Salta: Comunidades indígenas, como destinos turísticos

Desde 2010 el Programa de Turismo Sustentable y Solidario trabaja con 32 emprendedores rurales.

Desde 2010 el Programa de Turismo Sustentable y Solidario trabaja con 32 emprendedores rurales.

A fines del año pasado 120 alumnos de séptimo grado del colegio Ángel Zerda de Salta capital hicieron su viaje de egresados a Seclantás y Brealito. Así decidieron colaborar con el desarrollo local del paraje donde viven alrededor de 150 personas.
En Hornaditas se está construyendo la primera red de agua, como una respuesta a la demanda turística.

En Brealito esperan al turismo con mucha conciencia ambiental sobre el lugar que habitan. Foto: gentileza Programa de Turismo Sustentable y Solidario NOA

BREALITO es una de las cinco comunidades que trabajan con el Programa de Desarrollo de Turismo Sustentable y Solidario del NOA. Este se creó hace seis años, promovido desde la Conferencia Episcopal Argentina y la Comisión de Migraciones. Su oficina técnica está en Salta, a cargo de cuatro profesionales. La red está conformada por 64 emprendedores y por 32 emprendimientos. Se puede conocer más enprogramatsnoa.org.ar.

Paula Gónzalez es una de las mentoras de este proyecto que nació muchos años antes, en BUENOS AIRES, mientras trabajaba en la empresa Boomerang Viajes, que adhiere al proyecto de ECONOMÍA DE COMUNIÓN. «La Argentina venía desarrollando a nivel nacional un plan federal de desarrollo turístico sustentable, pero veíamos que el eslabón con las comunidades no siempre se lograba. El beneficio quedaba solo en algunas personas y no llegaba a los destinatarios que están con necesidades, que son quienes viven en los contextos más bellos, como la laguna de Brealito o la quebrada del Toro. Por ahí el Tren a las Nubes pasa, pero no se benefician las comunidades de esa zona», ejemplificó al presentar el programa en las 38ª Jornadas de Economía de Comunión (EdC) que se desarrollaron en Salta el 22, 23 y 24 de septiembre.

En su búsqueda conoció Hornaditas, una comunidad indígena que está 17 km al norte de Humahuaca, en Jujuy, a más de 3.000 metros sobre el nivel del mar. En el año 2010 tuvo la posibilidad de ir a vivir a Salta, donde conoció a Agustín Cabezas, licenciado en Turismo, que compartía la misma inquietud.

Brealito es uno de los lugares turísticos que beneficia a las comunidades indígenas. Foto: gentileza Programa de Turismo Sustentable y Solidario NOA

«En turismo cuesta mucho comprender cómo hacer el nexo entre, por ejemplo, la comunidad y el turista. Las agencias de viajes no siempre logran comprender cómo vender estos productos. Muchas de estas comunidades, como no tienen acceso a señal de celular, no tienen comunicación. En algunos lugares están los caminos pero no hay carteles que indiquen cómo llegar. Son inversiones que corresponden al Estado en muchos casos», observó Paula.
La primera fase del programa fue detectar los lugares. Luego se acompañó a las comunidades en formación de servicios de turismo y fortalecimiento comunitario, que ayudó a la creación de asociaciones civiles. «Vemos cómo pueden dar mejor calidad de servicio turístico complementado a las actividades cotidianas, como el pastoreo de los animales y las tareas productivas de la tierra», manifestó.

VÍNCULO CON LAS PERSONAS
Orlando Soriano es referente del programa en las comunidades de la quebrada del Toro. «Tuve la dicha de vivir un par de años ahí y me di cuenta de que tenemos mucho que aprender de las comunidades. Estoy seguro de que es mucho más lo que aprendemos de ellos, que lo que nosotros podemos sumar y aportar», remarcó.
«Si bien es turístico el programa, es inevitable tener una llegada en la parte social. En estos lugares hay muchas dificultades y necesidades, no solo económicas, sino también espirituales y de contacto», dijo. Creo que lo más importante es el vínculo que generamos con las personas con las que trabajamos. A veces cuando voy al campo, tres horas escucho sobre las cabras y las ovejas y después vemos qué hay que hacer”, relató.

