El gobierno español intenta reactivar la economía, pero varias regiones se oponen
Regiones como Madrid, Cataluña, Castilla y León advirtieron sobre los riesgos de que millones de empleados se reincorporen de inmediato al trabajo.
13/04/2020 EL MUNDORegiones como Madrid, Cataluña, Castilla y León advirtieron sobre los riesgos de que millones de empleados se reincorporen de inmediato al trabajo.
Actividades económicas no esenciales, como la industria pesada y la construcción, se reanudarán a partir de este lunes en España, luego de permanecer dos semanas paralizadas por orden del gobierno para frenar el avance del coronavirus. El presidente Pedro Sánchez justificó la decisión asegurando que se garantizará la protección y la seguridad de los trabajadores, y llamó a alcanzar un gran pacto nacional para relanzar la economía cuando pase la pandemia. Sin embargo, regiones como Madrid, Cataluña, Castilla y León advirtieron sobre los riesgos de que millones de empleados se reincorporen de inmediato al trabajo. El gobierno mantendrá el estado de alarma al menos hasta el 26 de abril, lo cual implica que todos los españoles deberán permanecer en sus hogares exceptuando a aquellos que deben salir para trabajar o comprar productos básicos. También se mantienen los controles fronterizos y el cierre de establecimientos educativos, culturales, deportivos, de hotelería y comerciales. El domingo, España registró un aumento en la cifra diaria de fallecidos por Covid-19 con la muerte de 619 personas, 109 más que la jornada previa. Además, hubo 4.167 nuevos casos positivos en las últimas 24 horas, lo cual significó una baja en el ritmo de contagios.
«Entre el lunes y el martes se van a reanudar las actividades económicas que fueron hibernadas el 30 de marzo y solo esas. El resto de actividades que se interrumpieron seguirán interrumpidas y el confinamiento general será la regla durante las próximas dos semanas», prometió el jefe del gobierno de coalición, Pedro Sánchez. «Si nuestro sistema de salud recupera tono, avanzaremos en las medidas», dijo refiriéndose a la desescalada del confinamiento que «será, como pronto, en dos semanas».
«Siguiendo el criterio de los expertos, quienes presenten el menor síntoma o hayan estado en contacto con contagios deberán de abstenerse de acudir a sus centros de trabajo», agregó el líder socialista en videoconferencia desde La Moncloa, luego de mantener una reunión virtual con los presidentes regionales del país. También recomendó a los trabajadores usar barbijo como medida adicional en sus traslados en el transporte público. Ante la escasez de este material de protección, Sánchez anunció que las fuerzas de seguridad lo repartirán en puntos neurálgicos del país, donde se suelen producir aglomeraciones.
Pero para distintos líderes regionales las medidas de precaución no son suficientes. El presidente de Cataluña, el independentista Quim Torra, consideró «una temeridad y una imprudencia absoluta» levantar ahora algunas restricciones, y advirtió a Sánchez de que, si no rectifica la decisión, se arriesga a tener que decretar nuevos confinamientos totales más adelante.
Por su parte, el presidente de Castilla y León, el conservador Alfonso Fernández Mañueco, planteó «esperar unos días», ya que no cree que la seguridad esté garantizada «ni se cumplen las circunstancias» para poder alcanzarla. En la misma sintonía, la presidenta madrileña, la conservadora Isabel Díaz Ayuso, dijo que «no hay un plan claro» para que el retorno a la actividad de unas 300 mil personas de esa comunidad se cumpla con garantías.
«Un gran pacto para la reconstrucción»
Las drásticas medidas de limitación de movimientos de la población y actividades económicas aplicadas por el gobierno están repercutiendo gravemente en la industria y el empleo, siendo el turismo uno de los sectores más castigados. «Necesitamos un gran pacto para la reconstrucción social y económica del país», aseguró Sánchez este domingo, y remarcó que España enfrenta un reto «inmenso» por los efectos económicos negativos de la pandemia.
Los españoles viven «la mayor crisis de nuestras vidas» y la mayor amenaza «en un siglo», por lo que insistió en que «la respuesta debe ser unida» por parte de partidos, regiones, grupos empresariales y sindicatos. El líder del gobierno de coalición pidió en ese sentido una «desescalada de la tensión política» por parte de la oposición, y adelantó que esta semana convocará una reunión con otras fuerzas políticas para intentar sentar las bases de un gran acuerdo nacional. El conservador Partido Popular, principal bastión opositor, denunció el sábado las «mentiras» de Sánchez en la gestión de la crisis, y consideró que en realidad éste no quiere pactar «absolutamente nada».
«Todavía estamos lejos de la victoria» en la lucha contra el coronavirus, aunque ya se dieron los «primeros pasos decisivos» para ese objetivo, remarcó Sánchez al cierre de la videoconferencia con los presidentes regionales, intentando cerrar grietas e inyectar un poco de optimismo a los golpeados ciudadanos españoles.
Tal vez la única buena noticia en las últimas horas haya sido la baja en el ritmo de contagios por Covid-19. La velocidad de incremento de nuevos casos de coronavirus se frenó al 2,5 por ciento diario en España, el dato más bajo desde el inicio de la crisis. Ya son 166.019 los contagios confirmados, según informó el Ministerio de Sanidad. En tanto, los fallecidos diarios repuntaron a 619 y alcanzaron los 16.972, entre ellos 29 médicos, nueve farmacéuticos y varios enfermeros.