Santa Victoria Este: Unas 30 familias están hacinadas en carpas de plástico a la vera de la ruta 54

Son wichis de La Curvita, que se desplazaron hacia El Rosado y se instalaron en un punto conocido como Mecle. Dicen que no les llega la ayuda. Necesitan comida, agua, chapas y camas, entre otras cosas.

Son wichis de La Curvita, que se desplazaron hacia El Rosado y se instalaron en un punto conocido como Mecle. Dicen que no les llega la ayuda. Necesitan comida, agua, chapas y camas, entre otras cosas.

Cuando decimos que el río crece y arrastra hasta sus vidas, huelga la exageración. Unas 30 familias wichis de La Curvita, un paraje de Santa Victoria Este, tuvieron que alzar sus chicos y sus perros para escapar del agua que se hizo dueña del Chaco salteño. No tenían casi nada, pero perdieron todo. Ni la esperanza les queda de rehacer la vida en un terreno más sólido, alejado del río, después de ver que la ayuda no les llega, que siguen hacinados en las carpas de palo y plástico negro de silo que armaron en medio del monte, en Mecle, a la vera de la ruta provincial 54. Esta tierra chaqueña y difícil que los vio nacer, no los reconoce y los castiga sin piedad. Se establecieron precariamente cerca de El Rosado, están mudos de pavor, con la única expectativa de poner algo en la panza para sobrevivir y cuidar a los chicos de las mordeduras de cascabel. Cuesta imaginar tanta miseria y a tanto miserable que se guarda la solidaridad de todo un país en galpones para hacer proselitismo más adelante, cuando abran sus bocas codiciosas las urnas. Por eso los caciques cortaron la ruta 54 el martes y levantaron el corte apenas les repartieron algunos víveres. Volverán a cortar cuando tengan hambre y sed, pero nadie les dará lo que precisan por derecho y humanidad. Y en este sentido, el silencio oficial es aterrador. Los desplazados de La Curvita, los que armaron carpas en Mecle, necesitan urgente chapas, camas, comida, agua potable, que envíen una máquina para limpiar el pedazo de monte que habitan ahora y que les lleven luz.

Ayuda directa

Quienes puedan donar chapas y otros elementos para estos hermanos que viven horas aciagas, pueden llamar a la señora Lusinda Moreno al 03878 – 15618039, quien les entregará, sin intermediarios, las donaciones a los hacinados en Mecle.

«De un lado de la ruta 54 a la altura de Mecle hay siete familias y del otro lado, unas 24. Los chicos están durmiendo en el suelo y hay muchas víboras cascabel ahí. Es una tristeza porque no tienen nada, necesitan luz, el agua que les lleva la Municipalidad no se puede beber, es sucia, pero ellos no hablan, son callados y todos se abusan de ellos. Yo no me puedo quedar callada, aunque ya una vez me han hecho mucho daño por hablar. Son los mismos que ahora se están robando todo; dicen que están guardando para entregarles después, pero guardan para las elecciones apañados por políticos de arriba. No es la primera vez que lo hacen», señaló Lusinda Moreno.

Y agregó: «Hay grandes necesidades en la zona, hay que dar, no hay que guardar. Ellos no quieren volver a La Curvita, se han desplazado hacia El Rosado y quieren que les bajen la luz, que pasen la máquina y que les den chapas para que ellos consigan tirantes del monte. Dicen que mandaron todo de la Nación, pero no les han dado. Van a pedir bolsones y materiales y no les dan nada. Es grave lo que está pasando aquí. Ningún funcionario provincial ni la Policía vino a poner orden a tanto robo. Los ven en la miseria y no tienen lástima. No tienen temor de Dios».

Finalmente, la mujer dijo: «Hay un estado de abandono y desesperación gigante. Queremos que el papa Francisco interceda por nosotros porque los gobernantes nacionales, provinciales y municipales no tienen sensibilidad por la pobreza del Chaco salteño».

Cortes de ruta

Comunidades originarias de Santa María mantenían cortada de a ratos la ruta provincial 54 a la altura de ese paraje, pidiendo al municipio de Santa Victoria Este, cuyo intendente es Moisés Balderrama, que les hagan llegar las donaciones que reciben casi todo los días de todo el país. También reclamaban atención médica en la zona, ya que hay gente con diarrea por beber agua que no es potable.

En Santa María el agua hizo estragos y los vecinos reclamaron ayuda urgente: «También necesitamos que nos tengan en cuenta, que nos den una mano, queremos colchones, plásticos, chapas y mercadería, nuestros hijos no tienen qué comer, qué beber, estamos pasando momentos muy malos, y vemos que todas las donaciones llegan a Santa Victoria Este y no sabemos qué hacen con la ayuda que llega para los más necesitados que somos nosotros», dijo Miguel, el cacique de Santa María.

Miden los daños en Santa María

Determinan la magnitud de los daños estructurales que provocó el desborde del río Pilcomayo en Santa María y las comunidades de la zona. Equipos del Ministerio de la Primera Infancia, el Instituto Provincial de la Vivienda, y el Ministerio de Asuntos Indígenas recorren el territorio con equipamientos tecnológicos para registrar el estado de las estructuras del lugar.
Estas acciones forman parte del plan de abordaje que lleva adelante el comité de emergencia para asistir y contener a las familias del norte de la provincia que fueron afectadas por el fuerte temporal. La información que se recolecte se incorporará a las bases de datos del Gobierno de la Provincia para utilizar en el diseño y planificación de los nuevos planes de intervención.
Según informó el subsecretario de Logística del Ministerio de la Primera Infancia, José Martínez, “operadores del Ministerio de la Primera Infancia visitan a las familias y recorren cada una de las comunidades registrando en estado de las infraestructuras. Ante un evento natural de estas características resulta vital contar con información actualizada para la implementación de acciones concretas y efectivas”.
Al mismo tiempo, según informó el Ministerio de Salud de la Provincia, continúan los operativos de asistencia sanitaria en todo el Chaco salteño.
En la zona se instalaron camiones sanitarios para atender a las familias que aún se encuentran evacuadas en los campamentos ubicados sobre la ruta 54, a la altura de El Rosado y el ingreso a La Curvita.

Fuente: El Tribuno