Rosario: Un limbo legal genera un gran derroche de energía en plena ola de calor

Dos normas contrapuestas derivan en la falta de control del uso responsable de aires acondicionados. En la peatonal la mayoría de los comercios los usa a pleno y con las puertas abiertas

Dos normas contrapuestas derivan en la falta de control del uso responsable de aires acondicionados. En la peatonal la mayoría de los comercios los usa a pleno y con las puertas abiertas

El termómetro superó los 38 grados este martes y los rosarinos surfean la ola de calor como pueden. Están quienes caminan con botellitas de agua, quienes buscan la sombra y también quienes se detienen para aprovechar el frío que sale de los locales con aire acondicionado. Pese a las recomendaciones de la Empresa Provincial de la Energía (EPE), en el centro rosarino la mayoría de los negocios no sólo no tienen los aires acondicionados por encima de 24 grados sino que también permanecen con las puertas abiertas. Mientras tanto, dos normas, una municipal y otra nacional, colisionan y generan que nadie controle el uso racional de la energía

El poco respeto a los pedidos de la EPE se nota con sólo recorrer algunas cuadras de las peatonales. En Córdoba entre Maipú y Entre Ríos La Capital contó, este martes a media mañana, por lo menos 35 locales, de diversos rubros, que no contaban con un sistema de cierre automático de puertas y despilfarraban la energía eléctrica por las pérdidas al exterior. Algunos otros, los menos, tenían las puertas cerradas o recurrían a los siempre útiles ventiladores.

Sólo hay que caminar con la mirada atenta. Son las doce del mediodía de uno de los días de más calor de la temporada y en la cuadra entre Maipú y San Martín una panadería tiene las puertas abiertas de par en par y el aire acondicionado en 18 grados. Dentro del comercio, algunos clientes disfrutan del fresco mientras almuerzan. El escenario se repite unos metros más adelante en un local de juegos y entretenimientos infantiles, esta vez con el aire en 20 y sin clientes a la vista.

En apenas cuatro cuadras de la peatonal se pueden contar varios locales de ropa, zapaterías, golosinerías, librerías, farmacias, perfumerías, casas de electrodomésticos y venta de accesorios para celulares que se manejan de la misma forma. Con aires más chicos, industriales o centralizados, ninguno cierra sus puertas y buscan tentar a los transeúntes con el alivio del fresco momentáneo.

Por qué 24 grados
Desde que comenzó la temporada, y más aún esta semana de altas temperaturas, la EPE insiste con la necesidad de hacer un uso responsable de la energía. En el caso de los acondicionadores de aire, ya sea de uso doméstico o comercial, se pide mantenerlos por encima de los 24 grados.

Según explican desde la compañía de distribución de electricidad, por cada grado por debajo de los 24 un equipo consume entre un 5% y un 10% más, lo cual genera problemas de saturación del sistema en toda la ciudad.

También piden mantener cerradas las aberturas de los ambientes acondicionados y apelan a la responsabilidad individual para lograr un mejor resultado colectivo y llaman a reducir los consumos ociosos de electricidad.

La ordenanza que no se cumple
En Rosario existe desde 2015 una ordenanza que no solo apela al uso responsable de la energía eléctrica, sobre todo en jornadas agobiantes, sino que obliga a los locales comerciales con acceso desde la calle a contar con un sistema de cierre automático de puertas, con el fin de impedir que estas permanezcan abiertas permanentemente con el consiguiente despilfarro energético por las pérdidas de energía al exterior. Siempre y cuando se requiera consumo de energía convencional para la generación de calor y frío por parte de los sistemas de calefacción y refrigeración. Además, prevé multas por metro cuadrado y en caso de reincidencia, los inmuebles podrían ser clausurados hasta por 90 días.

Desde la EPE recordaron que el municipio es el encargado de controlar el cumplimiento de esa normativa. La Secretaría de Control y Convivencia es el organismo que debe encabezar las intervenciones y detectar casos irregulares.

Hasta antes de la pandemia realizaban operativos en distintos puntos de la ciudad y la cifra de infractores venía disminuyendo en cada temporada. Sin embargo, este año no pudieron realizar ninguno. Es que la ordenanza Nº 9.375 entra en contradicción con los protocolos de la época más estricta de la pandemia que obliga a los locales a permanecer con las puertas abiertas para garantizar la ventilación.

Por este motivo, hasta que no se actualice la normativa, el municipio no puede realizar las tareas de fiscalización correspondientes. Mientras tanto, cada vez son más los que se aprovechan de este gris y derrochan energía eléctrica.

Fuente: La Capital