Rosario: El Acuario del Río Paraná se inaugura el viernes y será «único en el país»

El nuevo espacio fue presentado ayer con una recorrida especial. Demandó una inversión cercana a los 220 millones de pesos

El nuevo espacio fue presentado ayer con una recorrida especial. Demandó una inversión cercana a los 220 millones de pesos

«No existe algo parecido en otros lugares del país, ni siquiera en Buenos Aires», destacó orgulloso el gobernador Miguel Lifschitz, en la recorrida que llevó a cabo ayer por las nuevas instalaciones del Acuario del Río Paraná que se comenzó a construir a fines de 2011 y, después de tres etapas farragosas y una inversión de 220 millones de pesos, finalmente será inaugurado el próximo viernes y abrirá sus puertas al público.Lo cierto es que los visitantes y también los rosarinos se asombran ante el imponente edificio de hormigón armado que se alza en el predio ubicado sobre la costa del Paraná, frente al Gigante de Arroyito, en el corazón del parque Alem, el antiguo emplazamiento del viejo acuario. Despierta una gran curiosidad porque, desde que comenzaron los trabajos de construcción, poco y nada se supo de las características del proyecto.

Lo que se pudo ver en la mañana de ayer es impactante, sobre todo en el área de las exhibiciones donde se emplazan varias enormes peceras de cristal, cada una d barrancas, el lecho del curso de agua y sus profundidades insondables, que revelan un mundo insospechado y maravilloso.

«Este proyecto no se limita a una sala de exhibición y a una propuesta recreativa, es eso pero también es algo mucho más profundo, que tiene un contenido de investigación y de tecnología y tiene un contenido educativo y también lúdico», se entusiasmó la secretaria de Estado de Ciencia y Tecnología, Erica Hynes, y apuntó: «Este trabajo va a tener un fuerte impacto en el fomento de la producción y la pesca recreativa y comercial».

A ambos lados del hall de entrada se ubican los laboratorios, las áreas de experimentación, piletones en tierra y la biblioteca especializada, donde los investigadores que trabajan en el acuario realizan sus tareas, todo es accesible para los visitantes porque los espacios se separan del público por ventanales acristalados. Al verlos, se entiende fácilmente el valor científico de las labores que se llevan a cabo a diario y silenciosamente en el centro.

En la planta alta se ubica la estrella del acuario: el muestrario, que vincula la ciencia con la educación, a través de grandes peceras, dispositivos tecnológicos y juegos interactivos en 3D. Ahí es donde se pueden ver, como es difícil de imaginarlo cuando se mira el río marrón, los peces del Paraná tal y como se los vería en su hábitat natural, si fuera posible. Impactan el tamaño, los colores y la gracilidad de los peces, incluso los más aterradores, como las palometas.

«Este es un espacio muy atractivo para los rosarinos y para el turismo porque es único en su tipo y va a ser muy importante para poner en contacto a los chicos, a los jóvenes, a los estudiantes universitarios con la realidad de los ecosistemas del río Paraná», explicó Lifschitz a LaCapital, en relación con los alcances de las actividades del llamado Centro Científico Tecnológico y Educativo Acuario del Río Paraná.

Entorno

La descripción que hizo el gobernador del proyecto le hace honor a lo que se ha podido vislumbrar en la rápida recorrida que se hizo ayer. Las peceras son enormes y están acondicionadas para que cada especie se aprecie en su entorno natural. Es abrumadora la que se interna en las profundidades del río, donde están los «monstruos», como bromeó uno de los acuaristas. Hablaba de las manta rayas, los dorados y los surubíes que nadan plácidamente y tienen tamaños que, por avezados sean los pescadores, rara vez se los ve fuera del agua.

La envergadura, los espaciosos ambientes que ofrece la exhibición, y el clima relajado invita a quedarse no sólo para pegar la nariz en las peceras, sino también para charlar con los jóvenes del equipo del acuario que responden amablemente las inquietudes del público. También para jugar con las presentaciones interactivas, en las que se puede entender la conformación del lecho del río y conocer peces de nombres y formas más extravagantes con solo tocar una pantalla.

Es evidente que la inversión que demandó el acuario es enorme, puede hablarse sin exagerar de que es una obra faraónica, pero también fuera de lo común, por sus singularidades y su proyección, tanto en lo que se refiere a la protección del ecosistema del río como así también a la divulgación de su flora y su fauna. Costó, según la estimación que hizo el propio Lifschitz, unos 220 millones de pesos y, a priori, da la impresión que la inversión valió la pena.

«Es una obra que tuvo varias etapas, una de las más impactantes es la obra civil, el edificio, que es imponente, todo el entorno, que hubo que adaptar y parquizar, y después hubo una inversión muy importante en lo que es el equipamiento, la tecnología que se puso para mantener el agua y las condiciones apropiadas de cada uno de los espacios», destacó el mandatario provincial, en la recorrida de familiarización.

Lifschitz enfatizó que para ver un acuario como el que se inaugurará en Rosario «hay que ir a otros lugares del mundo» y señaló: «Pero tienen otro enfoque, lo hemos visto en Barcelona, en San Francisco, Estados Unidos; apuntan a la parte recreativa, de exhibición, que éste la tiene, pero también está todo el desarrollo científico y tecnológico y la investigación que son componentes esenciales para este para este proyecto».

El acto de inauguración del acuario está programado para el próximo viernes, a partir de las 20. Se espera recibir a cientos de vecinos que se acercarán a conocer el interior del edificio que, a lo largo de los últimos seis años, vieron alzarse y que les despierta una gran curiosidad. Habrá recorridas guiadas, espectáculos y las actuaciones de Chango Spasiuk, Rubén Goldín y Franco Luciani.

Fuente: La Capital