Firmat: un comedor en donde no se pierde la esperanza

Isabel Martínez empezó hace dos años sirviendo la copa de leche y en la actualidad entrega comida a 300 personas dos veces por semana.

Isabel Martínez empezó hace dos años sirviendo la copa de leche y en la actualidad entrega comida a 300 personas dos veces por semana.

En la ciudad de Firmat el altruismo encuentra su lugar más visible en una humilde mujer que a fuerza de voluntad brinda contención alimentaria a decenas de chicos y adultos. La acción que lleva adelante Isabel Martínez desde el «Merendero Esperanza» que tiene en su casa de barrio Fredriksson no se detiene desde hace dos años y se incrementó en los últimos meses a causa de la cuarentena. Al principio fueron un grupo de pibes que uno de sus hijos invitaba «a tomar la leche». Hoy son 70 familias, que equivalen a unas 300 personas. Un plato de comida siempre es bienvenida, más aún con la llegada del frío.

«Desde que comenzó la pandemia viene más gente que nunca», contó la mujer a La Capital para describir la actual situación a la que hace frente con dedicación y mucho amor.

Es que tender una mano a quienes más necesitan le provoca la misma felicidad que sienten los pibes y pibas cuando reciben todos los sábados y domingos una copa de leche o un mate cocido caliente con biscochos o facturas. Y algo similar sucede con las familias que van a buscar comida los martes y jueves para cenar en sus hogares.

«Mayormente hacemos guiso o arroz con salsa porque son comidas que rinden más y alcanzan para todos, ya que unas 70 familias vienen a buscar alimentos, lo equivaldría a unas 300 personas», explico la voluntariosa mujer.

Ella recurre al apoyo de empresas, comercios y vecinos para responder a la creciente demanda. «Al ser madre significa mucho para mí poder ayudar», asegura Isabel, quien en este tiempo de pandemia optó por desarrollar su tarea con menos colaboradoras para minimizar riesgos.

«Si bien un grupo de madres me ayuda, ante esta situación (de emergencia sanitaria) preferí que no vengan porque por ahora puedo arreglarme sola con la ayuda de mi esposo y algunos familiares más», explicó.

Cuando empezó sólo venían al merendero un puñado de niños que uno de sus hijos invitaba a «tomar la leche», pero con el correr del tiempo la concurrencia fue aumentando al igual que el respaldo que cosechó de la comunidad.

No solo consiguió la donación alimentos sino el acompañamiento del Centro Económico de Firmat para conseguir aportes de materiales y así empezar a levantar un salón que no solo mejorará las condiciones de atención sino que permitirá desarrollar actividades de apoyo escolar, entre otras.

Sobre el salón que se está construyendo comentó que «si bien estuvo paralizada por la cuarentena, la obra fue retomada hace algunos días luego de pedirle al municipio que colabore con albañiles», dijo.

Para las personas que quieran realizar donaciones, el teléfono del merendero es 3465-536110.

Fuente: La Capital