Preocupa la inflación a comedores y merenderos jujeños

Los fuertes y constantes incrementos en los precios les dificulta mantener una dieta completa de nutrientes. Ante esta situación solicitan que se les duplique el monto que hoy reciben por niño, de $14 a $30.

Los fuertes y constantes incrementos en los precios les dificulta mantener una dieta completa de nutrientes. Ante esta situación solicitan que se les duplique el monto que hoy reciben por niño, de $14 a $30.

Los comedores y merenderos de la provincia que fueron protagonistas en la víspera de fin de año, en la convocatoria de madrinas y padrinos para asegurar que cada niño tenga un obsequio en el árbol de Navidad, hoy están de cara a un nuevo año que comenzó con subas constantes en el precio de los combustibles y fuertes incrementos en el precio de las carnes, que no es un dato menor. Las frutas y las verduras quedaron con los precios altos desde fines de diciembre e incluso hubo una actualización en la tarifa del transporte público.

Es ante esta situación que desde la Red de Ongs para el Desarrollo Humano expresaron su preocupación ante la dificultad que enfrentan los comedores para poder ofrecer una dieta que cumpla con todos los requerimientos kilocalóricos para una alimentación completa de los niños.

«El problema es que nos pagaron enero con el mismo importe que venimos recibiendo desde el año pasado. Pero nadie tuvo en cuenta que la provincia terminó el 2020 con una inflación que rozó el 40%», destacó Juan Carlos Vargas, integrante de la red y referente del comedor «San Pantaleón», quien destacó que resulta necesario adecuar el presupuesto a la canasta básica de diciembre. A los comedores se les entrega $14,20 por día, por niño, para cubrir el almuerzo de 20 días, monto que resulta insuficiente por la inflación que acumula la provincia y que por lo tanto permite cubrir la comida por sólo una semana y, en el mejor de los casos, 10 días, indicó Vargas.

En esta línea, explicó que una alimentación adecuada requiere principalmente de una ingesta por chico de 100 a 150 gramos diarios de carne y de 650 gramos de víveres frescos para garantizar el correcto desarrollo de los niños en la etapa preescolar y la única ayuda extra que tienen «es de bolsones de víveres secos, que cubren sólo una parte de la nutrición. Los chicos necesitan carne, huevos, lácteos», exclamó.

Carne, imposible de comprar

Es sabido que entre los productos que más sufrieron la suba de precios están los cortes de carne tanto vacuna como el pollo. Tras un relevamiento de El Tribuno por carnicerías de la capital, se pudo saber que desde el inicio de la pandemia, marzo de 2020 y a la fecha, se registró un incremento de casi el 100% haciendo de la carne un producto casi imposible de consumir a diario.

Sobre esta situación el referente del comedor «San Pantaleón» indicó que «la carne directamente ya no se puede comprar» y que de hacerlo lo asignado «sólo alcanzaría para 5 o 7 días». Sin embargo a fin de cumplir con su compromiso de garantizar la alimentación de los chicos que pertenecen a familias que están atravesando por una difícil situación económica, hacen todo lo posible por ofrecer una dieta con todos los nutrientes necesarios. Muchas veces ayudados por la colaboración de los vecinos.

Es por todo este contexto que desde los comedores solicitan que se les duplique el monto actual. Es decir que el dinero destinado por chico pase de los $14,20 a $30 más la ayuda extra de un bolsón.

«Ante nuestros reiterados reclamos nos comunicaron que no es posible modificar la suma pero nos plantearon darnos un bolsón de mercadería. Como contrapropuesta les dijimos que aceptaríamos el bolsón sólo si nos duplicaban el subsidio. Es decir, pasar de $14 a $30 más el bolsón, pero nada», comentó.

Similar situación atraviesan los merenderos que a diario se enfrentan con el desafío de tener en su mesa una taza de leche para sus chicos y algún panificado. Que en un día de suerte puede llegar a ser una factura o pan dulce, gentileza de alguna panadería o de alguna familia solidaria. Un trabajo a pulmón que es digno de valorar y que no sería posible sin la ayuda de muchas mamás y vecinos que desinteresadamente y sin recibir un sueldo trabajan por los niños.

Fuente: El Tribuno