Una sola planta del Ejército provee agua a 68 comunidades originarias

El puesto El Rosado queda a 89 kilómetros del cruce de la ruta nacional 34 con la provincial 54, en el departamento San Martín.

El puesto El Rosado queda a 89 kilómetros del cruce de la ruta nacional 34 con la provincial 54, en el departamento San Martín. En el lugar vive Verónica Amaya desde hace 54 años, es descendiente de una familia que llegó en 1902 desde La Pampa. Es agricultora familiar y conoce de las luchas que se deben librar en una zona que en algunas épocas resulta complicada.

En ese puesto, ubicado en un lugar estratégico, el gobierno provincial perforó un pozo de 250 metros de profundidad hace muchos años. Es desde allí que el Ejército extrae de una de las tres plantas potabilizadoras que dispuso en la provincia, el agua para repartir entre las comunidades criollas y originarias que carecen de agua potable en 60 kilómetros a la redonda.

El reparto se inició el 22 de enero de 2020, y en principio seguirá hasta el 22 de abril. El campamento del Ejército se instaló el 21 de enero, en el marco de las acciones que desembarcaron desde el gobierno nacional para ayudar en la emergencia socio sanitaria declarada para los departamentos Rivadavia, Orán y San Martín.

“Desde el 22 de enero hasta ahora hemos repartido 1.800.000 litros”, dijo a Salta/12 Daniel Maraz, jefe de la Base de El Rosado. Por día, se reparten unos 50 mil litros y se realizan hasta tres viajes si es que el estado de los caminos lo permite. Son asistidas 68 comunidades conformadas por más de 2.300 personas.

En la Base también se envasa el agua en sachet para repartir en el Hospital de Santa Victoria Este y en el centro de Salud de Santa María, ambas en el departamento Rivadavia.

La planta instalada fue creada en 2005 por especialistas del propio Ejército Argentino y tiene la capacidad de potabilizar unos 9 mil litros por hora.

Sin este servicio las comunidades cuentan, y solo en algunos casos, con los sistemas de cosecha de agua de lluvia. Otra alternativa es la existencia de represas en donde se junta el agua que luego ocuparán para consumir. Otras comunidades cuentan con pozos y agua en red. Pero en aquellas en donde los pozos no son lo suficientemente profundos se presume la presencia de arsénico en el agua. “Sé que el agua que sale de los pozos someros es salada. Yo mismo fui a una comunidad y la probé”, contó Maraz al relatar su experiencia.

En Santa María, el enfermero Dino Torres sostuvo que el agua es salada y que provoca que la comida tenga un sabor malo. En Pozo La China, el cacique José Arturo Lorenzo, mostró el salitre en torno al pozo de agua y sostuvo que el agua también es salobre.

En la zona desde 2018

En el 2018 la crecida del río Pilcomayo generó que unas 2000 personas que vivían en cercanías de la costa fueran evacuadas. Desde ese momento el Ejército instaló el campamento en el mismo lugar que ahora dispuso la primera base para la planta potabilizadora.

“La creciente no nos afectó”, contó Amaya al recordar el campamento de 2018, cuando en uno de los terrenos aledaños dispusieron el alojamiento de las comunidades que fueron evacuadas.

Además de esta base, hay otras dos plantas potabilizadoras que el Ejército dispuso en Alto La Sierra (en Rivadavia) y en Misión Chaqueña (ubicada en el departamento San Martín).

Fuente: Página 12