Paraná: Un albergue para la dignidad de personas que parecen invisibles

La ONG Suma de Voluntades se ocupará de buscar una casa que pueda convertirse en refugios para quienes viven en la calle, y el Municipio se hará cargo del sostenimiento y pago del alquiler.

La ONG Suma de Voluntades se ocupará de buscar una casa que pueda convertirse en refugios para quienes viven en la calle, y el Municipio se hará cargo del sostenimiento y pago del alquiler. “No podemos seguir esperando, la emergencia nos obliga a apurar los trámites”, aseguraron desde la entidad.

La muerte de un hombre que vivía a la intemperie, en la plaza 1º de Mayo, volvió a hacer visible el estado de vulnerabilidad y abandono en el que viven muchos hombres y mujeres que a diario deambulan por las calles de la ciudad, en busca de un refugio que les permita pasar la noche. La mayoría de ellos terminan tirados sobre un banco de plaza, en alguna galería comercial, en las escalinatas de las iglesias, o en los pasillos de los hospitales.

“La situación es desesperante y nos interpela a todos, no podemos seguir esperando en el marco de los tiempos que marca la burocracia estatal, la solución tiene que se inmediata”, consideró ante EL DIARIO Anabella Albornoz, presidenta de la ONG Suma de Voluntades, una entidad sin fines de lucro que todas las noches recorre las plazas del centro de la ciudad, la Costanera y los hospitales para acercar un plato de sopa, comida y café “a personas que parecen invisibles para el Estado y para el resto de los ciudadanos”, manifestó.
Anabella Albornoz y Luz Abdala participaron de la reunión que se desarrolló ayer en la Municipalidad de Paraná con el titular de la

Secretaría General y Derechos Humanos, Eduardo Solari; con quien pretendieron aunar criterios para abordar este problema y concretar la urgente apertura de los espacios con que cuenta la ciudad para albergar a todas las personas en situación de calle.

Actualmente, la Comuna cuenta con un solo edificio para alojar a quienes no tienen dónde pasar la noche: el albergue Teresa de Calcuta, ubicado en calle Don Bosco 1728, en tanto que también cuenta con algunas camas en el predio de Protección Civil, sito en Carbó 954; este último es resistido por los mismo indigentes, pues años atrás los dejaban encerrados con llave y hubo una situación dramática con un anciano que falleció allí adentro.

“La situación es compleja, porque la mayoría de estas personas tiene problemas de adicción, un problema que no se resuelve de un día para el otro; por eso insistimos en la necesidad de crear un ámbito del que ellos se puedan apropiar, donde estén contenidos y protegidos”, esgrimió Luz Abdala, secretaria de la ONG, a cargo de la cuadrilla de alfabetización que trabaja con más de 100 personas en el barrio San Martín.

“En la ciudad hay un solo refugio que tiene 20 camas y están ocupadas, por más que el Municipio asegure que hay espacio; no sabemos qué cantidad de personas se encuentran en situación de calle porque tenemos contabilizadas a las que asistimos todas la noches, pero suponemos que hay muchas más. Las estadísticas son buenas cuando existe una decisión política de tomar medidas, acá hay personas con historias de vida y derechos vulnerados”, subrayó Albornoz.

Acuerdos. Consultadas sobre los alcances de la reunión mantenida en la Comuna, las entrevistadas admitieron tener sentimientos encontrados: “Tenemos una mezcla de enojo e impotencia, por un lado por la falta de respuestas y por el otro porque las propuestas no logran hacerse realidad; siempre apostamos a los espacios de diálogo y al trabajo articulado, pero los tiempos burocráticos de la política exceden nuestra paciencia”, advirtió Albornoz.

En este sentido, precisó que el responsable de la Secretaría General y Derechos Humanos les propuso buscar un inmueble para crear un nuevo refugio. “Atentas a la lentitud que demuestra el Estado para resolver estos procesos decidimos ocuparnos nosotras y una vez que encontremos la casa adecuada se lo comunicaremos para ver de qué manera se hace efectivo el pago de un alquiler”, explicó a esta Hoja.

También lograron acordar el ingreso de una persona al refugio Teresa de Calcuta y aguardan el otorgamiento de siete camas más en Defensa Civil.

“Hay gente que duerme en el hospital San Martín y días atrás lo echó la policía, que los dejó desprovistos de sus frazadas y ropa de abrigo, sabemos que los dejaron regresar, pero no es la solución; es un problema que todas las noches haya 25 personas durmiendo en los pasillos”, graficó Luz Abdala.

“Necesitamos un techo por todo lo que eso implica, porque es la manera con la que ellos puedan empezar a trabajar sobre su autoestima; el desamparo despersonaliza, les robar la dignidad, y de estos nos tenemos que hacer cargo todos, porque al volverlos invisibles nos convertimos en cómplices de esta situación y no nos podemos callar”, agregó Anabella.

“Decir la realidad no es ir en contra de ella, sino que para empezar a transformarla tenemos que empezar a encontrar la solución. Hoy seguimos con las manos vacías, continuamos esperando pese a la burocracia que atrasan todo”, volvieron a lamentar.

AL MARGEN
Promesas de campaña. “La realidad se choca de frente. No se puede solucionar algo que no se conoce”, con esta consigna los integrantes de la ONG Suma de Voluntades llevan adelante su misión solidaria, asistiendo con ropa y comida a quienes viven en la calle; y llevando una copa de leche todos los días a más de 300 niños de la ciudad que también reciben ayuda escolar y ven como sus padres se capacitan en los talleres de especialización que desarrollan en los barrios con mayores carencias.

“Es necesario un cuerpo técnico con vocación de servicio, hay que empezar a comprometer a la sociedad, porque cada uno desde su lugar puede ayudar”, subrayó Luz Abdala, quien recordó que la ONG sigue esperando que la Comuna les cede el edificio donde funcionó el jardín municipal Isleritos, en el barrio San Martín “para tener un espacio cerrado donde atender a los niños”, ya que actualmente los asisten en un playo que solo tiene un tinglado.

Fuente: El Diario Entre Ríos