Las cacerolas, el call center y el ataque del PRO contra el Gobierno

En defensa de los grandes empresarios, cuestionados por el Presidente por despedir trabajadores en plena crisis del coronavirus, el macrismo impulsó la consigna que propone bajar los salarios de funcionarios y cargos políticos.

En defensa de los grandes empresarios, cuestionados por el Presidente por despedir trabajadores en plena crisis del coronavirus, el macrismo impulsó la consigna que propone bajar los salarios de funcionarios y cargos políticos. Las cuentas fantasma en las redes sociales volvieron a activarse, ahora bajo el comando de Patricia Bullrich. En sintonía, el interbloque legislativo de Juntos por el Cambio pidió recortar los salarios de cargos jerárquicos y constituir un fondo para enfrentar la pandemia.

En plena pandemia, Juntos por el Cambio está buscando una cuña con la que poder entrarle al gobierno nacional. Creyeron encontrarla el lunes, cuando un cacerolazo atronó en los sectores de la Ciudad de Buenos Aires que supieron votar al PRO en forma masiva. La consigna era un tanto imprecisa, pero apuntaba a que los cargos políticos se recortaran los sueldos. Fue la respuesta a las críticas del presidente Alberto Fernández a los empresarios que despiden en plena crisis del coronavirus. Esta reacción ya había empezado a gestarse el domingo, cuando se reactivaron las cuentas fantasma que solían funcionar bien aceitadas en la época de Marcos Peña. Las lideró, esta vez, la presidenta del PRO, Patricia Bullrich. En el bloque de Diputados de Juntos por el Cambio, en tanto, discutieron un recorte del 30 por ciento para destinar a un fondo específico. Finalmente, optaron por enviar una carta al Presidente que publicó el jefe del interbloque, Mario Negri.

Hijo del 2001, el PRO supo capitalizar más de una vez un sentimiento antipolítica en la población. Con el discurso de Fernández del fin de semana y su mensaje a los empresarios que despidan trabajadores («es hora de ganar menos»), buscaron una cuña para intentar entrarle al Gobierno desde cierto hartazgo social y polarizador. Si bien es cierto que ese discurso del domingo fue aplaudido desde barrios impensados de la Ciudad, también lo es que el lunes por la noche salieron también en masa a cacerolear en esas mismas zonas.

Regresa el call center
La convocatoria ya había comenzado a gestarse el domingo, con un mensaje de defensa a Paolo Rocca y sus casi 1500 despidos: en las redes, hubo más de 20 mil tweets con el hashtag #AlbertoElMiserableSosVos. Además de las clásicas cuentas fantasmas que fogonearon esto, apareció Bullrich con un tweet criticando al Presidente.

Al día siguiente, se sumó el titular del Comité Nacional de la UCR, Alfredo Cornejo: «Estamos preocupados por las declaraciones de Alberto Fernández contra el sector productivo. Fueron una nueva forma de ampliar la grieta. Debemos ayudar a quienes producen en nuestro país y a las pymes que generan empleo. Las medidas son pocas y muy limitadas. No es suficiente». Si bien Cornejo no muestra demasiada afinidad con el ex presidente Mauricio Macri, su discurso se alínea con la idea que bajó a su mesa chica el ex mandatario de cuestionar las consecuencias económicas de la cuarentena.

El lunes, mientras el bloque de Diputados de Juntos por el Cambio discutía un proyecto para que los cargos políticos se bajaran los sueldos –en respuesta al pedido del Presidente al sector privado de que reduzca su margen de ganancia–, se comenzó a gestar en las redes la convocatoria para el cacerolazo de la noche. En el PRO indican que no participaron del operativo en redes los call center que conservan en el gobierno porteño, bajo el mando de Horacio Rodríguez Larreta, sino que serían sectores residuales de Peña y ahora encolumnados con Bullrich como comandante de las tropas virtuales. También mencionan a usinas vinculadas al ex ministro Guillermo Dietrich, que sigue muy cerca de Macri. Todo esto, por supuesto, encontró una respuesta social que se escuchó en el cacerolazo.

De hecho, Bullrich fue la encargada de festejar el éxito de la convocatoria entre el núcleo duro que acompaña al espacio opositor: «Se escuchó el #ruidazo . Los legisladores de Juntos por el Cambio piden al Gobierno que funcionarios, legisladores y jueces aporten parte de su sueldo para ayudar a los que no pueden trabajar. La solidaridad de los que más ganan en el Estado es fundamental para paliar la crisis», indicó. No acompañaron ningún estudio de cómo afectaría la macroeconomía ese recorte, aunque en el Estado dan por sentado que el efecto sería ínfimo.

No obstante, sirvió para volver a agrupar al núcleo duro ante un flanco que creyeron encontrarle al Gobierno y, sobre todo, para aplacar las preocupaciones de algunos que el domingo escucharon aplausos al Presidente en zonas donde el PRO solía arrasar. Envalentonados, ya están proponiendo hacer cacerolazos todas las noches contra el Gobierno.

Discusión en el bloque
En la bancada, hubo un debate sobre la necesidad o no de avanzar con un recorte de los sueldos. Dentro del propio bloque opositor, hubo quienes se mostraron descontentos con la idea de bajarse las dietas y advirtieron que no tendría demasiada eficacia. Recordaron que los ingresos de los legisladores ya estaban congelados desde diciembre y que los recursos como pasajes no utilizados ya se estaban usando para la emergencia. Pero se impuso el sector duro, que buscaba un golpe de efecto político que les permitiera recuperar algún control de la agenda. Si bien primero se habló de un proyecto de ley, con la imposibilidad de sesionar, terminaron optando por una carta al Presidente, que hizo pública Negri, titular del interbloque.

En la misiva, le dijeron al Presidente que «es posible hacer más» para ayudar en la crisis y propusieron crear un fondo específico para la crisis que se financiaría con un recorte del «30 por ciento de los cargos jerárquicos del Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial, ministros de la Corte Suprema, camaristas, jueces, secretarios, senadores, diputados, presidente, vicepresidente, ministros, secretarios y subsecretarios de Estado», además de la Procuración y otros organismos descentralizados. «Creemos que son tiempos de austeridad y solidaridad del sector público», remarcan ante los cuestionamientos del presidente al sector privado.

Si bien la carta habla de un recorte del 30 por ciento de los sueldos, en un borrador de un proyecto de ley que circuló se estipulaban recortes menores: un 20 por ciento para sueldos de más de 200 mil pesos, un 15 por ciento en los que lleguen hasta 150 mil y un 5 por ciento en los mayores de 70 mil pesos. Ese hilado fino quedó descartado en la carta que firmaron como interbloque, donde fueron por un recorte mayor en los cargos jerárquicos. Quedó claro que dejaron afuera a los estatales, lo que traería el mal recuerdo del recorte salarial del 13 por ciento que resolvió en su momento el gobierno de la Alianza, con Patricia Bullrich como ministra de Trabajo.

Cacerolazo
Un curioso “instructivo del cacerolazo” que tiene la marca de Marcos Peña comenzó a circular ayer en Twitter, con un paso a paso que lleva la firma “Equipo Banquemos.com”. Con el hashtag #5ACacerolazo, invita a manifestarse el próximo domingo a las 18 “desde la vereda, ventanas y balcones, para que el gobierno nacional nos escuche como lo hizo con la suspensión de clases”. La lista de reclamos incluye la reducción de sueldos de funcionarios en un 30 por ciento y la “excepción universal de impuestos” a monotributistas y pymes.

Fuente: Página 12