Récord de doscientos ambientalistas asesinados en el mundo en 2016
Brasil y Colombia lideran el ránking de crímenes de militantes ecologistas difundido ayer por Global Witness. La violencia se expandió de 16 a 24 países
14/07/2017 EL MUNDOBrasil y Colombia lideran el ránking de crímenes de militantes ecologistas difundido ayer por Global Witness. La violencia se expandió de 16 a 24 países
Al menos 200 ambientalistas y defensores de la tierra fueron asesinados el año pasado en el mundo, una cifra récord, con Brasil y Colombia a la cabeza, señala un informe difundido ayer por la organización Global Witness.
«Esta oleada de violencia es impulsada por una intensa lucha por la tierra y los recursos naturales, ya que las empresas mineras, madereras, hidroeléctricas y agrícolas pisotean a las personas y al medio ambiente en su búsqueda de ganancias», afirma el informe «Defensores de la Tierra».
La cifra del año pasado no sólo superó el récord previo de 185 muertes de 2015, sino que la violencia se expandió al pasar de 16 a 24 países.
Las víctimas pueden ser tanto activistas mediambientales como simples pobladores que luchan por el derecho a la tierra y guardaparques que combaten la caza furtiva en áreas protegidas en países como el Congo.
El 60 por ciento del total de asesinatos ocurrió en América latina. «América latina es la región donde defensores y defensoras corren más peligro de ser asesinados», dijo a dpa Ben Leather, director de campañas de Global Witness, desde Londres.
«Y eso podría ser por varias razones: hay una gran población indígena con una historia de marginalización que la hace más vulnerable, un alto nivel de corrupción, que significa que la tierra puede ser vendida sin el consentimiento y, a veces, sin el conocimiento de las comunidades afectadas, y la impunidad», señaló.
Brasil, donde se libra una «despiadada lucha» por la Amazonia, según Global Witness, es el país más letal con 49 muertes. Colombia pasó del tercero al segundo lugar en el mundo con 37 asesinatos, un 42 por ciento más que un año antes. Le siguen en el ránking Filipinas y la India. De acuerdo con Global Witness, la situación en Colombia se agravó, justamente en el contexto de la firma de los acuerdos de paz entre el gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) para poner fin a más de 50 años de conflicto armado.
«Las áreas que previamente estaban bajo control guerrillero ahora son observadas con codicia por compañías extractivas y paramilitares, mientras que las comunidades desplazadas que regresan son atacadas por recuperar tierras que les fueron robadas durante medio siglo de conflicto», alerta el informe.
En relación con el número de habitantes, Honduras figura como el país más peligroso de la última década y Nicaragua, con 11 muertes, fue la nación con más asesinatos per cápita en 2016.
En Honduras, los asesinatos de ambientalistas subieron en el último año un 75 por ciento, para ubicarse en 14, entre ellos el de la reconocida líder indígena Berta Cáceres, Premio Goldman 2015, que se oponía a la represa hidroeléctrica de Agua Zarca. «A menudo, las y los defensores de la tierra y el medio ambiente chocan con intereses políticos, empresariales y criminales, que se unen para robar sus recursos naturales», dice el reporte.
Leather señaló hay la situación podría ser distinta con dos medidas principales de prevención: «Consultar a las comunidades antes de la llegada de cualquier proyecto empresarial y combatir la impunidad».
Según el informe, «guardias privados, sicarios, policías y militares son autores de muchas de las muertes y la minería es la actividad más sangrienta», con al menos 33 asesinatos vinculados al sector.
Sin embargo, advirtió Leather, «también proyectos de energía verde se están imponiendo sin consultar a las comunidades, en especial en América latina».
La organización Global Witness fue fundada en 1993 en Londres y se enfoca en investigar abusos, conflictos y corrupción relacionados con la explotación de los recursos naturales.
A su vez, el Premio Goldman fue instituido en 1989 en Estados Unidos por los filántropos Richard y Rhoda Goldman para reconocer con una suma monetaria y una escultura a líderes mediambientales por su trabajo.