Humanos, unos 800 mil ciudadanos corearon consignas y pidieron elecciones democráticas

Convocados por una asociación de Derechos Humanos, unos 800 mil ciudadanos corearon consignas y pidieron elecciones democráticas

Cientos de miles de personas abarrotaron el domingo las calles de Hong Kong, coreando lemas que resonaban entre los rascacielos, en una muestra masiva de apoyo a un movimiento de protesta que no daba visos de flaquear tras seis meses de reivindicaciones. Fue la primera manifestación masiva luego del aplastante triunfo de la oposición al gobierno prochino de la ciudad en las elecciones locales de fines del mes pasado.

Unas 800.000 personas, según los convocantes, han participado en la Marcha del Día de los Derechos Humanos. Fue sin dudas una de las mayores concentraciones desde el inicio de las protestas contra las autoridades para exigir respeto a la independencia judicial respecto de China. La policía ha reducido la cifra a 183.000 asistentes, pero para los observadores pareció claro que el número real de ciudadanos en las calles fue muy superior.

Las autoridades han concedido permiso para la marcha, presionadas por la importancia de un evento donde se conmemora, además, los seis meses del inicio de la segunda y más destacada fase de las protestas contra el proyecto de ley de extradición a China —por ahora retirado— bajo la enorme presión de las marchas multitudinarias de mediados de año.

Al grito de «Lucha por la libertad, apoya a Hong Kong», ciudadanos comunes y activistas han marchado desde Victoria Park hasta el distrito comercial de Causeway Bay pasando por Chater Road, cerca del corazón del distrito financiero. «Lucharé por la libertad hasta que muera porque soy hongkonesa», declaró a la agencia Reuters una participante, June, una madre de 40 años vestida de negro sentada en el césped en Victoria Park. «Hoy se trata de estar con Hong Kong y la comunidad internacional».

Además, fue la primera marcha a gran escala desde la victoria aplastante de la oposición a Pekín en las elecciones locales de fines del mes pasado, más allá de que es dudoso de que el triunfo en las urnas se refleje en cambios estructurales en el sistema de gobierno, como lamentaba otra de las manifestantes, identificada únicamente como Chan.

La marcha se ha desarrollado mayoritariamente con normalidad, pero al caer la noche grupos de encapuchados han asaltado comercios, sucursales bancarias y restaurantes considerados afines a Pekín. Además se han levantado barricadas incendiadas frente al Tribunal Superior de Hong Kong y frente al Tribunal de Apelaciones, dos instituciones odiadas por los activistas hongkoneses. «Mucha gente se marchará en pocas horas o cuando llegue la noche. Todo se volverá más peligroso a partir de entonces, tal y como han demostrado manifestaciones pasadas», había anticipado el diario South China Morning Post.

De hecho, el Frente Civil por los Derechos Humanos, la principal organización convocante de la manifestación, pidió disolver la protesta a las 21, ante la tensión y la presencia de policías antidisturbios y encapuchados pese a que la autorización alcanzaba hasta las 22.Desde el Frente han denunciado que los antidisturbios bloquearon vías de salida para impedir la dispersión de los participantes. Coreando «Luchad por la libertad» y «En pie con Hong Kong», los manifestantes formaron una marea humana hasta la zona financiera, una distancia de más de 2 kilómetros. Esta monumental marea humana fue calculada en 800 mil personas por los organizadores. Una verdadera llamada de ateción a las cuestionadas autoridades locales, digitadas por Pekín.

La multitud era tan grande y densa que la marcha se detenía por completo en ocasiones. Los manifestantes llenaban las estrechas calles aledañas exclamando «Revolución en nuestros días». «Esto es solo el principio. Tenemos mucho camino por recorrer», dijo otra manifestante, Louisa Yiu, ingeniera.

Muchos asistentes alzaban la mano con los cinco dedos extendidos en alusión a sus cinco exigencias, que incluyen elecciones democráticas a la cámara legislativa local y al jefe de gobierno local, así como una investigación sobre la actuación policial en los seis meses de protestas. El gobierno local liderado por Carrie Lam es de hecho elegido por Pekín. Ella fue quien presentó la iniciativa para aprobras las extradiciones a China, medida que encendió la chispa de las manifestaciones hace medio año. Lam debió archivar la medida, luego de una masiva marcha de más de dos millones de personas. En Hong Kong viven unos siete millones de habitantes.

Los activistas dijeron confiar en que la gran asistencia de ayer ayudará a conseguir concesiones del gobierno de Lam. Había manifestantes de todas las edades. Un hombre caminaba junto a su hijo pequeño, que iba disfrazado de Spiderman. «Mucha gente sigue apoyando este movimiento. Puedes ver lo decididos que son los hongkoneses», dijo Justin Ng, un estudiante de 20 años.

Varios dijeron que las protestas se habían convertido en parte de su vida desde el inicio de las manifestaciones en junio pasado.

Las protestas se han convertido en un amplio movimiento sostenido contra el gobierno, que plantea un gran desafío al régimen comunista de Pekín y ha golpeado la economía hongkonesa.

La policía desplegó un gran número de agentes con equipo antimotines a lo largo de la ruta. Por la mañana se había anunciado la detención de 11 personas y la incautación de armas, incluida una de fuego. Según la policía, los detenidos planeaban utilizar las armas durante la protesta para culpar a la policía, que ha sido acusada de abusos contra los manifestantes.

El organizador de la marcha Eric Lai declaró: «Confiamos en que esto sea un reflejo de nuestro movimiento después de seis meses para mostrarle a Carrie Lam y al mundo que la gente no se rinde. La gente sigue luchando por nuestra libertad y democracia».

Fuente: La Capital