Renovación de contrato, conflictos económicos y nueva ley: los problemas que enfrentan los inquilinos en Rosario

Tras culminar un año atípico, los alquileres en la ciudad siguen siendo un dolor de cabeza para ambos sectores: inquilinos que deben afrontar inconvenientes cotractuales y propietarios que se enfrentan a las nuevas reglas del juego.

Tras culminar un año atípico, los alquileres en la ciudad siguen siendo un dolor de cabeza para ambos sectores: inquilinos que deben afrontar inconvenientes cotractuales y propietarios que se enfrentan a las nuevas reglas del juego.

El 2021 no comenzó de la mejor manera para los inquilinos de Rosario. Los inconvenientes que deben afrontar en esta nueva etapa son muchos y complejos: desde la adaptación de la nueva Ley de Alquileres, prórroga en los contratos hasta conflictos económicos por los abultados incrementos que se vaticinan.

A siete meses de haberse implementado la ley, que había sido aprobada por 41 votos del oficialismo y sin la presencia de la oposición, mantiene en vilo a muchos propietarios que ven un futuro incierto, a medida que se van venciendo los contratos locatarios y deben renovarlos con la nueva legislación.

Desde la ONG Concejalía Popular señalan a El Litoral que el hecho de que no haya más “ajuste cuatrimestral o semestral” es un gran avance. Además, festejan que los nuevos contratos se ejecuten por tres años, “lo que elimina la especulación inmobiliaria y brinda certidumbre al inquilino”.

También, celebran que los aumentos de los alquileres estén fijados según el índice conformado en partes iguales por el IPC (índice de precios al consumidor) y el RIPTE (remuneración imponible promedio de los trabajadores estables). “Es una fórmula que tenderá en unos años a generar que el alquiler represente el 25% del salario de un empleado formal”, expresó el referente de la ONG, Nire Roldán.

Así mismo, se avecinan complicaciones. Por ejemplo, sobre la posibilidad de un nuevo decreto presidencial (DNU) que congele el aumento de los alquileres después del 31 de enero, Ariel D’Orazio, también de la ONG, señaló a Radiofónica: “Le hicimos un pedido al Ejecutivo nacional de extender el DNU y buscarle una salida al problema cuando se termine la emergencia. Tememos una catarata de juicios y un endeudamiento imposible de afrontar”.

En este sentido, señaló dos cuestiones: “En primer lugar, el congelamiento de los incrementos en el alquiler que figuraban en los contratos con la ley vieja. Esta acumulación de aumentos que no se pagaron, deben pagarse luego en cuotas”.

El segundo problema que mencionó: “En el caso de la prórroga del vencimiento del contrato, no hay que pagar ninguna diferencia, se sigue pagando el mismo valor. El problema será en los incrementos a futuro cuando se exijan montos demasiado altos. Los inquilinos ya están recibiendo amenazas sobre estos posibles aumentos desmedidos”.

Por otra parte, las consultas que reciben mayormente en la ONG Concejalía Popular, enumeró a El Litoral: “Nosotros vemos que 3 de cada 10 consultas son por motivos económicos, para prorrogar los contratos, o es gente que no puede afrontar las deudas que viene arrastrando. Lo que pedimos es una financiación arbitrada por el Estado y que se establezca un alquiler social. Alrededor del 30% de los inquilinos está con problemas”.

A su vez, reveló que “el impacto en Rosario de los montos exigidos a la hora de renovar alquileres es lo más problemático, piden por encima del 35% que corresponde. Hasta un 45-50% y en algunos casos hasta el 90% de aumento. A esto hay que sumarle que los inquilinos ahora no deben pagar impuestos inmobiliarios o expensas extraordinarias, por lo que los propietarios intentan cubrir estos gastos en la renovación”, destacó D’Orazio.

La otra cara de la moneda
Pese a que aún rige el DNU que mantiene congelados los alquileres hasta el 31 de enero del 2021, muchos nuevos contratos a lo largo de este año comenzaron previo a regir la nueva ley, por eso mantuvieron aumentos superiores a la inflación, según el último informe presentado por el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO), al que tuvo acceso Suma Política.

El costo de alquilar un monoambiente en Rosario, según el informe, en los últimos 12 meses, aumentó un 50%, mientras que en el caso de una vivienda de dos dormitorios el incremento fue del 56%.

El promedio del precio de los monoambientes ofertados en la ciudad es de 10.500 pesos. «Un trabajador que percibe el Salario Mínimo Vital y Móvil destina el 55% de su ingreso al pago del alquiler de un monoambiente. Y un jubilado que cobra el haber mínimo debe destinar el 58% de su ingreso”, indicaron desde la entidad.

El departamento de dos ambientes es de 13.500 pesos y el de tres ambientes llega a 18 mil. En cada categoría, los precios varían en función de otras características propias (tales como antigüedad, si posee cochera, entre otras) y de su entorno (infraestructura, disponibilidad de transporte, cercanía a centros comerciales entre otras).

También, indican desde CESO, que un inquilino que vive en un monoambiente, y desea mudarse a un departamento de un dormitorio debe gastar en alquiler tres mil pesos más. Luego, para mudarse a uno de dos dormitorios deberá pagar 4.500 pesos adicionales. «Este es el costo que soportan las familias cuando crecen en cantidad de integrantes y deben mudarse para evitar vivir en condiciones de hacinamiento”, remarcaron.

Fuente: El Litoral