Rosario: De cada diez niños que van a comedores, cuatro están malnutridos
La mayoría presenta obesidad y sobrepeso, de acuerdo a un relevamiento realizado por el Movimiento Barrios de Pie.
15/10/2019 MUNICIPIOSLa mayoría presenta obesidad y sobrepeso, de acuerdo a un relevamiento realizado por el Movimiento Barrios de Pie.
El 44 por ciento de los niños y adolescentes que asisten a comedores barriales están mal nutridos, según un relevamiento realizado por la organización Barrios de Pie y el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana. En sintonía con el aumento de precios de los alimentos, el porcentaje de menores con malnutrición creció dos puntos respecto al año anterior. Los niños de la primera infancia (de 2 a 6 años) son los más afectados por sobrepeso, obesidad y bajo peso.
Así lo advierte el trabajo denominado «Indicador barrial de situación nutricional» que se presentará hoy, a las 10.30, en la sede de Gobierno de la Universidad Nacional de Rosario. Hace tres años, la organización puso en marcha un programa de detección precoz de malnutrición entre los chicos que asisten a comedores, merenderos y clubes barriales.
Durante el primer semestre de este año, el relevamiento alcanzó a 2.543 niños y adolescentes de 0 a 19 años. Según describe el trabajo, se trata de chicos en situación de alta vulnerabilidad socio-sanitaria, cuyos padres en su mayoría son titulares de programas sociales con transferencia de ingresos. Todos ellos asisten a espacios comunitarios ubicados en 42 barrios de las ciudades de Rosario, Santa Fe, Gobernador Gálvez y San Justo.
Barrios de Pie nació como organización en la crisis del 2001, cuando los barrios empezaron a poblarse de copas de leche y comedores comunitarios. «Crecimos en los barrios más pobres de la provincia. Y rápidamente nos dimos cuenta de que la necesidad no se acotaba al tema de la alimentación y fuimos abarcando más áreas, como educación, jóvenes, microemprendimientos y salud», señala Carina Benegas, coordinadora provincial de la organización.
El nacimiento del indicador de situación nutricional fue parte de este proceso. Profesionales de la salud capacitaron a los integrantes del movimiento para tomar la presión, hacer controles de vacunación y de alimentación.
De esta forma, cada seis meses se mide y se pesa a los niños que se acercan a los comedores que funcionan los fines de semana. Y se registran estos datos de acuerdo a las categorías de peso y talla de la Organización Mundial de la Salud.
Mal comidos
El relevamiento arrojó que el 43,99 por ciento de los niños de 0 a 19 años «presentan una alta vulnerabilidad nutricional», sobre todo expresada en la preeminencia de sobrepeso y obesidad, muy por encima de los índices de niños encontrados con bajo peso (1,62 por ciento) y riesgo de bajo peso (2,24 por ciento).
«La detección precoz de malnutrición enciende alertas en ambos casos», señala el trabajo. Los indicadores de déficit alimentario, ponen de manifiesto la insuficiente ingesta de nutrientes; el alto peso muestra un exceso de consumo de grasas y carbohidratos, además de la falta de actividad física.
Según afirma el relevamiento, los altos índices de malnutrición muestran «un proceso de profundización de la vulnerabilidad nutricional en la que se encuentra la población. El presente de estos niños está comprometido por una alimentación inadecuada para su edad, lo cual de no modificarse abre las puertas a enfermedades tanto en lo inmediato como en la edad adulta».
En cuanto a la medición de talla, el 8,62 por ciento de los niños y adolescentes presentaron un riesgo de talla baja y otro 6,75 por ciento medían menos de lo considerado para su edad; dos cifras que «encienden alerta ya que estos niños estarían recibiendo en forma prolongada una alimentación inadecuada», apuntan las conclusiones de la investigación.
Si se analizan los últimos resultados del relevamiento, advierte Benegas, los indicadores tienden a agravarse. En el primer semestre del año pasado, el 42,49 por ciento de los niños y adolescentes medidos y pesados estaban malnutridos; en el segundo semestre, el problema alcanzaba al 41;88 por ciento de los chicos. En el último trabajo este porcentaje trepó al 43,99 por ciento.
«Esto indica un proceso de profundización de la vulnerabilidad nutricional en la que se encuentra la población que asiste a copas de leche, merenderos y comedores del Movimiento Barrios de Pie», concluye el trabajo y advierte que el presente de estos niños está comprometido por una mala alimentación.
En cuanto a los grupos etarios, el trabajo advierte un incremento de la malnutrición en la primera infancia, es decir los niños de 2 a 6 años. En esta franja, los problemas de sobrepeso, obesidad o bajo peso afectan al 44,46 por ciento.