Una alerta roja para la humanidad

El grupo de científicos nucleados en el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) señala que ya se han causado efectos en el clima que serán irreversibles durante siglos o milenios.

El grupo de científicos nucleados en el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) señala que ya se han causado efectos en el clima que serán irreversibles durante siglos o milenios.

El Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas António Guterres asegura que el estudio publicado este lunes por el IPCC es “un código rojo” para el mundo.

La emergencia climática a nivel planetario se vuelve cada vez más evidente y ha sido puesta en el centro de la escena a partir de esta publicación científica que advierte a la comunidad global sobre la magnitud del problema. En el tablero de comando de los conflictos globales, tenemos la luz roja de la pandemia con más de 203 millones de contagiados y 4 millones trescientas mil muertes, según la Organización Mundial de la Salud; pero está encendida otra luz de alarma, que tiene que ver con el calentamiento global, como el mayor problema estructural que enfrenta la humanidad, de cara a los próximos treinta años. Este es un claro llamado de atención a los dirigentes del mundo, que deben tomar medidas mucho más decisivas para abordar esta emergencia, sino quieren correr el riesgo de traicionar a las generaciones más jóvenes, quienes viven la crisis climática como un problema medular para su propio futuro y para la supervivencia de la especie humana en el planeta.

El exhaustivo Informe sobre Cambio Climático representa el más completo publicado hasta la fecha y se basa en el examen y sistematización de más de 14.000 artículos científicos, que en sus conclusiones responsabilizan a la acción humana por el aumento de fenómenos extremos. Según dicha publicación, las emisiones continuas de gases de efecto invernadero podrían quebrar un límite clave de la temperatura global en poco más de una década.

Los científicos afirman que es inequívoco que la influencia humana ha calentado la atmósfera, los océanos y la tierra, tal y como lo señala el profesor Ed Hawkins, de la Universidad de Reading, Reino Unido, uno de los autores del informe: “es indiscutible que los humanos estamos calentando el planeta, no podemos estar más seguros”.

Este informe deja en claro que el mundo tiene un tiempo limitado para actuar si quiere evitar los peores escenarios generados a causa del cambio climático y la actividad humana. En los próximos diez años se define la posibilidad (o no) de evitar que los efectos del aumento de la temperatura promedio del planeta sean aún más devastadores. Si bien se ha venido avanzando lentamente en un consenso global a lo largo de las diversas Cumbres Climáticas que se han realizado -desde la Primera Conferencia Mundial sobre el Clima en Ginebra en 1979- hasta la actualidad, los países fueron postergando tanto el compromiso con la reducción de sus emisiones de combustibles fósiles, que ya no va a ser posible impedir que el calentamiento global se intensifique en los próximos 30 años. A pesar de ello, el informe científico de las Naciones Unidas señala que todavía es posible evitar consecuencias catastróficas y un futuro más angustioso para la humanidad y las generaciones venideras.

Los autores del estudio plantean que desde el año 1970 las temperaturas de la superficie global han aumentado más rápido que en cualquier otro período de 5 décadas, durante los últimos 2.000 años. Este calentamiento “ya está afectando a muchos fenómenos meteorológicos y climáticos extremos en todas las regiones del mundo”. Los seres humanos hemos calentado el planeta unos 1,1 grados Celsius (2 grados Fahrenheit) en el último siglo y medio, en gran parte a causa de promover la matriz de combustibles fósiles al quemar gas, petróleo y carbón para obtener energía. Las consecuencias son evidentes y se pueden sentir en todo el mundo: este último verano del hemisferio norte, con olas de calor extremas que provocaron la muerte de cientos de personas en Canadá y Estados Unidos, inundaciones sin precedentes que devastaron regiones de China y Alemania, y los incendios forestales han sido incontrolables en Siberia, Turquía y más recientemente en Grecia.

En la publicación de más de 3.000 páginas, elaborada por 234 científicos se evalúa cómo el calentamiento global cambiará el mundo en las próximas décadas, de manera acelerada. El informe deja en claro que el calentamiento que experimentamos hasta la fecha ha generado cambios en muchos de nuestros sistemas de soporte planetario que son irreversibles en escalas de tiempo de siglos a milenios. En lo que respecta al aumento del nivel del mar, los científicos han modelado un rango probable de diferentes niveles de emisiones. Sin embargo, no se puede descartar un aumento de alrededor de 2 metros para finales de este siglo, ni tampoco un aumento de 5 metros hacia el año 2150. Tales resultados, aunque poco probables, amenazarían a muchos millones de personas más en las zonas costeras con inundaciones para el año 2100.

La crucial Conferencia Climática en Glasgow

En noviembre de 2021, los líderes mundiales se reunirán en Glasgow, Escocia, para trabajar en el sucesor del histórico Acuerdo de París de 2015. Casi todas las naciones del planeta adhirieron al Acuerdo que tiene como objetivo mantener el aumento de las temperaturas globales muy por debajo de los 2 °C en este siglo y continuar los esfuerzos para mantenerlo por debajo de los 1,5 °C. Según la publicación del IPCC, en todos los escenarios de emisiones considerados por los científicos, ambos objetivos se romperán este siglo a menos que se produzcan grandes recortes de emisiones de dióxido de carbono. Los autores creen que se alcanzará 1,5°C en 2040 en todos los escenarios. Si las emisiones no se reducen drásticamente en los próximos años, puede suceder incluso antes.

