Rosario: Habrá más kilómetros de carriles para ciclistas y estaciones para el alquiler de rodados

La Intendencia busca complementar el uso de las dos ruedas con el de las unidades del transporte público

La Intendencia busca complementar el uso de las dos ruedas con el de las unidades del transporte público

En los primeros meses de la pandemia, Rosario sumó unos 34 kilómetros de carriles para ciclistas que acompañaron el crecimiento del uso de la bicicleta como alternativa al transporte público. En estas ciclovías temporales el flujo de bicicletas se incrementó en promedio un 360 por ciento. Algunos carriles estuvieron mucho más transitados: en las calles Avellaneda o San Juan, la cantidad de ciclistas por hora se quintuplicó desde su ejecución. En base a esos datos elaborados por la Secretaría de Movilidad, la intendencia decidió profundizar su programa de movilidad sustentable, sumando otros 17 kilómetros de bicisendas y nuevas estaciones para el alquiler de rodados. Desde las asociaciones que reúnen a ciclistas advierten que se necesita más infraestructura para circular seguros.
El intendente Pablo Javkin inauguró ayer una nueva estación del sistema de bicicletas públicas en el Centro Municipal de Distrito Oeste. Con la nueva terminal ubicada en avenida Perón al 4600 se inició la ampliación del sistema para llevarlo de 56 a 72 puntos de anclaje antes de fin de año.

«Apostamos a una movilidad integrada, que alguien pueda hacer un tramo en una bici pública y otro tramo en el sistema de transporte público. Las ciudades ya no se mueven de la manera que se movían antes y los sistemas se complementan. Como municipio aspiramos a haya más uso de la bicicleta y más uso de colectivos», sostuvo Javkin.

La bicicleta fue, sin lugar a dudas, el medio de transporte del 2020. Económica y saludable, la costumbre de pedalear se instaló definitivamente entre los rosarinos. Una encuesta elaborada por el Instituto de Estudios del Transporte de la UNR difundida esta semana por La Capital muestra que su uso creció considerablemente tanto para ir a trabajar (23 % más) como para cumplir con traslados relacionados con estudio (+ 36 %), compras (+25 %) o esparcimiento (+9 %).

Durante el año pasado, de acuerdo a datos del buscador Google, las solicitudes de recorridos en bici en Maps aumentaron en un 83% respecto a 2019. Las estadísticas señalaron también se había mantenido estable la búsqueda de viajes en automóvil, mientras que las preguntas sobre cómo hacer un recorrido en el transporte público bajaron un 50 por ciento.

Más espacio
A fuerza de su mayor presencia en el tránsito, y como sucedió en muchas ciudades del mundo, las dos ruedas comenzaron a ganar espacio en el diseño de la infraestructura urbana. A mediados de mayo, la Municipalidad presentó la ampliación de la red de ciclovías en las zonas norte, noroeste y oeste de la ciudad.

En forma temporaria, por varias avenidas como Rondeau, Génova, Provincias Unidas, Mendoza y San Juan se delimitaron carriles exclusivos para bicicletas por la calzada y señales que daban cuenta de su presencia. Hasta agosto, se delimitaron 34 kilómetros de ciclovías.

Y ya se empezaron a sumar otros 17 kilómetros más, como las bicisendas trazadas en Ovidio Lagos, desde Rivadavia a Pellegrini, Sabin, desde avenida Alberdi a Pacheco, y Catamarca, desde Oroño a Bordabehere.

La evaluación
Con estos nuevos carriles, la ciudad sumó un 39 % de kilómetros más a la red de espacios exclusivos para ciclistas, llegando a 190 kilómetros que mejoran las condiciones para la circulación en dos ruedas. Para decidir dónde instalar las nuevas vías de emergencia, se dio prioridad a aquellas que permitían completar la red de ciclovías existente y, sobre todo, facilitar la vinculación con el área central y el acceso a espacios públicos y de esparcimiento.

Si bien las bicisendas se presentaron como temporarias, un trabajo desarrollado por la Secretaría de Movilidad les augura una buena vida.

El informe se realizó en septiembre pasado y alcanzó a los primeros carriles temporarios que se sumaron a la red. Según destaca el trabajo, desde que comenzaron a instalarse, creció un 360 % el uso de estos carriles. En horario pico, en algunas de las bicisendas más concurridas llegaron a contarse hasta 400 ciclistas por hora.

Los técnicos de Movilidad señalan también que la demarcación de bicisendas ordena el tránsito y reduce el uso de vehículos particulares. En comparación, antes de la construcción de las nuevas ciclovías, las bicicletas representaban el 3 % de los vehículos que circulaban por esas calles. Con la demarcación de senderos exclusivos, las bicicletas alcanzaron al 13 % de los vehículos contados.

En bulevar Avellaneda, por ejemplo, el número de ciclistas por hora creció más del 420 %, después de la demarcación de los carriles que corren por ambas manos, a continuidad del cantero central. En calle San Juan, el número de ciclistas creció un 415 por ciento.

No todo lo que brilla

Pablo Botta, es referente de Rosario en Bici, un proyecto de la asociación civil STS Rosario, entidad que tiene como objetivo divulgar problemáticas socioambientales y generar herramientas para provocar un cambio cultural hacia una sociedad «sustentable, resiliente y equitativa». Como sucedió en varias ciudades del mundo, «en Rosario se detectó un considerable aumento de las bicicletas como medio de transporte», afirma Botta.

Y si bien valora que al comienzo de la pandemia se crearan ciclovías provisorias algunas calles, destaca que aún falta mucho para que la ciudad cuente con una red de senderos seguros y de calidad. «Celebramos la ampliación actual, pero una línea de pintura no es infraestructura», destaca.

Hace dos años, la organización realizó una encuesta entre ciclistas que arrojó que el miedo al tránsito era el principal factor para no usar con mayor frecuencia la bicicleta. «En muchas avenidas circulas en bicicleta al lado de autos que pasan a 70 kilómetros por hora y sin ninguna separación física, eso es un peligro latente», apunta e insiste en que «se debe aumentar la calidad de la infraestructura para ciclistas».

Entre otras cosas, dice, faltan lugares seguros, públicos y masivos donde poder guardar las bicicletas y aumentar la cobertura en toda la ciudad de las estaciones del sistema para alquilar bicicletas. «Claramente toda esta infraestructura está mucho más presente en el centro que en los barrios. Y esto se refleja en los números de siniestros, hay muchas más fatalidades andando en bicicleta en las avenidas y zonas de alto tránsito de la periferia», dice.

Con la infraestructura adecuada, pedalear es una «excelente» forma de moverse en la ciudad en la postpandemia. «Rosario tiene características que la hacen súper transitable: es plana, tiene buen clima casi todo el año y los viajes promedio son de 5 kilómetros, una distancia muy bicicleteable», afirma y destaca que el uso de bicicletas tendrían que completarse con una mutimodalidad que permita, por ejemplo, seguir los recorridos en el transporte público.

Fuente: La Capital