El 22 de octubre votemos contra la mafia

En las próximas elecciones tenemos que votar en contra de la mafia.

En las próximas elecciones tenemos que votar en contra de la mafia. No de los que este gobierno considera como mafiosos (los abogados laboralistas, los sindicalistas, los docentes, los científicos, los kichneristas, los mapuches y, en general, cualquiera que se oponga al gobierno “del diálogo y el consenso”), sino en contra de la mafia que acumula unas 300 denuncias judiciales por estafa y asociación ilícita, enriquecimiento ilícito, falsificación de documentos públicos, amenazas, abandono de personas, contrabando, escuchas ilegales:

La mafia que defraudó históricamente a los jubilados para blanquear –decreto presidencial de por medio– capitales de dudosa procedencia, entre ellos los 622 millones de pesos de un tal Gianfranco Macri, y otros miles de millones de primos, cuñados y amigos.
La mafia que firmó un acuerdo para condonarle la deuda de 70.000 millones de pesos al Correo Argentino en perjuicio de las arcas del Estado.
La mafia que tiene decenas de sociedades offshore en paraísos fiscales.
La mafia que aprieta y extorsiona jueces para que armen causas judiciales contra dirigentes de la oposición, y un grupúsculo del Poder Judicial que es parte y cómplice de esa persecución.
La mafia que realiza escuchas ilegales para perseguir opositores.
La mafia que ampara el sometimiento a la esclavitud laboral y la explotación de menores.
La mafia que aprieta a canales, radios, diarios y portales para que se disciplinen y no difundan la corrupción del gobierno ni el plan de ajuste que van a implementar después de las elecciones.
La mafia que compró dólar futuro y después devaluó 50 por ciento para obtener ganancias multimillonarias.
La mafia que vendió MacAir a Avianca y luego le entregó la totalidad de las rutas de cabotaje solicitadas, en detrimento de Aerolíneas Argentinas.
La mafia que protege a los empresarios extranjeros que usurpan las tierras de los pueblos originarios.
La mafia que encubre la desaparición forzada de Santiago Maldonado.
La mafia que infiltra a encapuchados en las marchas para justificar represiones.
La mafia que intenta usar fondos del Fondo de Garantía de Sustentabilidad para un oscuro negocio con Qatar y para tapar las coimas de la empresa Odebrecht.
La mafia que busca vaciar el PAMI para privatizarlo, e YPF para beneficiar a Shell.
La mafia que anhela un mundo sin sindicatos ni delegados combativos; que quiere que para las empresas despedir trabajadores sea algo natural “como comer y descomer”; que considera a los empleados del Estado “grasa militante” y  “basura”; que pide trabajar los fines de semana y a la vez se toma más días de vacaciones que cualquier trabajador argentino.
Lo insólito de estos últimos tiempos es que, para seguir actuando impunemente desde el poder, la mafia dice que va a perseguir a los mafiosos.

Por Héctor Recalde

* Presidente del bloque de diputados y diputadas nacionales FpV-PJ.

Fuente: Página 12