Radiografía de una ciudad desigual

En Buenos Aires hay cada vez más inquilinos y menos propietarios. Hacia el norte hay más torres, mientras que el sur sigue siendo un paisaje de casas bajas. Las familias ensambladas se multiplican y también las que tienen mujeres jefas de hogar.

En Buenos Aires hay cada vez más inquilinos y menos propietarios. Hacia el norte hay más torres, mientras que el sur sigue siendo un paisaje de casas bajas. Las familias ensambladas se multiplican y también las que tienen mujeres jefas de hogar.

En la Ciudad de Buenos Aires cada vez hay más personas que viven en casas alquiladas, mientras desciende el número de quienes son propietarios de vivienda y terreno. Casi las tres cuartas partes de las viviendas son departamentos, pero los hogares conformados en casas suelen ser más grandes. Las condiciones de vida más precarias se registran en la zona con menos edificios y más casas, el sur, que tiene los niveles de hacinamiento más altos. Porteñas y porteños creen en la convivencia y en las relaciones de pareja (casi la mitad de los mayores de 14 viven en pareja), aunque no necesariamente en formalizarlas en el Registro Civil. Además, cada vez hay más familias ensambladas, que son también las que tienen menos ingresos per capita, mientras que casi la tercera parte de los hogares nucleares están integrados por parejas de personas de 40 o más años que no tienen hijos. A  sí lo aseguran los datos de la “Encuesta Anual de hogares 2015. Condiciones de vida: vivienda y habitat” y “Las nuevas realidades familiares de la Ciudad de Buenos Aires”, dos informes realizados por la Dirección General de Estadística y Censos del ministerio de Hacienda porteño.

Geografía de la desigualdad
El estudio sobre condiciones de vida señala que el sur de la ciudad tiene los indicadores de precariedad más elevados. De acuerdo con datos de la Encuesta Anual de hogares (EAH), mientras que el 74,5 por ciento de las viviendas porteñas son departamentos y el  20,6, casas, el 4,9 por ciento son “viviendas consideradas precarias”, es decir, “piezas en inquilinato, piezas en pensión o en hotel familiar y otras”. Las cifras describen un paisaje urbano hecho de edificios en altura hacia el norte (donde los departamentos son el 93,2 por ciento de las viviendas) y más bajo y desparramado hacia el sur (donde las casas son el 42,9 y los departamentos el 52,4).

Los estudios estadísticos consideran como hacinamiento el hecho de que dos o más personas, en promedio, compartan un cuarto “destinado o aceptable para dormir”, mientras que el hacinamiento se convierte en “crítico” cuando son más de tres las personas por habitación. Casi la décima parte de los hogares porteños se encuentra en condiciones de hacinamiento (el 9,5 por ciento): el 1,8 padece hacinamiento crítico; el 7,7 tiene entre dos y tres personas por habitación. El  90,5 vive “en condición satisfactoria de ocupación de sus viviendas”, es decir, con hasta dos personas por habitación.

Los índices de hacinamiento no se distribuyen de manera pareja por todo Buenos Aires, sino todo lo contrario. De las 15 comunas que conforman el distrito, cuatro “concentran casi dos tercios de los hogares con hacinamiento crítico”.Hacia el sur, en Retiro, San Nicolás, Puerto Madero, San Telmo, Montserrat y Constitución (comuna 1) y Villa Soldati, Villa Lugano y Villa Riachuelo (comuna 8), “el porcentaje de hogares con déficit de cuartos en relación a la cantidad de personas que lo componen supera el 20 por ciento”. La situación empeora en Barracas, La Boca, Nueva Pompeya y Parque Patricios (comuna 4), Flores y Parque Chacabuco (comuna 7) y Balvanera y San Cristóbal (comuna 3), donde “el peso de hogares hacinados es superior a la estructura porcentual de la ciudad”. En cambio, Caballito (comuna 6), Núñez, Belgrano y Colegiales (comuna 13), Coghlan, Saavedra, Villa Urquiza y Villa Pueyrredón (comuna 12), Recoleta (comuna 2) y Palermo (comuna 14), “tienen menos de 5% de sus hogares en condición de hacinamiento”.

Las situaciones más críticas, aquellas en las que más de tres personas comparten una habitación, se registran en las comunas 1 y 8 (5,7 y 5,2 por ciento respectivamente). En tanto, el porcentaje de hacinamiento crítico no llega al 1 por ciento en las comunas 2 y 6, y en Villa General Mitre, Villa Devoto, Villa del Parque y Villa Santa Rita (comuna 11), las comunas 14 y 12, en Almagro y Boedo (comuna 5), en Liniers, Mataderos y Parque Avellaneda (comuna 9) y en Núñez, Belgrano y Colegiales (comuna 13).

Cuando se trata de inquilinatos, hoteles familiares, pensiones e inmuebles usurpados o tomados, más de la mitad de los hogares padecen hacinamiento (13,6 por ciento es crítico; 38,3, no crítico. La situación se replica en las villas de emergencia (14.1 por ciento y 38,9 respectivamente).

En casi todos los hogares que cobijan a más de tres personas por habitación, uno de esos integrantes es un niño o una niña; a la vez, el porcentaje de hogares que tienen entre dos y tres personas por cuarto se cuadriplica cuando hay niñas o niños en el hogar.

El estudio establece que en la ciudad hay una “fuerte relación entre la presencia de personas de entre 0 y 17 años y altos niveles de hacinamiento y hacinamiento crítico, y por otra, un alto grado de correlación entre el aumento de la edad del jefe de hogar y una situación más estable respecto a la propiedad de la vivienda”. Cuanto más grande es el jefe de hogar, menor porcentaje de hacinamiento. De hecho, “casi no se registra hacinamiento entre los hogares con jefes adultos mayores (65 años y más)”.

Fuente: Página 12