Silvia y Sabina, las dos primeras recolectoras de basura del Norte neuquino

Derribaron los prejuicios y tiene un trabajo que históricamente lo hicieron los hombres. Conocé sus historias.

Derribaron los prejuicios y tiene un trabajo que históricamente lo hicieron los hombres. Conocé sus historias.

En la vida romper los moldes es la mejor prueba de rebeldía. Derribar prejuicios y fomentar la igualdad desde los hechos es la mejor realidad activa y consecuente. En este sentido hay mujeres que hacen historia y marcan el camino.

Es el caso de Silvia Amigo y Sabina Bravo, dos mujeres de Chos Malal que se animaron a cumplir un desafío: transformarse en las primeras recolectoras de residuos urbanos de la ciudad y de todo el norte neuquino.
Un tremendo orgullo y responsabilidad. Las chicas además de compartir este nuevo trabajo dependiente de la Secretaría de Servicios Públicos también comparten el gusto por las prácticas de fútbol. Una integra el equipo “Las Leonas” y la otra el “4 de Agosto”.

Con respecto al trabajo de recolección de residuos por parte del personal femenino, el estado municipal considera que con la presencia en las calles de estas dos trabajadoras se demuestra que se pueden romper todas las barreras. Que no hay límites.

En este sentido, el intendente Hugo Gutiérrez expresó que “es un hecho histórico para nuestra ciudad y para nuestro municipio contar con Silvia y Sabina que caminan y corren las calles de la ciudad de Chos Malal para levantar las bolsas de residuos”.

Y explicó que “ambas fueron promovidas por voluntad propia a este nuevo trabajo. Ellas quizás sin darse cuenta se han constituido en una verdadera revolución en la comunidad y están destinadas a dejar una huella en el camino de la igualdad de género que tanto se promueve por estos días y son el ejemplo a imitar por otras mujeres”.

“Es gratificante para todos ver como llevan con gran entusiasmo la tarea y con mucho orgullo podemos decir también que de alguna manera se renueva el servicio y que cumplen su labor diaria a la par de sus colegas varones”, se explayó eel jefe comunal, quien compartió la semana anterior un desayuno de trabajo con Silvia y Sabina y con otras mujeres destacadas de la ciudad que contribuyen con su trabajo diario al crecimiento de Chos Malal.

Silvia y su primer empuje en la tarea

La recolección de basura es una tarea dura y pesada. Silvia se inició como barrendera y un día decidió dar el salto y afrontar un nuevo desafío laboral con más responsabilidad. Su objetivo era demostrar y demostrarse que las mujeres también podían hacerlo.

“Tenía mucha necesidad de trabajo y empecé limpiando las calles y un día le pregunté a mis compañeras como se hacía para entrar al camión recolector de residuos. A ellas les habían preguntado y no se animaron. Entonces le pregunté al encargado nuestro qué posibilidades había de entrar al camión. Me miró y me dijo: arrancás mañana!. Así que fue todo rápido y hoy no me arrepiento de haberme propuesto para realizar esta tarea”, contó, llena de orgullo.

Silvia recordó que la primera jornada laboral fue con mucha expectativa, miedo y temor a lo desconocido, sin embargo se encontró con un mundo de compañerismo y empatía total.

“Mis compañeros me recibieron muy bien. Me enseñaron a hacer las tareas de la mejor manera y fui aprendiendo todo en un ambiente de compañerismo. Hace un mes que estoy y voy atesorando historias y anécdotas que van a quedar para el recuerdo. Además de trabajar nos reímos mucho y compartimos lindos momentos”, comentó.

La cuestión de género

Respecto a algunos comentarios maliciosos sobre que una mujer hiciera un “trabajo reservado para los hombres”, Silvia sostuvo: “Yo no lo veo tan así. La igualdad de género es básicamente que las mujeres podemos hacer trabajos de hombres. Además yo lo considero un trabajo con el cual podemos comer mi hijo y yo. Soy madre soltera y soy yo la que traigo la comida todos los días a mi casa”.

En referencia a la devolución de la gente, dijo que “en la calle la gente en principio nos saludaba sorprendida al ver a dos mujeres en el camión. Los primeros días me dolían las piernas pero me decía a mí misma, que podía hacerlo porque es trabajo y la comida para mi hijo todos los días. Así que persistí en la meta y aquí estamos de pie y para adelante”.

En el terreno de los agradecimientos ponderó a la municipalidad por propiciar esta oportunidad laboral. “Me da satisfacción y orgullo ser la primera mujer que me ofrecí a realizar este trabajo y feliz porque después siguió los pasos la compañera Sabina. Estaría bueno que otras mujeres se puedan animar. Que se sumen y que no tengan miedo y que tengan en cuenta que las mujeres también podemos hacer este tipo de trabajos y hacer prevalecer la igualdad de género. Por eso es importante que la gente lo vea en hechos concretos y que no se sorprendan. Para mí no es cosa del otro mundo andar arriba de un camión y no me siento inferior porque es un trabajo digno como cualquier otro”, remarcó.