PREOCUPA EL ACCESO AL AGUA
Héctor Lamas, un emprendedor turístico de la comunidad indígena de Hornaditas, Jujuy, se preocupaba cuando algún turista se bañaba más de una vez al día o preguntaba porqué no habían instalado el baño. El agua para su comunidad es un bien muy escaso. La única vertiente natural está 9 km por encima del poblado más grande.
Hornaditas está a 17 km al norte de Humahuaca, en Jujuy, a más de 3.000 metros sobre el nivel del mar. Es una de las cinco comunidades que participa del Programa de Desarrollo de Turismo Sustentable y Solidario del NOA. Se puede conocer más enprogramatsnoa.org.ar.

Mario Corimayo señala en el suelo la red de agua que construyeron. Foto: gentileza Programa de Turismo Sustentable y Solidario NOA

Una vez detectada la necesidad de una red de agua para la comunidad, aprobaron en la asamblea traerla desde aquella vertiente. «Nosotros no teníamos los materiales necesarios para bajar el agua de ahí. El Estado local o provincial a veces cierra los ojos, así que había que buscar por otro lado», contó Mario Corimayo, segundo coordinador de la comunidad de Hornaditas, durante las 38ª Jornadas de EdC.

«Hemos recibido el aporte de los empresarios que quieren donar, a través de los hermanos (del programa) que llegaron a nuestra comunidad. Qué lindo que ustedes piensen en nosotros, en lo que nos hace falta», expresó.

Aunque sin diplomas, él es un técnico experto en aguas. «Nosotros pusimos toda la mano de obra para hacer este trayecto desde la vertiente hasta el poblado, que son 9 km de manguera enterrados», comentó.

“Nosotros pusimos toda la mano de obra, como hacemos siempre las comunidades. Para lograr hacer todo este trayecto desde la vertiente hasta el poblado, que son 9 km de manguera enterrados, pusimos el lomo todos los días y seguimos trabajando todavía”, comentó. Cargaban el ripio en burro o sobre la espalda para lograr hacer las cámaras, las tapas y la captación de agua. “Es un trabajo sacrificado, pero lo hacemos pensando en que va a ser el servicio para todos nosotros”, agregó.

AÚN FALTA TERMINAR LA OBRA
La cámara que está en plena vertiente de captación de agua no está terminada. “Falta hacer las cañerías, taparlo y hacer una limpieza para que, cuando ingrese agua, sea pura para consumir. Nos preocupa terminar la obra”, expresó Mario.

Aún necesitan unas 400 bolsas de cemento para instalar los tanques de agua y quieren crear un cercado perimetral alrededor de estos.

“Entramos a trabajar a las 6 y volvemos a las 21. Cuando hay luna nos podemos quedar hasta las 24. Tenemos que caminar todo ese kilometraje para descansar en Hornaditas. No podemos quedarnos allí, es peligroso. El trabajo es mano de obra gratuita. Nosotros nunca vamos a pensar que alguien nos va a dar un centavo. Todos trabajamos por igual. Los hermanos no midieron horario, no midieron tiempo, como solemos hacer nosotros”, compartió Severiano Lamas, coordinador de la comunidad.

“Este programa se sostiene gracias al aporte que hacen empresas. Es el rol social de personas que emprenden y, en forma libre, eligen compartir parte de sus ganancias para contribuir a proyectos de desarrollo como el nuestro. En 2016 hemos ejecutado obras de infraestructura para todos los emprendedores que venimos acompañando, que son más de 50 en distintas zonas rurales”, destacó Agustín Cabezas, uno de los profesionales de Turismo que trabaja en el programa.

Fuente: El Tribuno Salta