San Juan: Rescatar la impronta de las fiestas departamentales

Llega fin de año y la mayoría de los departamentos de la provincia comienza a preparar sus celebraciones dentro de una temporada en la que el ingenio será determinante para reducir gastos.

Llega fin de año y la mayoría de los departamentos de la provincia comienza a preparar sus celebraciones dentro de una temporada en la que el ingenio será determinante para reducir gastos.

Con la llegada del mes de diciembre comienza la temporada de las fiestas departamentales que apuntan a cumplir dos objetivos fundamentales: constituir un ámbito de entretenimiento y esparcimiento para las comunidades locales y del resto de la provincia, y convertirse en una alternativa válida de atractivo turístico para la gente que eventualmente visita San Juan en los meses de verano y a la que es necesario ofrecerle propuestas de divertimento.

Para este período, que coincidirá con el inicio de un nuevo ciclo de gobierno en varios municipios, habrá una situación en común que es la de evitar excesivos gastos en estos festivales acudiendo al ingenio de los organizadores tanto para el montaje de las celebraciones como en la contratación de artistas que generalmente engalanan estas fiestas. La idea que debería prevalecer es la de volver a las raíces de los festejos sin necesidad de contratar costosos espectáculos, conformados en la mayoría de los casos por afamados cantantes consagrados a nivel nacional o internacional. En nuestra provincia como en cada uno de los departamentos hay suficientes solistas y conjuntos musicales como para animar estos festivales, dándoles la posibilidad a los artistas locales de demostrar su talento ante su público.

Para el resto del festival las comunas cuentan con suficiente personal técnico como para montar escenarios, realizar instalaciones de luz y sonido y de encargarse de otros tantos requerimientos sin tener que salir a contratar a ningún servicio especializado ni hacer figurar gastos que suelen ser muy abultados para los presupuestos municipales.

Con la llegada de diciembre una de las fiestas tradicionales es la que se realiza en Santa Lucía, vinculada a la celebración de la patrona del departamento. Después de algunas celebraciones que tienen lugar durante enero, que no tienen carácter provincial ni nacional, tal el caso de las peñas y festivales gauchos que se realizan en parajes como el de San Ceferino, en San Martín, y en la Difunta Correa, en Vallecito – Caucete, en febrero hay otros festejos muchos más grandes como la Fiesta Provincial del Obrero Minero, en Los Berros y la Fiesta Nacional de la doma y folclore cuyano, en Médano de Oro en Rawson.

Después de la fecha asignada a la Fiesta Nacional del Sol -que le corresponde al gobierno de la provincia, en marzo está la Fiesta del Promesante en Vallecito y la Fiesta Nacional de la Uva y el Vino, en Caucete, celebración por lo general multitudinaria que reúne a un público diverso de toda la provincia y de distintos puntos del país.

En abril está la Cabalgata de la Fe hacia la Difunta Correa y la Fiesta provincial de Valle Fértil, entre otros eventos que están coordinados por el Ministerio de Turismo y Cultura, organismo que también debe velar por que estas fiestas no sean desequilibrantes de los presupuestos que se disponen.

La mayoría de los municipios cuentan con una vasta experiencia en organizar estos festejos, por lo que en la práctica no debería costarles mucho realizar una de esas celebraciones con presupuestos acotados, haciendo valer los recursos que disponen y recuperando la impronta de lo que significa un festejo realizado íntegramente por personal propio y lo que es más importante sin malgastar fondos municipales que de por si son reducidos.

Fuente: diariodecuyo.com.ar