Su familia y su trabajo

Silvia nació el 17 de septiembre de 1992 en Chos Malal. Toda su vida ha trabajado, no le esquivó el hombro a ningún empleo. Niñera, cuidado de personas mayores, limpieza de patios, limpieza de casas y atención al público son algunas de las funciones que ha cumplido para criar a su hijo y pagar los gastos de su alquiler.

Isaac Ezequiel de 5 años es su principal motor para continuar la marcha cada día. Para ahorrar siempre busca la forma de dejar a su hijo a la guarda de algún familiar y no pagar niñera.

“Gracias a Dios nunca me faltó el trabajo y de cada uno me quedaron experiencias y aprendizajes, pero lo importante es que siempre hubo un plato de comida para mi hijo y para mí”, afirmó.

Y añadió que “hace unos días me preguntaron si no me daba vergüenza andar arriba del camión de la basura y contesté que no porque es un trabajo digno”. Explicó que esta tarea al desarrollarse de madrugada le deja la posibilidad de estar en contacto y compañía de su hijo todo el día. “Eso es una bendición”, resaltó.

Además, destacó que “son 3 o 4 horas de trabajo a pura adrenalina por turno; a mí, junto a mis compañeros, me toca recorrer, entre otros, el barrio Uriburu. Estoy agradecida con todos por la paciencia que me tienen y el cariño y amistad que me brindan cada día”.

Sabina completó el primer equipo

Sabina Bravo es la compañera. “Soy nacida y criada en Cochico, tengo 40 años. Cuando llegué a Chos Malal me puse a trabajar enseguida, estuve en distintos trabajos. Entre esos trabajos estuve como albañil en la obra del CIC (Centro Integrador Comunitario)”, recordó.

La recolectora apuntó que toda su vida trabajó de lo que se presentara en el mercado laboral. “Ahora estaba trabajando de maestranza y ahí se me ocurrió meterme en la recolección de residuos. Cuando vi que entró Silvia, le pedí a mi jefe que quería tener la misma oportunidad y probar la tarea. Prácticamente mi cambio de sector fue enseguida”, dijo.

Respecto a su nuevo trabajo, señaló que “al principio fue muy pesado; los primeros días me caía del camión porque no le calculaba bien cuando iba a saltar al estribo”.

“Los compañeros que me han tocado son excelentes, muy buenos compañeros, me ayudaron mucho. En algunas ocasiones me ayudaron a levantar algunas bolsas muy pesadas. Ellos siempre estuvieron y están para ayudarme”, aseguró.

Sin embargo, Sabina siempre siguió adelante y alienta a otras mujeres a sumarse a la propuesta.

“No digo que sea un trabajo fácil, es un trabajo pesado, a veces hay vidrios y te cortás. Pero en definitiva es un trabajo lindo, a mí me encanta. Si alguien quiere ir yo le digo que vaya, porque es un desafío porque todos podemos, no porque seamos mujeres no vamos a poder, siempre podemos nosotras”, enfatizó.

A su vez, relató que en estas dos semanas ha ganado bastante experiencia y las aplica en sus recorridos diarios entre los barrios Cuarta División, Don Bosco, Las Flores, Centenario 1 y 2.

Sus hijas, la razón

Si hay algo que se encargó de hacer notar y resaltar siempre Sabina en sus palabras fue que toda la razón de sus esfuerzos está destinada a sus dos hijas.

“Mi familia está compuesta por mis dos nenas, mi pareja y yo. Mi hija mayor Viviana de 21 años está en la universidad estudiando Licenciatura en Enfermería y la más pequeña Pía de 11 años está terminando la escuela primaria. Tengo una familia hermosa”, remarcó.

“Siempre digo que intenten hacer estas cosas, es lindo. Más allá de que yo hablo del sueldo y eso, son desafíos lindos, te queda para contarles a tus hijos el día de mañana todo lo que hiciste por ellos. Mi familia es muy linda y por ellos yo siempre estoy trabajando, de empleada doméstica y si tengo que ir a limpiar un patio, hacer un jardín o levantar una pared sin dudarlo voy”, comentó, orgullosa.

Y concluyó: “Muchas veces dicen ‘ese trabajo es para hombres’, pero yo creo que no, tenemos que intentarlo, es un desafío. Como en mi caso pueden decir que tiene 40 años, no va a poder hacerlo. Yo digo que no tiene nada que ver la edad, vos si tenés ganas y dedicación podés hacer muchas cosas. Siempre hay que desafiar a todos los trabajos, a mí me gusta mucho hacer trabajos de hombres. Lo intento hasta poder hacerlos”.

Fuente: La Mañana Neuquén