Santa Fe: Al laberinto del debate por la reforma constitucional no le encontraron salida

La oposición se quejó de que la iniciativa escondía la reelección del gobernador Miguel Lifschitz, de la falta de tiempo para debatir y de que no se construyó el consenso que un tema tan importante merecía.

La oposición se quejó de que la iniciativa escondía la reelección del gobernador Miguel Lifschitz, de la falta de tiempo para debatir y de que no se construyó el consenso que un tema tan importante merecía. Desde el oficialismo criticaron el falso reformismo de los opositores y aseguraron que se llenaron de excusas.

Diputados le bajó el pulgar al tratamiento del proyecto de necesidad de reforma de la Constitución. El oficialismo necesitaba 34 votos para conseguir el tratamiento sobre tablas de la iniciativa enviada por el gobernador Miguel Lifschitz en abril de este año y solo consiguió 24 votos positivos, mientras que la oposición sumó 25 votos negativos. La sesión fue presenciada por casi todo el gabinete de Lifschitz y su ministro de Gobierno, Pablo Farías se quedó hasta la votación y luego se fue muy ofuscado criticando el egoísmo de la oposición.

En los discursos –en total hubo 30 oradores– todos se mantuvieron en sus posturas, tanto oficialistas y opositores. Hubo chicanas de todos los tipos y desde todos los sectores. Pero nada hizo que los números se muevan como para llegar a aprobar el tratamiento sobre tablas del proyecto de necesidad de la reforma y Lifschitz se quedará con las ganas de cumplir su sueño de reformar la Constitución y, con ello, su anhelo reeleccionista.

Fueron casi seis horas de debate. Pero en el recinto no pasó nada raro. El único planteo que modificó la lógica de las oratorias a favor y en contra fue el del socialista Joaquín Blanco, que promediando la sesión y ante la negativa del PRO, el PJ y el interbloque Igualdad les propuso a los opositores retirar de la discusión el artículo 64, cuya modificación permitiría la reelección inmediata del gobernador, «para que los que se dicen reformistas voten por la reforma».

Desde la oposición hubo un firme reclamo por el intento del Frente Progresista de llegar con un tema tan importante al recinto sin construir el consenso necesario. Salvo Norberto Nicotra, el resto de los diputados que tomaron la palabra todos dijeron ser reformistas. Además, algunos dijeron que por las urgencias del gobernador el oficialismo intentó llevarse por delante la institucionalidad.

Leandro Busatto fue el primer opositor en tomar la palabra y aseguró que estaba «en juego la salud de la Legislatura y de las instituciones» en la provincia. Y acusó: «Hoy solo un partido con representación parlamentaria está llevando al resto a discutir un tema que no tiene consenso».

Carlos Del Frade calificó al proyecto como una «propuesta de reelección disfrazada de reforma constitucional» y sentenció: «Le decimos no a la reelección del gobernador Lifschitz que está lejos de ser progresista».

El justicialista Luis Rubeo aseguró que la sesión especial de este miércoles se realizó porque «al gobernador se le acortan los tiempos para ser reelecto». Además, dijo que con los plazos establecidos en el proyecto del Ejecutivo si se conseguía ahora darle media sanción y un rápido tratamiento en el Senado, la reforma terminaría en marzo del año que viene, justo para el proceso electoral de 2019.

Por otra parte, Rubeo se quejó de que desde el oficialismo se critique a quienes se opusieron a esta forma de llegar a la reforma acusándolos de no ser reformistas. «Con esto no se cae la reforma, se cae la posibilidad de que el gobernador sea reelecto. Díganle la verdad a la gente», pidió.

Uno de los que salió al cruce fue el radical Julián Galdeano, quien pidió que se discuta el tema. «No podemos hacerlo solos porque no tenemos una mayoría especial. Es impensado que pretendan que lo vamos a imponer. Lo que hay que decir es que acá no se pudo avanzar porque el reformismo de algunos era una careta. No querer cambios es no querer progresos».

Y luego cargó contra el argumento de la falta de tiempos de analizar una reforma constitucional al asegurar: «Cualquier partido político debe tener una posición institucional respecto a la reforma. Fue un proceso político plagado de excusas».

Por otra parte, desde el oficialismo se preguntó en reiteradas ocasiones cuáles son los requisitos que hay que cumplir para que se trate el tema, «porque pasa el tiempo y no se avanza». Incluso el diputado socialista Julio Garibaldi marcó las contradicciones de la oposición cuando dijo: «Aquí se planteó la falta de tiempo para discutir el proyecto, pero en la comisión de Educación no vinieron a dar quórum».

El proyecto está empantanado en esa comisión –donde tiene mayoría la oposición– desde el 24 de mayo pasado, hace casi 100 días. Rubén Galassi (PS) se quejó de esa situación y aseguró que por la dilación de los tiempos es que se llegó al tratamiento en una sesión especial. «Nunca las coyunturas son óptimas», aseguró el jefe de la bancada socialista.

Por su parte, Jorge Henn (UCR) expresó: «Me da tristeza pensar en la falta de grandeza política. No he visto nunca una Legislatura con 50 reformistas que rechace una reforma constitucional».

Casi sobre el final de la sesión, la diputada Alejandra Vucasovich tomó la palabra y apuntó: «Nadie tiene la vara para medir quién es y quién no es reformista. Pero lo vamos a decidir en la Legislatura, no nos lo va a imponer el gobernador». Y se quejó, luego de la enfática defensa del proyecto que hizo Ariel Bermúdez, de los discursos de algunos oficialistas que parecían hechos para ser tenidos en cuenta a la hora de conformar las listas de diputados provinciales del año que viene.

Todos los sectores políticos pidieron que se diga la verdad y las cosas como son. Pero la sensación que quedó luego de casi seis horas de debate es que nadie fue capaz de decir toda la verdad. Tal vez, este miércoles quedó claro que en la política hay muchas verdades y, por ende, que ninguna es absoluta. En esos caminos de idas y vueltas, la discusión de la reforma constitucional terminó entrando en un laberinto al que no le encontraron una salida.

Fuente: Uno