Pobreza y desocupación, los «virus» que Concordia no puede derrotar

Pasan los años y la ciudad con más habitantes de la costa del Uruguay no logra dejar de liderar las mediciones del Indec. Los números preocupan y es necesario actuar con urgencia.

Pasan los años y la ciudad con más habitantes de la costa del Uruguay no logra dejar de liderar las mediciones del Indec. Los números preocupan y es necesario actuar con urgencia. Desde distintos ámbitos hacen consideraciones y plantean una solución.

* Por Belén Fedullo

Concordia, esta vez, está segunda en el ranking, con el 49,5% de las personas pobres, sólo superada por los partidos del Gran Buenos Aires con el 51%.

Aunque enciende las alarmas, que Concordia esté en el podio de la lista de conglomerados con mayor índice de pobreza no es una novedad. No es agradable, pero la mayoría de los ciudadanos conoce y sabe sobre esta marca, también así los gobernantes, que vienen conviviendo con este “estigma” y que parece que no se encuentra la solución.

Conectada a ese número que no muestra mejorías está la falta de empleo. El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) reveló también que la desocupación en la Argentina alcanzó los 11 puntos porcentuales durante el último trimestre de 2020.

En la ciudad de la costa del Uruguay, uno de los conglomerados medidos por el organismo, la desocupación durante el último trimestre de 2020 se ubicó en el 8,6 %; en tanto que en Paraná en un 4%.

Además de ese porcentaje elevado de desocupados, Concordia también tiene otro problema, los ocupados demandantes de trabajo. En ese caso, hay un 19,1% de concordienses que, teniendo una actividad, necesitan conseguir otro empleo para subsistir.

Datos

Alfredo Francolini es el intendente de Concordia. Asumió en enero de 2020 y llegó la pandemia. Casi toda su gestión estuvo y sigue enfocada en tratar de evitar que el virus haga colapsar al sistema de salud y otras áreas de la ciudad, y por ahora lo lograron.

Cuando llegaron las estadísticas sobre pobreza y desempleo, Francolini admitió que no se sorprendió, pero también asegura que es un tema que deben trabajar. “El número del Indec no nos sorprendió y se corresponde con la realidad que vemos todos los días, con dolor e incertidumbre, de personas reales a las que estamos tratando de acompañar y apoyar en este momento difícil”, dijo y agregó un dato que considera positivo: “No son obviamente números para festejar pero si tenemos que comparar el mismo período del último semestre que midieron con el anterior, la pobreza bajó unas décimas y tal vez eso sea un buen motivo para pensar que vamos trabajando bien”.

Sobre el desempleo, en el análisis incluye al coronavirus. “La pandemia afectó a muchos, no solo a empleados sino también a empresarios. Muchas personas y entidades me venían a ver porque no podían sostener sus comercios. La pandemia afectó no solo a los privados sino también a los públicos, es algo que nadie esperaba y se ve reflejado, lamentablemente, en el porcentaje de desempleados”.

empresas que están interesadas en abrir sus puertas en la ciudad. Es un puntapié para tratar de recuperarnos”, asegura y concluye que “las oportunidades de empleo son la vía para ir saliendo de la pobreza”.

Los representantes de la oposición, en tanto, creen que hay motivos claros para que la pobreza siga siendo una marca entre los concordienses y se atreven a encontrar responsables.

Carola Laner, concejal de Juntos por el Cambio, hizo una observación a Mirador Entre Ríos: “Es doloroso y preocupante que, según la estadística, 6 de cada 10 chicos son pobres en la Argentina, o sea que la mitad de los niños de este país son pobres, estamos dejando a la Argentina sin futuro” y precisó, sobre su ciudad: “Concordia no escapó a esos datos, somos la ciudad más pobre y paradójicamente junto con la pobreza fueron evolucionando los planes sociales y el empleo público. Prácticamente se duplicaron punta a punta y a pesar de eso tenemos cada vez más pobres. O sea que la realidad nos indica que el Estado no saca a nadie de la pobreza. Solo nos traerá progreso recomponer la cultura del trabajo y el esfuerzo y ponernos de acuerdo en políticas de estado que trasciendan los colores políticos”, aseguró.

