Seis de cada diez argentinos quieren que se desarrolle Vaca Muerta

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Aunque hay preocupación por el medio ambiente, un 57% cree que su desarrollo tendrá un impacto para la economía.

Vaca Muerta es el activo petrolero más publicitado de la Argentina. Así lo demuestra un sondeo llevado a cabo por Poliarquía Consultores, en el que la mayor parte de la población no sólo se mostró al tanto de la existencia del reservorio no convencional, sino que también aprobó su incipiente puesta en valor.

Del informe publicado por el sitio Revista Petroquímica se desprende que un 63% de los encuestados ha escuchado o leído sobre Vaca Muerta. De ese porcentaje, un 9% afirmó saber “mucho” sobre el megacampo ubicado en la cuenca Neuquina; un 15%, “bastante”; un 34%, “poco”, y un 5%, “casi nada”. El nivel de conocimiento es particularmente alto entre los hombres (71%), los ciudadanos con instrucción universitaria o terciaria (76%) y los habitantes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (68%).

Pero lo más interesante pasa por el consenso que obtuvo la entrada en producción del reservorio: un 65% de los anoticiados sobre su existencia manifestó estar de acuerdo con su explotación, mientras que un 21% ex-presó su rechazo y el 14% restante se ubicó en el rubro “no sabe/no contesta”.

“No me sorprenden los resultados de esta encuesta, porque sé que la gente está comenzando a ver Vaca Muerta como algo importante para el futuro del país”, apuntó Ernesto López Anadón, presidente del Instituto Argentino del Petróleo y el Gas (IAPG).

A su criterio, esa predisposición positiva obedece tanto a la labor de concientización que viene efectuando la industria como al éxito cosechado por los hidrocarburos no convencionales en Estados Unidos. “Simplemente basta con analizar los beneficios de los que hoy está gozando ese país por haber promovido la extracción de esta clase de recursos”, añadió.

Enorme potencial

Para el ex secretario de Energía y ex timonel de YPF, Daniel Montamat, más allá de las ingentes inversiones que serán necesarias para concretar su desarrollo, lo que verdaderamente ilusiona de Vaca Muerta es su enorme potencial desde un punto de vista geológico. “Si de los recursos que alberga la formación pudieran convertirse en reservas comercialmente explotables el 10% del gas natural y el 15% del petróleo detectable, la Argentina no sólo estaría en condiciones de recuperar su autoabastecimiento dentro de algunos años, sino también de volver a exportar saldos a la región por la infraestructura existente”, estimó.

Vale destacar que, a grandes rasgos, la imagen de Vaca Muerta en el sondeo de Poliarquía fue positiva, independientemente de la opinión de los encuestados sobre la gestión presidencial de Cristina Fernández de Kirchner.

Entre quienes ven a la mandataria con buenos ojos, el apoyo a la actividad hidrocarburífera en la formación trepó hasta un 79%, al tiempo que la reprobación fue de sólo un 8%. Entre quienes se oponen al Gobierno nacional, en tanto, ambas proporciones se situaron en un 56% y un 29%, respectivamente.

 

Otras conclusiones

Apenas un 3% de los argentinos consultados proyectó que la explotación del yacimiento no generará ningún efecto negativo en materia ambiental, al tiempo que un 9% admitió no contar con una opinión definida al respecto. En cambio, un 51% vaticinó que tendrá “mucho” (16%), “bastante” (17%) y “poco” (18%) impacto en el entorno.

Con respecto a la incidencia de su desarrollo para la economía nacional, un 30% de la población sostuvo que será “muy significativa”; un 20%, “bastante significativa”, y un 7%, “poco significativa” (un 6% no quiso o supo responder).

A decir del director asociado de Poliarquía, Ernesto Cussianovich, Vaca Muerta marcará un punto de inflexión crucial en los análisis sobre la vinculación entre el temor de los ciudadanos por el futuro del medio ambiente y la preocupación por su propio futuro económico. “Por lo que hemos observado, ni una ni otra variable están hoy alejadas del radar de interés de la gente”, aseguró.

Según sus palabras, hay cierta inquietud por el factor ambiental, al mismo tiempo que una mirada deseosa un recurso cuya explotación podría resultar beneficiosa. “Prevalece una tensión que obliga a preguntarse sobre cuánto de la ansiedad de la gente por su situación económica en lo inmediato puede llegar a reducir sus dudas sobre el destino del medio ambiente en el largo plazo. Es decir, cuánto del homo economicus que llevamos dentro puede vencer al homo ecologicus, más políticamente correcto y –con frecuencia– más exteriorizado en nuestra vida pública”, puntualizó.

El estudio consistió en una encuesta telefónica a escala nacional de 1.564 casos, realizada entre el 16 y el 18 de mayo a personas mayores de 18 años, residentes en diversas ciudades con más de 10.000 habitantes. Se trató de una muestra estratificada, polietápica y aleatoria, con un margen de error de +/-2,5% y un nivel de confianza del 95 por ciento

Fuente: La Mañana  Neuquén