Profesores chilenos llevan un mes de paro y la nueva ministra pide que levanten la medida

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Los profesores públicos paralizados hace un mes y la recién asumida Ministra de Educación empezaron sus relaciones el martes con una prueba de fuerza: los primeros rechazan deponer la huelga y un descuento salarial, mientras Adriana Delpiano dijo que los recibirá cuando retornen al trabajo.

La ministra asumió el sábado en reemplazo de Nicolás Eyzaguirre, quien antes de dejar el cargo cedió a muchas demandas del profesorado y autorizó el anticipo de las vacaciones de invierno.

Delpiano dejó clara su posición: «Yo me voy a reunir con los profesores una vez que se deponga el paro», anunció que «se van a iniciar los descuentos por no asistencia a clases» porque «la ley lo señala así.», y reiteró que no se retirará del congreso el proyecto que regirá la carrera docente, medida indispensable para los educadores.

El presidente de la agrupación que reúne a los maestros que dependen de las municipalidades, el comunista Jaime Gajardo, acudió el martes al palacio de gobierno para dejar una carta en la que piden ser recibidos por la presidenta Michelle Bachelet y que «ella pueda intervenir en esta situación».

Para Gajardo, que reiteró que el proyecto debe ser retirado y rehecho, dijo que «la idea de adelantar las vacaciones, esto del descuento (del sueldo), no es lo más acertado».

El dirigente gremial lamentó las palabras de la nueva ministra porque «es clave reponer el diálogo, pero este diálogo no tiene que ser con condiciones».

Los maestros se oponen a ser evaluados al inicio de sus carreras, piden más horas para preparar clases y menos alumnos por curso, entre otras demandas.

La mayoría de los partidos oficialistas rechazan la prolongación de la huelga por un gremio dirigido por un comunista, considerando que el Partido Comunista integra la coalición oficialista.

Alrededor del 40% de las escuelas dependientes de las municipalidades chilenas cumplieron el martes un mes de huelga, y se estima que unos 500.000 niños, entre los más vulnerables, no solo están sin clases sino que se les dificulta recibir los alimentos que el Estado entrega a los estudiantes más pobres mediante las escuelas.

Fuente: Uno, Mendoza