“Decididamente necesitamos terminar con la cultura de la dádiva que solo ha estancado a nuestros hermanos, y para eso tenemos que tener un gobierno responsable, que de una vez por todas observe y reconozca la realidad que vivimos y termine con las prácticas repetitivas que llevan a una ciudad que fue pujante a ser parte de esta tristísima estadística”, aseveró la concejal.

Preocupante

Quienes también se mostraron preocupados son un grupo de pastores y representantes de la iglesia evangélica, que emitieron varios comunicados llamando a la unión de voluntades para superar la situación, a la que consideran “preocupante”.

“Observamos cada vez más personas viviendo del rebusque en contenedores de residuos, particularmente jóvenes. Duele ver como caen debajo de la línea de pobreza tantos que padecen la pérdida de su fuente laboral, gente que siempre se ganó lo que consume con el sudor de su frente, gente que no estaba acostumbrada a la dádiva de otros, lo que significa un golpe a su dignidad”, indicaron.

Los pastores, aseguran que “la desnutrición o la mala nutrición de nuestros niños no es un problema menor, esto los condiciona para siempre en su calidad de vida por lo que esa generación que tiene casi garantizada la postergación y su imposibilidad de proyectar un futuro promisorio, esa generación quedará expuesta a posible manipulación de los poderosos a los que la pobreza , por lo menos económica, no les alcanzó nunca” y dejan un mensaje a la clase política: “Suena fuerte pero la verdad es que pasan los distintos gobiernos y desde nuestra trinchera seguimos apagando incendios ocasionados por las políticas de distintas gestiones que continúan impactando negativamente en los concordienses”.

Aunque son críticos y cuentan la realidad desde su visión, desde el grupo creen que la salida es colectiva. “Creo que tenemos que consolidar nuestro compromiso y colaborar desde el lugar que nos toque para generar los cambios necesarios para que nuestra amada ciudad salga adelante lo antes posible de esta realidad que duele. Tenemos que poner entre todos para lograr apagar esas diferencias y generar el tan ansiado empleo, que rescatará a todos de esta situación”, concluyen.

Desde adentro

La postal que más se repite durante los tiempos de crisis en Concordia es la de los merenderos o comedores llenos de chicos compartiendo una comida. En casi todos los barrios hay referentes que convierten algún espacio, a veces dentro de sus propias viviendas, en lugar de encuentro y alimentación.

Gustavo Godoy es uno de ellos. Vive en el barrio José Hernández y junto con su esposa y varios colaboradores forman parte del merendero “San Cayetano”.

“Para nosotros lo que dicen los números es parte del diario vivir. La pobreza es algo que vemos todo el tiempo, que está más visible de lo que creen, aunque algunos no quieran verlo”, asegura a Mirador Entre Ríos.

Más allá de las críticas, para Godoy la ecuación se resuelve de manera sencilla y de hecho dio algunos pasos hacia adelante con un grupo de allegados. “La solución es generar trabajo. Nosotros lo estamos haciendo como comunidad del barrio. Nos juntamos y salimos a vender artículos de limpieza casa por casa, nos la vamos rebuscando. Creemos que se terminaron los discursos, es mentira que los pobres no quieren trabajar, la realidad es que no hay condiciones, pero ahora decidimos actuar y ayudarnos entre nosotros”, indicó.

Lo que señala Godoy es cierto, el desempleo es una realidad palpable y fue notorio cuando hubo una convocatoria de una empresa embotelladora de agua que comenzará a operar pronto. La fila de postulantes tenía más de mil personas, que paradas sobre varias cuadras de una avenida esperaban para entregar su currículum y ser llamados a trabajar.

Todas las partes coinciden, la necesidad de inversiones y generación de empleos se convierte en una prioridad para la ciudad que lleva años liderando las estadísticas negativas de pobreza en todo el país, luego de haber sido centro de la producción de la zona.

Fuente: El Litoral