Un pueblo santafesino creó su propia marca de zapatillas

La producción ya comenzó. Se proveerá al personal de la Comuna y a necesitados de ayuda social. En una segunda fase se ofrecerá en el mercado

La producción ya comenzó. Se proveerá al personal de la Comuna y a necesitados de ayuda social. En una segunda fase se ofrecerá en el mercado

El taller está perfectamente diagramado, es humilde en cantidad de máquinas pero la utilidad se aprovecha al máximo. El gran galpón del predio del Ferrocarril de Serodino tiene apenas una nueva pared de ladrillos a la vista, pero detrás se hilvanan los sueños de un mañana mejor. Son cinco las mujeres que se capacitan desde hace dos meses en la producción artesanal de calzados y, de a poco, van creciendo.

Con una producción que ya alcanzó los veinte pares diarios, la iniciativa proyecta lanzar la marca «S» al mercado, luego de satisfacer la demanda local de trabajadores comunales y ayuda social. El Ministerio de la Producción ya consideró la apuesta como innovadora y única en Santa Fe, surgida de una iniciativa de la Comuna de Serodino.

El ingreso del salón está al revés de sistema de trabajo. La primera imagen es de los pares terminados. A continuación aparecen cada uno de los sectores de la labor en serie, meticuloso, con la mirada atenta del maestro zapatero Edgardo Cejas, quien desde los diez años tiene el oficio. Y aunque mire fijo lo que hace, no se le pierde un detalle de las jóvenes ayudantes.

En el taller son seis personas que trabajan todos los días: Blanca (de 52 años), Tamara (23), Carolina (23), Carla (21) y Priscila (19), bajo el mando de Edgardo. Mientras el mate circula y las preguntas no tardan, empiezan a aparecer las primeras zapatillas terminadas.

Las mujeres trabajadoras cuentan sus historias cotidianas, mientras casi sin dimensionar, se convierten en especialistas de un nuevo rubro.

En un rincón cerca de una luminosa ventana, Cejas narra a La Capital cómo es el mecanismo de fabricación y que hace tiempo sueña con transmitir su conocimiento: «La elaboración de zapatillas nació en base a un proyecto, buscábamos que los jóvenes tengan una oportunidad de conocer el oficio. Comenzamos con un par de chicas enseñándoles a cortar los materiales, coser, pegar». Y ya son muchos más los que esperan su turno.

A los minutos su minuciosidad lo expuso: «Las chicas están aprendiendo muy bien. Hay que estar atento a todos los detalles para que salga perfecto. Es un producto artesanal y está cada vez saliendo mejor». La iniciativa comenzó en noviembre pero hace dos meses empezaron a producir.

Mientras se le dibuja una sonrisa de alegría en el rostro, el maestro afirma: «Es una satisfacción porque hoy no es fácil producir, se prefiere comprar o vender, pero no producir. Por eso celebro la actitud del jefe comunal».

Alternativa laboral

Observando cada rincón está el presidente comunal de Serodino, Juan Pío Drovetta, quien se muestra satisfecho del resultado de una idea planeada y ejecutada: «Creo que es importante recalcar que es una promesa de campaña cumplida. En solo cuatro meses de gestión tenemos en marcha la fábrica, con nuestra mano de obra, y ya se puede ver la producción», afirmó. Al mismo tiempo, confirma que «los servicios son importantes, pero creemos que es fundamental agregarle valor a lo que estamos haciendo».

El proyecto nació con el objetivo de buscar alternativas ante las demandas laborales: «Nosotros detectamos que había mucha gente trabajando en la Comuna, y que la situación económica no es la mejor, entonces nos motivó el hecho de satisfacer necesidades que son básicas como indumentaria y calzado», dijo Drovetta.

En ese sentido, agregó: «Nosotros siempre apostamos a la producción, pensamos en capacitar en oficios. Darle la oportunidad a aquellos que no pueden viajar de que se puedan capacitar en la localidad».

Los destinos de la producción

Las primeras zapatillas «S» ya tienen dueño, y la demanda no tardó en llegar. Con nuevos retos, el jefe comunal definió el plan: «En una primera etapa vamos a cubrir al personal comunal para que no vengan con su ropa sino con la indumentaria confeccionada en la Comuna, después desde Desarrollo Social estamos trabajando con las escuelas y los clubes detectando dónde hay algún tipo de falencia para brindarle una respuesta a esas familias».

Drovetta añadió: «En una segunda etapa prevemos llegar con una zapatilla barata al mercado, hoy ya hay comunas a nivel provincial que se están comunicando con nosotros, seguramente a partir de la segunda mitad del año vamos a avanzar en el sentido comercial».

Están estudiando proponer distintos modelos de zapatillas, zapatillas botines, botines y borceguíes para trabajo.

En ese contexto de crecimiento sin límites y nuevas oportunidades, Drovetta culmina orgulloso: «Queremos que la localidad pueda sentirse partícipe, es un producto que fue confeccionado, pensado y producido en Serodino. Ver que las zapatillas estén circulando, pero sobre todo que las chicas estén aprendiendo tan bien y capacitándose nos llena de orgullo y podemos tener otra perspectiva de futuro. La sensación es de satisfacción, de alegría, porque hemos cumplido».

Innovador

El desafío propuesto por Serodino no tardó en llamar la atención del Ministerio de la Producción santafesino y el jueves habrá una reunión. En diálogo con La Capital la titular de la cartera provincial, Alicia Ciciliani, lo reconoció como «innovador», y expresó que «iniciativas como estas configuran un desarrollo productivo en el territorio que crean valor y empleo». Y anunció: «Va a recibir todo nuestro apoyo, para nosotros es ejemplar».

Además, la ministra avanzó: «Es una democratización de la actividad económica que ayuda al arraigo territorial, con lo cual emprendimientos como estos son los que debemos apoyar y promover desde el ministerio. Es demostrativo de lo que se puede y de la potencialidad que tenemos».

Repensar los espacios en el contexto social y económico se presenta como un desafío, ante la sorpresa del producto elaborado la ministra indicó: «Uno a veces piensa en los grandes mercados y no se da cuenta que pequeños emprendimientos con mano de obra calificada puede ocupar mercados locales, más reducidos, pero trabajar en la calidad, el precio, en bajar costos logísticos hoy tiene una gran oportunidad».

Orgullo, trabajo en equipo, oficio, nuevas oportunidades son las palabras que se repiten, dentro y fuera de la fábrica y retumban en los rincones del pueblo. El calzado representa mucho más que el producto en sí, simboliza un volver a empezar, un plantarse con seguridad, un caminar con aires de pertenencia. Significa cumplir, para proyectar.

Fuente: Uno Santa Fe