Rosario: Más de una veintena de edificios de valor patrimonial recuperarán su esplendor

El municipio convocará a los propietarios de otros 60 inmuebles para que se sumen al programa de esfuerzo compartido.

El municipio convocará a los propietarios de otros 60 inmuebles para que se sumen al programa de esfuerzo compartido.

La vieja sede del Banco Francés, la mansión Campodónico y la Sala Lavardén son parte de más de una veintena de construcciones de valor patrimonial que recuperarán su esplendor en el marco de las obras que se desarrollan en el centro de la ciudad. La iniciativa incluye la restauración de las fachadas y el reordenamiento de cartelería o marquesinas que desfiguran el diseño original. Además, se iluminarán los frentes en todo el paseo que se extiende por calle Sarmiento, entre Mendoza y Urquiza.

La puesta en valor de edificios patrimoniales forma parte del plan integral de recuperación del casco histórico de la ciudad. Un conjunto de intervenciones que buscan cambiar la cara de una zona neurálgica de la ciudad, que en los últimos años evidenció un notable deterioro.

Los trabajos incluyen la ampliación y nivelación de veredas, renovación de equipamiento, forestación y recuperación de plazas y espacios públicos. Las tareas comenzaron en marzo pasado con la ampliación de las aceras de calle Entre Ríos y actualmente se concentran en la calzada de Sarmiento.

En ese corredor, se incluirá la puesta en valor e iluminación de inmuebles de valor histórico. Desde Mendoza hasta Urquiza, el Programa de Preservación y Rehabilitación del Patrimonio del municipio ya detectó unos 60 edificios que, con distinto grado de conservación, aún ostentan en sus fachadas remates, columnas y ornamentos propios de otros tiempos.

En todo ese conjunto, hay edificios emblemáticos que están muy bien conservados, como el Palacio Fuentes, la tienda Falabella o el edificio del diario LaCapital.

De otros, en cambio, apenas se adivina su belleza cuando se mira para arriba, ya que la planta baja sucumbió a sucesivas intervenciones desafortunadas.

Más que cosmética. En los próximos días, el municipio invitará a los propietarios de estas construcciones a sumarse a un programa de esfuerzo compartido para la restauración de las fachadas, mediante subsidios que cubren hasta el 50 por ciento del valor total de las obras. Una iniciativa que, antes de la realización del Congreso Internacional de la Lengua Española -allá por el año 2004- permitió rehabilitar unos 27 edificios (ver aparte).

La idea es recuperar el esplendor original de los edificios patrimoniales para potenciar la arquitectura del área central y su atractivo turístico e histórico. Además, en muchos casos las intervenciones otorgan seguridad a inmuebles en estado precario o con desprendimientos.

Para la directora del programa de patrimonio de la municipalidad, Mariel Santos, los trabajos que se desarrollan en el área central no persiguen sólo una lavada de cara, «sino transformar fuertemente el espacio público, de forma de poder generar espacios que promuevan actividades que revitalicen el casco histórico», con la intención de que la zona no muera cuando cierran los negocios.

Las tareas previstas dependen del estado de cada construcción. En algunos se casos bastará con el reordenamiento de la limpieza de los frentes, el reordenamiento de la cartelería, marquesinas o acondicionadores de aire, para descontaminar visualmente las fachadas.

En otros edificios se incluirá la restauración de revoques, la reposición o recomposición de ornamentos y molduras en toda la fachada. Y en otro conjunto se proyecta readecuar las plantas bajas, con la recuperación de aberturas, dinteles y otros elementos en un intento por restituir el diseño original del edificio.

Finalmente, en una veintena de construcciones, generalmente las ubicadas sobre las ochavas está proyectada la iluminación arquitectónica exterior con el objetivo de resaltar la singularidad de esos edificios. Las luminarias serán blancas, de tecnología Led y estarán conectadas al alumbrado público.

La magnitud de las obras previstas a desarrollar, destacó Santos, se consensuará con los propietarios y los inquilinos de cada uno de los edificios, que tendrán que aportar la mitad del costo de los trabajos.

Fuente: La Capital Rosario