Trump puede hoy convertir en pesadilla el sueño de miles de jóvenes de EE.UU.

El jefe de la Casa Blanca pondrá fin a la protección de los “dreamers”, aquellos que ingresaron de niños ilegalmente al país. La medida, que divide opiniones y ha causado controversia, entraría en vigencia en seis meses.

El jefe de la Casa Blanca pondrá fin a la protección de los “dreamers”, aquellos que ingresaron de niños ilegalmente al país. La medida, que divide opiniones y ha causado controversia, entraría en vigencia en seis meses.
El futuro de miles de inmigrantes que viven y esperan poder continuar en Estados Unidos está pendiente de la decisión que anunciará hoy el presidente de ese país, Donald Trump, quien en su campaña hacia la Casa Blanca sedujo a los sectores más conservadores del electorado blanco norteamericano con un discurso impregnado de xenofobia.

Trump tiene previsto anunciar hoy el final de las protecciones a cientos de miles de jóvenes inmigrantes que entraron al país de forma ilegal cuando eran niños, y a quienes se conoce como dreamers, o “soñadores”. Sin embargo, las nuevas restricciones entrarían en vigor dentro de seis meses, según anticiparon ayer diversos medios.

La noticia sacudió la escena política y desató críticas al mandatario tanto por derecha como por izquierda. El programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (Daca, por sus siglas en inglés) protegió a casi 800 mil jóvenes indocumentados desde su creación hace cinco años, mediante un decreto emitido por el expresidente demócrata Barack Obama.

El plazo de seis meses para el desmantelamiento formal del programa buscaría dar tiempo al Congreso para decidir si quiere o no abordar el estatus de los “soñadores” en una ley, según informaron ayer las cadenas de noticias Fox y CNN, que citaron a funcionarios no identificados familiarizados con los planes del presidente.

Otros medios, como el diario Político, destacaron que no está claro de inmediato cómo funcionaría este retraso en la práctica ni qué ocurriría con las personas que tienen permisos de trabajo vigentes gracias al programa, o con aquellos cuyos permisos expiren en esos seis meses.

Tampoco está claro qué ocurrirá si el Congreso no logra aprobar una medida de protección de los “soñadores” en ese plazo.

El Daca protege a las personas que pueden probar que llegaron de forma ilegal a territorio estadounidense antes de cumplir 16 años, llevan varios años en el país y no cometieron delito alguno en ese tiempo. Al 31 de julio de 2015, más de 790 mil jóvenes migrantes participaban del programa, según el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos. Tres cuartas partes de los beneficiarios tienen nacionalidad mejicana.

Midiendo el impacto

Más allá del rédito político que su discurso contra la inmigración ilegal dio a Trump el año pasado, la cuestión de los dreamers encierra una controversia más compleja. En las últimas horas, líderes de diversas empresas han llamado a Trump a mantener la protección para los “soñadores”, incluyendo los dueños de Microsoft, de Apple y de Facebook, preocupados por una posible merma en la productividad que impacte de manera negativa en la economía de sus firmas.

En cambio, los críticos del programa dicen que su final generaría puestos de trabajo para graduados universitarios y otros ciudadanos estadounidenses. Varios republicanos, excepto el presidente de la Cámara de Representantes del Congreso, Paul Ryan, quieren que Trump termine con el Daca, y algunos abogan para que su eliminación sea inmediata.

El congresista Steve King, conocido por su oposición a la inmigración ilegal y por considerar inconstitucional el Daca, escribió en Twitter que una demora en el desmantelamiento del programa sería un “suicidio republicano”.

En cambio, el senador demócrata y exaspirante presidencial Bernie Sanders subrayó en su cuenta de esa red social que, si Trump acaba con el Daca, será “una de las decisiones más crueles jamás tomadas por un presidente” en la historia moderna de ese país.

El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, y el fiscal del Estado, el también demócrata Eric Schneiderman, amenazaron incluso con demandar al presidente si da de baja el programa, decisión que calificaron de “cruel, gratuita y devastadora para decenas de miles de neoyorquinos”.

Tras asumir el cargo, el 20 de enero, Trump ratificó sus planes de erigir un muro frente a México, vedó el ingreso de ciudadanos de seis países musulmanes y congeló la admisión de refugiados.

Sin embargo, un mes después de su asunción, el mandatario pareció suavizar su postura sobre los “soñadores” al calificarlos de niños “increíbles”, reconocer que era un tema difícil y prometer lidiar con el Daca “con corazón”.

Posturas cambiantes: de candidato a  presidente

El gobernante mostró una posición ambigua ante el Daca.

Durante la campaña presidencial, Donald Trump calificó el Daca de “amnistía” ilegal y prometió eliminar el programa el día que llegase a la Casa Blanca. Pero, desde su elección, ha demorado el asunto y llegó a asegurar en su momento que los afectados podrían “descansar tranquilos”.

Durante este tiempo, su gobierno siguió procesando solicitudes y renovando los permisos de trabajo del Daca, para descontento de los sectores más conservadores de su país en política migratoria.

Fuente: La Voz