Martín Miguel de Güemes, el héroe que gastó su dinero por la Patria

Repaso por la vida de este importante personaje de la historia argentina, que sin embargo no tiene el reconocimiento merecido

Repaso por la vida de este importante personaje de la historia argentina, que sin embargo no tiene el reconocimiento merecido

Gracias a Martín Miguel de Güemes, heroico personaje, y a sus gauchos, no se perdió las provincias de Salta y Jujuy.

Nació en Salta el 7 de febrero de 1785. Sus padres fueron Gabriel de Güemes Montero, español, y Magdalena Goyechea, jujeña. El padre poseía mucho dinero y luego de enviarlo a la escuela primaria de los jesuitas, en Salta, lo mandó a completar sus estudios al Real Colegio de San Carlos en Buenos Aires.

De regreso en Salta ingresó al Regimiento de Infantes, comenzando su carrera militar. Al producirse las invasiones inglesas viajó a Buenos Aires y por su prestancia y conducta fue elegido por Santiago de Liniers como su edecán. Lo ayudó mucho en la reconquista y segunda invasión, lo que le valió ser ascendido a teniente.

Al producirse la Revolución de Mayo, Güemes se encontraba en Salta ya que su padre había fallecido y tuvo que viajar para ayudar a sus hermanos, seis varones y dos mujeres, y hacerse cargo de los bienes. Abrazó rápidamente los ideales de Mayo y formó una partida de 60 hombres para la defensa de Humahuaca. Con un grupo de voluntarios había formado una partida de caballería constituida por gente del campo, y eso lo ayudó muchísimo. Con ellos intervino en la batalla de Suipacha, el primer triunfo patriota sobre los españoles, donde al decir del Cabildo de Salta «se cubrió de gloria». Cuando se produjo el desastre de Huaqui, fue en ayuda de Juan Martín de Pueyrredón y luego se le ordenó viajar a Buenos Aires, donde participó en el sitio de Montevideo y fue ascendido a teniente coronel.

Reconocido

Regresó al Norte con San Martín, nuevo jefe de las tropas tras las derrotas de Manuel Belgrano en Vilcapugio y Ayohuma. San Martín, gran conocedor de hombres, se dio cuenta del enorme valor del caudillo y conocedor en España de la guerra de guerrillas llevada a cabo por el pueblo español contra las tropas napoleónicas, no vaciló en encargarle a Güemes y sus gauchos que llevara adelante una guerra no formal, con encuentros inesperados, atacarlos por sorpresa, donde pudieran despojarlos de sus cabalgaduras y molestarlos permanentemente. Lo hacían por terrenos que ellos conocían perfectamente, no así los españoles, que estaban en terreno ajeno. Fue tan efectiva esta guerra de guerrillas que los españoles llegaron a tener pánico ante los ataques, no sabían en qué momento caerían sobre ellos, si durmiendo, comiendo o trabajando. Dando alaridos y golpeando sus guardamontes, hacían un ruido infernal, tanto es así que les llegaron a llamar los «Dragones Infernales». Tan rápido como aparecían también desaparecían, sin saber para dónde seguirlos.

Por la patria dio hasta su dinero

Güemes representó al pueblo salteño en armas, pues lo siguieron los jóvenes y gauchos de todas las clases sociales, de la ciudad y de las poblaciones rurales, que veían en él al caudillo indiscutible. En esta guerra Güemes usó todo el dinero que había heredado y su sueldo lo repartía entre sus pobres gauchos, a tal punto que sólo dejó a su esposa y sus hijos su buen nombre.

San Martín confió plenamente en Güemes, convencido de que con él y sus gauchos el ejército realista no pasaría por el camino del Norte, las partidas gauchas hostilizarían y contendrían a los españoles. Tanto San Martín como Belgrano confiaron totalmente y le hicieron muy calurosos elogios. Ambos lo apreciaban sinceramente.

En 1815 Güemes fue elegido por el pueblo salteño como gobernador de su provincia. A poco de asumir se casó en la Catedral de Salta con Carmen Puch, hija de un acaudalado vecino, con quien tuvo tres hijos varones: Martín, Luis e Ignacio.

Güemes ayudó mucho a San Martín en su campaña a Chile y Perú, ya que mantuvo abierta la guerra en el Norte y entonces impedía que los españoles ayudaran con sus fuerzas a Chile o Perú.

Después del desastre de Sipe-Sipe se produjo una divergencia entre Rondeau y Güemes y el primero lo declaró reo de Estado. Esto recién se solucionó cuando viajó French al Norte con un pequeño ejército, consiguió acercarlos y se arregló la situación. Casi se inicia una guerra civil entre Salta y el Estado Nacional.

Güemes continuó en Salta ayudando a San Martín y protegiendo el Norte contra los realistas. En 1817 le llegó un ascenso de parte del director Supremo Juan Martín de Pueyrredón, al cargo de coronel mayor.

Siguieron los ataques a Salta y Güemes continuó con su guerra de guerrillas, venciendo a los españoles. Cuando se enteraron de los triunfos de San Martín decidieron retirarse de Salta, pero al poco tiempo volvieron sobre Jujuy.

Llegó así el año 1821, cuando a la guerra contra los españoles se agregó la guerra civil contra Aráoz de Tucumán y las influencias de éste hicieron que el Cabildo de Salta depusiera a Güemes de su cargo.

El coronel Valdez, jefe español, entró en Salta y tomó la ciudad. Güemes decidió visitar a su hermana Macacha y pese a que le advirtieron del peligro, lo mismo se arriesgó. Al llegar ella le dijo que estaban las tropas españolas formando barricadas y que huyera, algo que hizo pero debió saltar con su caballo sobre unos cañones y grupo de soldados. Le hicieron una descarga cerrada, pero no lo hirieron, sin embargo cuando estaba a dos cuadras le efectuaron otra descarga y ahí entró un tiro por la espalda baja; herido huyó hasta donde tenía las tropas y pese a todos los cuidados murió a los 10 días, un 17 de junio de 1821.

Los españoles fueron vencidos definitivamente por sus gauchos, pero él no alcanzó a verlo.

Fuente: Uno Mendoza