Las claves de la próxima COP26 en Glasgow serán avanzar en la ambición climática, el acuerdo sobre contabilidad de emisiones y la reincorporación de Estados Unidos. Otro punto importante es garantizar el incremento de la financiación sostenible. Acerca de la posibilidad de lograr grandes reducciones de emisiones, es importante recordar que el presidente de China, Xi Jinping, anunció en la Asamblea General de la ONU en septiembre de 2020, que su país tenía como objetivo convertirse en neutral en emisiones de carbono para 2060. Esto significa un gran avance dada la decisión relevante de la nación considerada la más contaminante del mundo, responsable de cerca del 28% de las emisiones mundiales, al comprometerse públicamente de cara al mundo con un proceso de descarbonización y de corte de sus emisiones de carbono.

En sintonía con este avance, en 2019 el Reino Unido fue la primera de las principales economías del mundo en asumir un compromiso legal de cero emisiones netas. Por su parte la Unión Europea hizo lo mismo en marzo de 2020. Desde entonces, Japón y Corea del Sur se han sumado a más de 110 países que han establecido una meta de cero neto para mediados de siglo, según estimaciones de la ONU. De esta forma, los países que se han puesto la meta de llegar al cero neto representan más del 65% de las emisiones globales, y más del 70% de la economía mundial. Finalmente, con el triunfo del presidente Joe Biden en Estados Unidos, la economía más grande del mundo ahora se ha reincorporado al Acuerdo de París y al compromiso de reducción de carbono.

A su vez, en términos de inversiones para avanzar a la transición energética hacia energías renovables, la Unión Europea y el nuevo gobierno de Estados Unidos se han comprometido en canalizar billones de dólares en inversiones verdes, para poner en marcha sus economías e iniciar el proceso de descarbonización.

Es por estas razones que, si bien los científicos alertan sobre las graves consecuencias del calentamiento global, también manifiestan esperanzas acerca de que si podemos reducir las emisiones globales a la mitad para el año 2030 y alcanzar cero emisiones netas a mediados de este siglo, será detener y posiblemente revertir el aumento de temperaturas. Alcanzar el cero neto implica reducir las emisiones de gases de efecto invernadero tanto como sea posible utilizando tecnología limpia y luego enterrar las emisiones restantes mediante la captura y almacenamiento de carbono, o absorberlas plantando árboles, a partir de una gran campaña global de reforestación.

De esta forma, los científicos señalan que hay una nueva esperanza de que los recortes profundos en las emisiones puedan estabilizar el aumento de las temperaturas. “Si unimos fuerzas ahora, podemos evitar una catástrofe climática. Pero, como deja claro el informe, no hay tiempo para demoras, ni lugar para excusas”, afirmó el Secretario General de la ONU, António Guterres.

La Deuda Ecológica con el Sur Global

Finalmente, uno de los puntos más sensibles es la posibilidad de los países del Sur Global de acceder a los fondos para financiar la adaptación al cambio climático. En la Cumbre Internacional (virtual) sobre la Adaptación Climática organizada por los Países Bajos en enero de 2021, quedó en evidencia que los países desarrollados aún están lejos de concretar los aportes de los fondos necesarios que ayuden a financiar las acciones para adaptarse al cambio climático a los países empobrecidos.

Según la organización Oxfam a partir de datos recabados en 2020, unos recursos estimados en 100.000 millones de dólares anuales, en 2017 y 2018 solo alcanzaron unos 60.000 millones; a su vez, el 80% fueron préstamos a devolver, en lugar de subvenciones, aumentando así la deuda externa de los países más afectados por el cambio climático.

De esta forma, mientras se comprueba que los fondos destinados en la actualidad son claramente insuficientes, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ya predice que la cantidad necesaria para afrontar los daños y pérdidas provocados por el cambio climático aumentará, debido a la mayor intensidad de los impactos. Por lo que se calcula que para el año 2030 se necesitarán 280.000 millones al año para ayudar a los países del Sur Global con la adaptación, ascendiendo hasta 500.000 millones para el año 2050.Vemos entonces como aumenta la brecha entre el apoyo que necesitan las naciones vulnerables y la financiación proporcionada por los países ricos. Sobre todo teniendo en cuenta que los países del Sur Global son los que más sufren y menos contribuyen al calentamiento global.

Vale la pena recordar la posición del Papa Francisco, quien ha denunciado la existencia de una «Deuda Ecológica» contraída con el Sur Global por el «saqueo de sus recursos» y el uso excesivo de su espacio para la eliminación de residuos; al tiempo que ha urgido a los países ricos a reducir sus emisiones de C02, para evitar una catástrofe climática sin precedentes.

Por Juan Pablo Olsson

* Sociólogo, ambientalista, coordinador en América Latina de la Internacional Progresista. Magister en Gestión del recurso del Agua.

Fuente: Página 12