Paraná: Huertas familiares, una opción saludable que ayuda al bolsillo
29/06/2014 MUNICIPIOS
En un contexto en el que se multiplica la promoción del consumo saludable, el Pro Huerta sigue siendo un plan pionero en la producción familiar de verduras y hortalizas, que también aporta una alternativa a la economía. Aunque las experiencias de cultivo comunitario suelen mostrar fisuras de funcionamiento y continuidad, ya que su fortaleza radica en organización de base promotora.
Pocas cosas tan gratificantes como trabajar la propia huerta, ver cómo las semillas dan fruto y saber que se está consumiendo alimentos saludables y ayudando a la economía familiar. Es curioso y mágico comprobar cómo cambia la perspectiva cuando las personas se involucran en la producción de sus propios alimentos, acaso porque se asoman a un proceso complejo que no termina de advertir aquel que sólo va al comercio a proveerse cómodamente de alimentos o insumos para alimentos.
Se puede decir que algo de ese paradigma va cambiando lentamente. Hay una percepción vinculada a que volver a la tierra es una buena opción.
En ese sentido se viene trabajando desde distintos organismos estatales, educacionales y ONG.
La idea general es capacitar al vecino interesado para que cultive su propia huerta, consuma vegetales frescos y que al excedente lo pueda vender en ferias barriales. Todo ello conforma un paquete saludable y con beneficio económico, tanto para el productor, como para el vecino que va a adquirir verdura de buena calidad y a un buen precio.
En ese sentido, desde el Programa Pro Huerta se viene transitando la campaña otoño-invierno, junto al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), la Municipalidad y otras organizaciones, como Apana, por ejemplo. Uno pone el vehículo, otro el combustible, otros la capacitación. La idea es crear conciencia en unos casos y, en otros, operativizar la voluntad de volver a lo natural, de lo hecho en casa.
Abanico. Hay ocho técnicos que visitan a los vecinos a través de las vecinales para brindar capacitación y seguimiento. “Hay 200 vecinales en la ciudad, es difícil seguirlas a todas, la idea es armar promotores, los capacitamos y después hacemos el seguimiento”, comentó a EL DIARIO la titular de la Coordinación General de Producción y Seguridad Alimentaria, Silvia Bruner.
Durante una entrevista, contó que a través de un trabajo conjunto con la Dirección de Comunidades Vecinales, se iniciaron reuniones con grupos de cinco comisiones barriales, para ampliar las huertas familiares. Agrega que su objetivo desde que asumió, cuando esta campaña ya estaba iniciada, es llegar a la sociedad a través de las comisiones vecinales.
Ya se han realizado capacitaciones en varios barrios como Capibá, San Agustín, Nueva Ciudad, Giachino, Mariano Moreno, etcétera.
La idea desde el Pro Huerta es hacer producciones cortas, que tengan un resultado lo más pronto que sea posible, a pesar de los tiempos lógicos que deben esperarse.
“El vínculo con el INTA está ya tan afianzado que ellos nos consideran una agencia acá en la ciudad. En ese marco, hemos entregado 2.000 pollitos a gente que viene de lugares aledaños a Paraná pero de fundamental importancia para la cadena productiva, como son: María Grande, Viale, Tabossi, Villa Urquiza, Valle María y otros”, explicó Bruner.
Juntos, más difícil
Un dato llamativo es el de las huertas comunitarias. Contrariamente a lo que podría suponerse no son emprendimientos exitosos, según Bruner. No se trata sólo de encontrar mecanismos que potencien los intereses comunes y disimulen las diferencias, sino que otros factores como los cambios de gobierno en las vecinales suele derivar en procesos que terminan quedando truncos.
“Hay que conciliar una suma de voluntades, además la coordinación de la vecinal debe ser impecable; en fin, son muchos factores que hay que tener en cuenta. No obstante lo cual, habrá una experiencia en barrio Artigas”, adelantó.
Otro proyecto interesante es el que tendrá lugar en la Casa de la Mujer, edificio de la Municipalidad destinado a alojar mujeres víctimas de violencia. Allí, en calle Alameda de la Federación, se realizará un vivero para plantas aromáticas. “El objetivo es capacitar a las mujeres allí alojadas para que tengan una posible salida laboral”, remató Bruner. Pero siempre depende de la fortaleza de la organización de base, apuntó.