Santa Fe: La Casa Gris y la oposición se cruzan por la falta de diálogo político en la provincia

El secretario Marcos Corach acusó al Frente Progresista de simular voluntad de consenso. Desde el PS calificaron al Ejecutivo de "intransigente"

El secretario Marcos Corach acusó al Frente Progresista de simular voluntad de consenso. Desde el PS calificaron al Ejecutivo de «intransigente»

El 2021 comenzó en Santa Fe de la misma forma en que terminó el 2020: con tensión entre el Poder Ejecutivo y la Legislatura. Esta vez con la Cámara de Diputados: el Secretario de Articulación de Políticas Públicas de la provincia, Marcos Corach, planteó en redes sociales que la voluntad de diálogo del Frente Progresista es “una mentirita piadosa”. Desde el campamento socialista no se quedaron callados y acusaron a la Casa Gris de “intransigencia” y de “no tener agenda legislativa”.
Todo comenzó en la noche del lunes: Corach compartió en Twitter una entrevista que dio Miguel Lifschitz al diario El Litoral, en la que el presidente de la Cámara de Diputados sostuvo que en el primer año de gobierno de Omar Perotti no hubo relación entre el Ejecutivo y la Cámara baja.

“Las pocas reuniones que ha habido a lo largo del año con ministros, intentando buscar alguna concertación, acuerdo, consenso, no han fructificado —afirmó el ex gobernador—. No ha habido voluntad ni vocación del gobierno por buscar diálogo en la Cámara. Hasta ahora funcionaba de alguna manera el Senado como especie de articulador, en algunos proyectos, de algunas leyes, pero no sé qué ocurrirá de aquí en adelante”.

“Personalmente me reuní con los diputados Blanco y Farías junto a Ricardo Olivera. Excelente encuentro. Demostraron la mejor predisposición —dijo Corach sobre la negociación previa al tratamiento de la ley tributaria—. Ahora bien, ¿para qué sirvió? Solo para que hoy se vanaglorien de ser los campeones del diálogo”.

Y agregó: “Porque en el recinto votaron exactamente la ley que ellos quisieron, valiéndose de la capacidad de imposición que les da la circunstancial mayoría. ¿Su voluntad de diálogo y consenso? Una mentirita piadosa”.

El presidente del bloque del Frente Progresista en Diputados, Pablo Farías, contó a La Capital una versión distinta. “Es cierto que fue un buen encuentro, pero fuimos con un borrador con una serie de propuestas y la respuesta fue de total intransigencia, no aceptaron hacerle ninguna modificación —cuestionó—. El diálogo se construye sobre la base de entender que hay que acercar posiciones, buscar consensos”.

El derrotero de la ley que determina los recursos que dispondrá la administración pública provincial en 2021 fue curioso: se aprobó con votos opositores, no del oficialismo.

Acusaciones cruzadas
Precisamente, la tensa relación entre dos de los tres poderes del Estado santafesino marcó el pulso de la vida pública provincial. Llamativamente, y más en un año de profundas y múltiples crisis, la Legislatura se convirtió en el centro de gravedad de la política de la bota. El presupuesto 2020, las leyes de necesidad pública, el paquete normativo que desde el ministerio de Seguridad califican como “anti Sain”, la ley de presupuesto y, finalmente, la ley tributaria, fueron los principales episodios de una saga que combina varios géneros.

En el PJ y la alianza entre el PS y la UCR coinciden en algo: la culpa es del otro. Mientras en el peronismo sostienen que el FPCyS no acepta que perdió las elecciones y quiere cogobernar en la bancada dominante en la Cámara baja —cuenta con 28 escaños sobre 50— afirman que Perotti busca permanente excusas para no gestionar.

“Desde la transición para acá la estrategia del PJ es la misma: demonizar a Miguel —advirtieron cerca de Lifschitz—. Es lo único que une al peronismo, lo que le da motor a su relato. No tienen otra cosa”.

“Las cosas importantes ya están aprobadas —consideró—. Ahora quedan cosas que el gobierno tendrá que explicar, como los proyectos sobre conectividad y seguridad. El gobierno no tiene agenda legislativa, e intentan disimular el desbande buscando un enemigo externo, justo en medio de una situación que es un quilombo: la seguridad es un desastre, los pescadores cortan la ruta, crecen los conflictos laborales y aumentan los casos de Covid-19”.

Además, el complejo vínculo entre la Casa Gris y la Legislatura está atravesado por una situación llamativa: tras la renuncia de Esteban Borgonovo, hace 55 días, el cargo de ministro de Gobierno sigue vacante.

No es un puesto menor: es el nexo entre el gobernador y la Legislatura, el Poder Judicial, intendentes y jefes comunales y las fuerzas políticas.

Farías conoce bien el cargo: lo ocupó durante los cuatro años de mandato de Lifschitz. “Que no haya ministro de Gobierno es un síntoma de que el Ejecutivo no está priorizando en su agenda el diálogo político y la concertación con la oposición y el resto de los estamentos del Estado”, analizó.

Por su lado, la diputada provincial Mónica Peralta (GEN-FPCyS) se manifestó ayer en el mismo sentido. “La ausencia de definiciones políticas al respecto por parte del gobernador Omar Perotti atenta contra el funcionamiento eficaz de los canales democráticos de una provincia progresista y defensora de los derechos humanos”, criticó la legisladora.

Sobre el cierre del año, desde la Casa Gris deslizaron que a comienzos de 2021 podría haber novedades sobre el organigrama del gobierno. Sonaron y suenan para ocupar el ministerio político el propio Corach y el ministro de Trabajo, Roberto Sukerman, pero las definiciones se hacen esperar.

Fuente: La Capital