Rosario: Organizaciones de base y la Iglesia advierten sobre la dura realidad social de los barrios

Se congregaron ayer y expresaron su preocupación por la creciente vulnerabilidad económica y la falta de programas

Se congregaron ayer y expresaron su preocupación por la creciente vulnerabilidad económica y la falta de programas

Organizaciones sociales, sindicales y la pastoral de la Iglesia Católica expresaron ayer su preocupación por el rumbo económico y social en el último año y describieron unas perspectivas sombrías para el año próximo. Frente a esta situación, acordaron avanzar en la reconstrucción de la «mesa del diálogo social» para afrontar un panorama que entienden complejo en todo el territorio, pero sobre todo en los barrios.

El encuentro se realizó en la sede de la Asociación Bancaria (San Lorenzo 1383). Participaron el dueño de casa y referente del Movimiento Sindical Rosarino, Matías Layús; la CTA de los Argentinos, otros gremios como Empleados de Comercio, Prensa, movimientos y organizaciones sociales locales y directivos de la Arquidiócesis de la Pastoral Social de Rosario.

Varios referentes barriales resaltaron cómo los problemas de empleo y retiro de distintos programas del territorio por parte del Estado empeoraron las condiciones de vida de la mayoría de los ciudadanos, con mayor intensidad en los estratos económicos más vulnerables. Y hasta el impacto que está teniendo la pérdida de ingresos vía «changas», por lo que muchas familias hoy sólo están viviendo de la asignación universal, aseguraron.

Frente a esta situación, referentes sociales, como Alejandra Fedele, del Movimiento Evita, relataron que en distintos barrios se organizaron en las últimas semanas, pacíficamente, mediante «notas», y acordaron con los supermercadistas más cercanos para pedirles bolsones de mercadería. Denunciaron que el compromiso de Nación de enviar cajas navideñas y la aprobada emergencia social no está llegando a Rosario. «Estarían recién para fin de año», recibieron como respuesta algunos militantes barriales que hablaron sobre las «urgencias» de su llegada, para atemperar los ánimos que cada vez más complicados en algunos los puntos socialmente más vulnerables de la ciudad.

«Hoy claramente la gente no llega a fin de mes, ya que hasta el trabajo informal ha bajado muchísimo», agregó Fedele.

Mayor asistencia

«Lo que se vio en las parroquias es que aumentó la cantidad de personas que piden algún tipo de asistencia; y además, personas que tenían su trabajo asegurado para varias semanas o meses, ahora tienen su horizonte de ocupación cada vez mas corto», describió Viviana Willie Billie, directora de la arquidiócesis de la pastoral social de la Iglesia Católica.

En paralelo a este encuentro, otras organizaciones sociales de base protestaron con cortes de calle ayer en el centro de la ciudad en reclamo de asistencia social de cara a las próxima fiestas de fin de año.

La idea de reflotar de manera más institucionalizada una mesa de diálogo social la sustentaron no sólo por una situación de mayor fragilidad actual sino, fundamentalmente, por las perspectivas para el próximo año, para el cual ya están previstos nuevos incrementos de tarifas, y su impacto en los precios, y recortes presupuestarios en distintas áreas.

Por todo ello es Layús, secretario general de La Bancaria, señaló que «la idea es volver a visibilizar y hacer un llamado de atención a los gobiernos nacional, provincial y municipal con respecto no sólo a la situación del trabajo formal de los sindicatos que representamos, sino también a los sectores más vulnerables que están hoy representados por las organizaciones sociales».

Para Paulo Juncos, secretario general de la Confederación de Trabajadores de la Argentina (CTA) Rosario, la política de «apertura indiscriminada» de la importación viene afectando de «forma muy grave» el empleo en la región.

Por eso, consideró, «el balance del año para nosotros no tiene el mismo puntaje que se están poniendo los gobernantes en estos momentos».

La convocatoria a una institucionalización de una mesa de diálogo social apunta a resolver los problemas sociales «de forma pacífica, y no como en aquellos días» de 2001, agregó.

Fuente: La Capital Rosario